jueves, 30 de agosto de 2018

PARQUES TEMÁTICOS

Ha tocado. Después de 6 años he vuelto a un parque temático. Con todo lo que eso conlleva. La publicidad me bombardeaba constantemente para viajar a Disneyland París, Parque Warner o Port Aventura, con "magníficas" ofertas y una diversión para tu familia garantizada. Intentaré describir lo que supuso una escapada a uno de estos parques, siendo la primera vez que lo visitaba y sí, he de confesar que tenía ganas de conocerlo, pero caemos como moscas y o "entras por el aro" o acabas siendo un señalado.

En España hay 4 parques temáticos: Isla Mágica, en Sevilla, tal vez el menos promocionado; Terra Mítica, en Benidorm, a día de hoy esperpéntico por haber sido otro proyecto megalómano más de unos políticos que necesitaban dar al pueblo el "pan y circo" correspondiente mientras ellos esquilmaban las arcas públicas de la Comunidad Valenciana; Parque Warner en Madrid, practicamente lo mismo que lo anterior; y Port Aventura, en Tarragona, con diferencia el mejor de los 4 pero que también tendrá su "lado oscuro". A este destino nos encaminamos mis hijos y yo hace unas dos semanas para pasar 6 días en la Costa Daurada (en realidad 4 porque uno fue de ida y el otro de vuelta), más que suficientes para comprobar varias cosas, entre ellas que el turismo desaforado es el que salva nuestra economía.

Port Aventura fue inaugurado en 1995 por el "muy honorable President de la Generalitat Jordi Pujol", tal y como pone en una placa que está en la entrada del mismo. Estoy por enviar un correo electrónico a la dirección del parque para que la retire, no me explico cómo aún los catalanes y las catalanas no han tenido la ocurrencia después de saber que este señor ya no es "honorable" por los millones que robó en su tierra y que a día de hoy se supone que o están en Andorra o en alguna cuenta en Suiza. Por una "oferta" conseguimos una entrada para ir dos días al parque, con la posibilidad también de entrar al anexo denominado "Ferrari Land"... voy a abstenerme de comentar lo que pienso sobre este nombre y todo lo que conlleva.

Y digo "oferta" porque cada entrada fueron 56 €, así que vayan multiplicando, por 3 (168 €). Las entradas te dan acceso a todas las vertiginosas atracciones del mismo, a sus diferentes secciones muy bien diseñadas y ambientadas y a los espectáculos. Desde las 10 de la mañana a las 12 de la noche circulas libremente por el parque, subiendo, bajando, escuchando, mojándote en las atracciones de agua y, SOBRE TODO, a las colas interminables para subir a las mismas. 

Pero no se piensen que pagando la entrada ya está todo resuelto y ese día maravilloso con la familia que te promete la publicidad está garantizado. NO. A partir de pasar las barreras de acceso prepárense para dejar en las arcas del parque una buena cantidad de euros porque todo, absolutamente TODO lo que quieras a mayores lo podrás tener previo pago por caja. Comida, recuerdos, fotos, bebidas, pases "vip" para las atracciones, etc.

Porque sí. O te armas de paciencia y haces colas que en algunos casos superaron las tres horas y media para una atracción que dura aproximadamente un minuto, o PAGA. Existe un pase llamado "Express", que por la módica cantidad de 33 € cada uno, te hace saltar gran parte de la cola y acceder por otra vía menos masificada, aún así con cola. Y ojo, que dentro de ese pase "express" está la modalidad normal, otra de 55 € que te da acceso ilimitado y otra más de 60 € llamada "GOLD" que te permite ir en cabeza de las montañas rusas más deseables y conocidos por la mayoría de los españoles: el famoso "Dragon Khan", emblema del parque cuando se inauguró, pero que ya ha quedado relegado por otras dos atracciones llamadas "Furius Baco" y "Shambhala", sin contar con las atracciones acuáticas que en días de calor veraniegos son las más deseables: "Tutuki Splash", "Silver River Flume" y "Grand Canyon Rapids". A pesar de que en estas grandes atracciones suele haber unos paneles con los tiempos de espera, ni caso. Algunos ponían 40 minutos, pero las colas, sin tener el pase express, rondaban entre la hora y las tres horas y media. La artimaña de las colas está pensada de una manera tan enrevesada, al estilo "serpiente", dando vueltas y vueltas por un laberinto de barras de metal que una vez metido en él o desistes y das por perdida la batalla o continúas hasta el final. Puedes hacer amigos o incluso hasta echarte novio o novia porque da para todo. Eso sí, si a mitad de recorrido no anuncian que la atracción se cierra por un fallo técnico o se queda fuera de servicio, lo cual te hace sospechar un poquito del grado de seguridad de las mismas, cuando ves que pueden tener una caída de 100 m a más de 100 km/h.

A pesar de todo esto intentamos disfrutarlo rodeados de visitantes que nos hacían creer por un momento que la Torre de Babel había de nuevo surgido después de miles de años. No puedo ser capaz de calcular los cientos de personas que había en el parque los dos días que fuimos, pero que había nacionalidades por doquier sin duda. Hasta llegamos a ver una visita guiada en hebreo con un grupo, imagino, de israelíes, que también subían a las diferentes atracciones. Y vayan sacando la calculadora para multiplicar.

A continuación, las distintas opciones de restauración, ambientadas en el Mediterráneo, en China, en Polinesia, en el Far West... La media por menú eran 14 €, lo cual te lleva a que en nuestro caso que éramos tres, la comida nunca bajaba de 40 €. Y si luego tomas un helado o un postre, súmales 3 euros más por cada comensal. De ahí que mucha gente intente "camuflar" en sus mochilas algún bocadillo, tupper con ensalada o la tortilla de rigor porque cualquier producto dirigido a tu boca, fuese comida o bebida, no bajaba de 2 - 3 euros. Y por supuesto, calidad baja, envases no reciclables y prisas y más prisas. Pida, recoja, coma y márchese. En esos momentos de reflexión piensas: ¿por qué los seres humanos somos tan gilipollas de caer en el consumismo desaforado? ¿Por hacer más felices a nuestros hijos que sí o sí tienen que montar en el Dragon Khan y comprar después la foto de rigor gritando en un looping para que los amigos que se quedaron en tu ciudad comprueben que las caries del retoño ocupan más de una muela? Porque la foto de rigor del miedo o la adrenalina estaba en torno a 8,95 €... y claro, muchos la compran. Incluso te la ponen en una taza, gorra o camiseta para seguir luciendo en octubre cuando vas al trabajo o va el niño al colegio lo bien que lo pasó en verano y lo guay que fui como padre que los hice disfrutar a tope. Tontos, si es que somos tontos.

¡Ah! Y el acceso. Si vas en coche, 12 €; si vas en bus, 2 € ida y otros 2 vuelta desde Salou, la localidad más cercana al parque y destino turístico de invasión. Así que seguimos haciendo caja. Pero bueno, pensemos en positivo. ¿Estuvo bien la experiencia? Bueno, sí. Hay que reconocer que subir en esas montañas rusas espectaculares es un entretenimiento salvaje, descargas adrenalina y sinceramente, si no padeces de vértigo o similar, quedas muy bien. A mí me fascinó "Shambhala", una montaña rusa ambientada en el Himalaya y que a día de hoy es la más alta del parque. Es difícil explicar lo que se siente al hacer el viaje en ella, pero al margen de la diversión creo que es una experiencia que hay que vivir. 



Después de dos días intensos en Port Aventura, tuvimos también tiempo de hacer algo de turismo y de disfrutar de sol y piscina en el hotel. Nos alojamos en uno de una cadena francesa, fabuloso, con un trato profesional y amable. Nos bañamos en la piscina, tomamos el sol, nos movimos por el horror saturado de Salou en verano (nada destacable) y visitamos la capital de la provincia, Tarragona, llena de restos romanos. Vimos lazos amarillos, esteladas, escuchamos catalán, español, inglés, francés, árabe, ruso y demás. Es curioso que en un lugar tan centrado en el turismo haya personas que vean que con la independencia vivirían mejor. Yo discrepo, acepto la diferencia de opiniones pero a Cataluña le va muy bien con los guiris. Lo curioso es que paseando por Tarragona oímos a una mujer decir: "es que los turistas extranjeros que vienen aquí dicen venir a España, no a Cataluña". Pues ya está, explicación más que suficiente y no me voy a extender con este tema. ¿Hay banderas en los balcones? Sí. ¿Hay pancartas a favor de la liberación de los políticos presos? También. Pero entre todas ellas nos encontramos con esta:



Por lo demás, poco que decir. Lo de siempre cuando viajas: aprendes a ver el mundo desde otra perspectiva, con otro color, abres la mente y adquieres conocimientos. Por cierto, viajamos en tren, mucho recorrido por líneas de AVE y es una pasada, 250 km/h en un tren tipo TALGO que nos llevó 13 horas. ¡Qué falta hace que a Galicia llegue la alta velocidad enseguida! Porque el tramo más lento fue el que transcurrió entre Ourense y León y es lógico porque por el curso del Sil hasta Ponferrada y para pasar el puerto del Manzanal a día de hoy el AVE es una entelequia. En pocos meses para ir a Barcelona desde Galicia será mejor bajar a Madrid y desde allí a la capital catalana. Un poco sinsentido, pero tendrá que ser así para poder llegar a la otra punta de España en unas 5 o 6 horas.

Y con todo esto se acaban las vacaciones. En pocos días comienza un nuevo curso, vuelta al colegio, caras nuevas y más experiencias, siempre aprendiendo de la vida. Así que en septiembre volveré a escribir algo. Saludos!!





viernes, 17 de agosto de 2018

LONG HOPE

Desde hace ya algunos años he leído sobre la situación de un colectivo de marineros españoles que trabajaron años en barcos de Noruega y que tienen un problema serio debido a que el país nórdico no quiere pagarles la pensión correspondiente por esos años trabajados.

Hoy La Voz de Galicia publica una entrevista al portavoz del colectivo denominado Long Hope  sobre todo este proceso que mantiene en lucha a 12000 marineros españoles, 8000 gallegos. Como bien comenta este hombre, algunos de ellos ya se han muerto sin cobrar lo que en teoría les pertenece pero que Noruega se niega a darles. Realmente no soy un experto jurídico en el caso ni sé si tienen razón o no, pero leyendo la entrevista me llamaron la atención varias cosas que comenta sobre ese país y que para uno que vivió fuera de España tres años como yo no sorprenden y desmitifican un poco el hecho de que en el extranjero "se está mejor".

Hay una frase que resume un poco esa opinión que tanto este señor como yo tenemos y que es opuesta a la que tienen muchas personas aquí. Literalmente dice:

"NORUEGA ES UN PAÍS INDECENTE, NO ES COMO NOS LO PINTAN"

Utilizar el calificativo "indecente" para un país que aquí tenemos como modelo de muchas cosas, entre ellas los servicios que ofrece a sus ciudadanos y ciudadanas como espejo del estado de bienestar, ya es toda una declaración de intenciones. Durante todos estos años en mi blog también he intentado desmitificar todo lo que en España vemos de Holanda (en mi caso concreto) como maravilloso y que en realidad no lo es. No hago una cruzada contra el país en el que viví, pero sí que me gustaría que los lectores que se pasan por aquí no crean que todo es maravilloso y España una auténtica mierda. Pues no, no es así, y muchas discusiones sobre estas cuestiones, alguna un poco agria, he tenido sobre todo con españoles o españolas que viven en Holanda y hacen de su residencia allí el paradigma del bienestar. 

De lo que más he hablado (y criticado), evidentemente, es del sistema educativo. Claro que España tiene cosas que mejorar en este aspecto, pero desde luego Holanda también. Si hay algo que durante los tres años aprendí a valorar es lo positivo que hay en nuestro país y a no caer en esa "indecencia" que relata Alberto Paz en la entrevista que dio al periódico. Aún 5 años después de haber regresado y cuando comento a gente que llega a mi vida que viví allí tres años, algunos lo primero que me dicen es "¡qué maravilla!". Y automáticamente salta en mí un resorte y empiezo mi retahíla de desmitificación de tópicos. En este blog ya he dado cuenta de temas como Educación, Sanidad, inmigración, derechos y libertades de los ciudadanos, etc., y mi argumento es exactamente igual que el del entrevistado y que se resume en la frase que puse antes.

Pero lo que más me dolía cuando estaba allí era oír a españolas y españoles que llevaban ya más años en el país o definitivamente tenían su residencia, hablar con desprecio y rencor hacia España. No quiere decir esto que aquí todo sea perfecto, que evidentemente no lo es, pero tampoco en Holanda, Noruega, Alemania, Dinamarca o cualquier país que pongamos como modelo. Una vez oí a alguien decir en una conversación informal "¡cuánto daño ha hecho Españoles en el Mundo!" y la verdad es que creo que tenía mucha razón. Incluso existía la teoría de que el programa se creó con el ánimo de que, con la crisis, los españoles y españolas se marchasen a cualquier país del mundo porque se viviría mejor en ellos que aquí. 

"Indecente" me parece un calificativo más que adecuado. "Hipócrita" también me parece un adjetivo muy bueno. El entrevistado también cita una palabra que se notaba en el ambiente en algunas conversaciones o titulares periodísticos cuando vivía en Holanda: "DESPRECIO". Noruega les trata con desprecio, como hacen muchos ciudadanos de esos países hacia nosotros, italianos, griegos u oriúndos de países que no son como el suyo. Estos días asistimos también atónitos a la denuncia que puso una ciudadana británica a su agencia de viajes sobre sus vacaciones en Benidorm, alegando que quería que le devolviesen su dinero porque estaba "LLENO DE ESPAÑOLES" o como un matrimonio canadiense dejó como comentario en un alojamiento de O Grove que fue todo diferente a como le habían dicho porque había mucho ruido de "coches y camiones" y no pudieron disfrutar de la terraza de la vivienda que alquilaron, pidiendo una compensación a su propietaria.

Y también me hizo reflexionar otra frase que dice este hombre en su entrevista que transmite a la perfección los hábitos de vida de cualquier ciudadano o ciudadana de esos países: 

"El pueblo noruego es en su gran mayoría adoctrinado. Un noruego solo por el mundo no se desenvuelve sin la protección del «papá Estado», un español sí."

Gran frase. Desde luego que los españoles en general y, si cabe, los gallegos en particular, siempre hemos salido hacia adelante CON NUESTRO ESFUERZO y lo que decimos habitualmente "buscarnos la vida". Sin dudarlo, tenemos más estrategias para enfrentarnos a los sinsabores de la vida que ciudadanos de otros países. Y yo he pensado hoy mucho en esta circunstancia porque incluso dando clase allá notaba que había niños y niñas a los que les faltaban esas estrategias para defenderse solos. Si aquí nos quejamos de que ya vemos a muchos chavales hiperprotegidos, en Holanda esa situación era mucho más clara y de ahí ese carácter tan organizado y previsor que tenían, no sabiendo reaccionar cuando surge algún contratiempo. "Papá Estado" tiene la obligación de resolvernos la vida... y no, no es así.

En el caso de los marineros españoles en Noruega no sé si tienen la razón o no. Me resulta también extraño que el caso esté tan enrevesado si está claro que ellos cotizaron y pagaron sus impuestos en Noruega durante años porque en España todos conocemos a personas que cobran una jubilación, por ejemplo, de Francia o de Alemania por los años que trabajaron allí emigradas. En todo caso, espero que su problema termine de manera satisfactoria para ellos, pero sí me gustaría terminar haciendo ver lo mismo que este señor: no es oro todo lo que reluce allende los Pirineos y si alguien tiene pensado emigrar para establecerse en otro país, que se lo piense mucho y lo valore, a veces se pierde más que se gana, y no lo digo exclusivamente a nivel económico, sino a nivel personal y emocional. Tenemos muchas cosas que merecen la pena y no te das cuenta de que las perdemos hasta que no las tenemos o no las disfrutamos, y eso yo lo viví en primera persona. Aún así, jamás me arrepentí de vivir la experiencia que viví porque desarrollé unos conocimientos y unas aptitudes que quedándome en España hoy no tendría, por todo lo cual también agradezco lo que me dio esa experiencia. En definitiva, aprendizajes que da la vida cuando uno sale de su "zona de confort", muy necesario cada cierto tiempo y recomendable para todo el mundo.



miércoles, 15 de agosto de 2018

VIAJE A POLONIA IV (FINAL): POZNAN

Y después de varios días sin escribir, toca finalizar este viaje a Polonia en otra gran ciudad: POZNAN. Llegamos al mediodía y hacía un calor asfixiante, buscamos nuestro hotel que estaba en una parte de un edificio muy al estilo comunista que albergaba una asociación tipo Protección Civil, aunque en recepción nos dijeron que se trataba de "voluntarios para la defensa de Polonia"... algo un poco raro, pero curioso. Las instalaciones del hotel eran funcionales, destacando el comedor que además servía como punto de encuentro entre los huéspedes porque en realidad el hotel parecía un albergue, aunque cada habitación con su baño, bien acondicionada, etc. Lo único que no tenía era aire acondicionado y en su defecto teníamos un ventilador eléctrico de toda la vida, lo cual nos benefició porque pasábamos de 30 grados.

Poznan se conoce como "la ciudad donde nació Polonia", ya que aquí hubo varios levantamientos contra los prusianos y manifiestos a favor del nacionalismo polaco. Es un importante centro comercial e industrial en mitad de la ruta Berlín - Varsovia. De hecho allí nos enteramos que en la ciudad vive la mujer más rica de Polonia (según nuestro informante es una mujer mecenas), heredera de un imperio cervecero y precisamente en la antigua fábrica de cerveza se emplaza actualmente el mayor centro comercial no solo del país sino que parece ser de toda Europa. Dicho edificio quedaba a pocos metros de nuestro hotel y tenía infinidad de tiendas y establecimientos de restauración, en donde comimos algún día, y según el mismo informante la mujer en cuestión vivía en un ático inmenso en el mismo centro comercial. Y sí, era enorme, ocupaba varias manzanas e incluso llegaba hasta las mismas puertas del casco antiguo. Se llama Stari Browar y conserva incluso detalles de la antigua fábrica. Según lo que he podido ver en Internet no parece ser el más grande de Europa, pero teniendo en cuenta que en A Coruña está el tercero más grande del continente... pues a mí el de Poznan me pareció mayor. En fin, solo era una anécdota.

El casco viejo destaca, como en casi todas las ciudades que visitamos en este viaje, por la Stari Rynek o Plaza del Mercado donde se encuentra el ayuntamiento y las casa con fachadas de colores y restaurantes en los bajos. Bonita, como cualquiera de las que vimos en el país, pero en esta hay una leyenda curiosa. Resulta que el símbolo de la ciudad son dos cabritos que chocan sus cornamentas y que salen a las 12 del mediodía de un hueco en la fachada del ayuntamiento. Cuenta la leyenda que los cabritos iban a ser asados y se escaparon entrando en el edificio y subiendo las escaleras hasta la parte superior. Al alcalde de aquel entonces le hizo tanta gracia que los indultó y mandó construir dos animalitos de hojalata que chocasen los cuernos en esa ventanita que se abre al dar las campanadas. Os dejo el enlace a un vídeo de youtube porque nosotros... ¡¡no los vimos!!



En el resto del casco antiguo destaca la Iglesia de San Estanislao, de los Jesuítas, construída en estilo barroco tan de libro que es toda una lección de arte. No cansa ver las columnas salomónicas ni tanta exuberancia de color y formas curvas. Merece la pena sin dudarlo.

Fuera del casco antiguo hicimos tres visitas que tal vez no sean muy representativas pero dado que ya estábamos en el penúltimo día de viaje y el cansancio hacía mella, yo particularmente necesitaba verde y campo y no tanto adoquín y calles. Así que por la mañana nos fuimos al parque de la Ciudadela, un recinto tranquilo en una colina de la ciudad y en el que pasear sin ruido de coches, tranvías y autobuses. Pero lo curioso de este parque es que caminando por él encuentras varios cementerios integrados en la urbanización y senderos del parque: uno internacional, otro polaco y otro soviético; fijándose en las tumbas ves que las fechas son de caídos prácticamente en las mismas fechas, en batallas de la II Guerra Mundial o en levantamientos contra la dictadura comunista. Algunas de las tumbas parecían bastante abandonadas, sin embargo la zona internacional estaba siendo precisamente cuidada al máximo porque estaba bajo la responsabilidad del gobierno británico. Una sensación de nostalgia y tristeza, a pesar del calor, invadía un poco la atmósfera porque las tumbas estaban con símbología acorde con el origen de los soldados o civiles caídos.

A continuación visitamos la catedral, alejada del centro y a la que acudimos en tranvía. Después de ver la de Wroclaw no nos impresionó tanto, pero hay una capilla que le llaman la "capilla dorada" que tiene inspiración en la época bizantina. Y como estábamos cerca y nos habían hablado de esa zona, a continuación fuimos a comer al área recreativa de Malta. Sí, no nos cambiamos de país, sino que en esa zona se construyó un lago artificial de 3 kilómetros de largo que suele albergar importantes competiciones de remo y piragüismo porque en el lago se ha hecho un campo de regatas impresionante. Y sí, estaban entrenando varias selecciones nacionales porque en pocos días se celebraba el campeonato europeo sub-23. El entorno del lago es espectacular: senderos para pasear, carril-bici, zonas para ir de picnic, unas termas con parque acuático, el zoo de la ciudad, un centro comercial e incluso un mini-tren que te lleva por una vía muy estrecha desde el campo de regatas hasta el final del lago donde está el zoo. Una zona de esparcimiento que ya quisieran muchas ciudades de Europa.


Poco más hicimos en la ciudad. Poznan perfectamente puede visitarse en un día completo, de saberlo hubiésemos reservado dos noches en Wroclaw y una aquí, pero bueno, tampoco nos arrepentimos. Al día siguiente tocaba volver a Varsovia, pasar la noche y al otro día regresar a España. Tuvimos retraso de nuevo en el vuelo de LOT y en consecuencia perdimos el tren de regreso a Coruña en Madrid, así que tuvimos que alquilar un coche y venirnos hasta casa porque no había plazas de trenes en dos días y los precios de los billetes de avión estaban por las nubes. Reclamamos a LOT y a ver si podemos conseguir alguna compensación por los inconvenientes, pero lo veo difícil.

Comentaros también que en cuatro ocasiones dormimos en apartamentos, en Varsovia (dos distintos), en Cracovia y en Wroclaw. El mejor, sin duda, en Wroclaw; el peor en Cracovia, pero donde tuvimos una desagradable sorpresa al regresar a España fue con el primer apartamento de Varsovia. Resulta que su propietaria (a la que no vimos, ya que todo fue reservado a través de booking.com) dejó un contrato de uso de la vivienda en la mesa de la cocina, en inglés, en el cual aparecía un lugar para firmar por parte de la persona que hizo la reserva. Pues bien, yo firmé, pero no traje copia, básicamente porque no la había. El caso es que de allí a unos pocos días veo que hay un cargo en mi cuenta a mayores de 70 € y llamé a booking para que me aclararan de qué era ese cargo. Pues bien, se pusieron en contacto con la señora y les dice que rompimos con un sofá un trozo de pared y su reparación fueron esos 70 € que teníamos que pagar porque yo me comprometí con mi firma a abonar cualquier desperfecto. Estoy convencido que lo que firmé fue una trampa para que la señora arreglase algo o comprase cualquier cosa y la cargase al inquilino de turno que buenamente firmase. Así que si vais a Varsovia nada de alojarse en el Apartment Gieldowa Residence, porque sí, muy bien amueblado y cómodo, pero la jugarreta no nos hizo ni pizca de gracia. A ver si aún podemos conseguir alguna foto de lo que "hicimos" porque fue un dinero que sinceramente pensamos que nos robaron.

CONCLUSIÓN. Merece la pena visitar Polonia, salirse del tópico de visitar Cracovia, Auschwitz y las minas de sal de Wieliczka, aunque lógicamente hay que verlo. Totalmente imprescindible la visita de Wroclaw, el gran descubrimiento del viaje. Seguramente nos faltó acercarnos al Báltico, a Gdansk y a la montañas, a los montes Tatras y a la zona de Zakopane... pero así tenemos excusa para volver. Y sí, compensa porque la moneda sigue siendo el zloty y es muy barato. Se circula bien por sus carreteras y autopistas, hay un sistema de transporte público en las ciudades más que aceptable y, en definitiva, Polonia sorprenderá porque no es aquel país "comunista" de Lech Walesa y Juan Pablo II, que sí, está omnipresente, pero hay una dura y cruel historia detrás. Mientras, empezamos a planificar el viaje de 2019... se chegamos alá. Gracias por seguirme, espero que os haya gustado.



lunes, 6 de agosto de 2018

VIAJE A POLONIA III: WROCLAW

Antes que nada que nadie se agobie si no es capaz de pronunciar el nombre de esta ciudad. Tal y como nos dijeron en la oficina de turismo se dice algo así como "vrotswaf", pero resulta que siguiendo normas de la RAE si un topónimo puede ser traducido, se hace, así decimos "Londres" y no London o "La Haya" y no Den Haag. Pues bien, Wroclaw es BRESLAVIA. La tercera ciudad de Polonia en población fue el gran descubrimiento del viaje.

Por desgracia solo estuvimos aquí un día, pero la cantidad de cosas que hay que ver y disfrutar en esta ciudad merecería otro día más. Aún así, creo que dimos un buen paseo y disfrutamos de su arte, historia, cultura y su entorno, nos pareció el mejor lugar de los que visitamos en Polonia (sí, más que Cracovia)

Wroclaw perteneció durante mucho tiempo a Alemania. Solo fue después de la II Guerra Mundial cuando quedó integrada en el territorio actual de Polonia, que fue uno de los países que más varió sus fronteras en el s. XX. La visita comenzó, como ya venía siendo habitual, en la Plaza del Mercado o Stari Rynek. Era domingo, muy buen tiempo y sus habitantes y turistas disfrutaban de múltiples actividades en la plaza, conformada por edificios con fachadas de distintos colores y, por supuesto, el ayuntamiento. Su visita interior merece mucho la pena porque las salas que puedes visitar tienen una decoración que va desde el gótico hasta los estilos más modernos, destacando el trabajo de cantería en arcos, dovelas, claves, en las bóvedas, etc. Un ejemplo lo tenéis en una de las caras que conformaban un capitel de un pilar de una bóveda, que seguramente tendrá su leyenda, pero es que parece ser que había en todo el edificio unas 2000.


Wroclaw es una ciudad plagada de historia. Si visitamos su entrada en la Wikipedia fue un importante nudo comercial desde la Edad Media. Y teniendo tanta historia vimos una iniciativa que a mí personalmente me encantó. En una de las calles del casco antiguo se creó el "Paseo de la Historia". A lo largo de la acera y cada pocos metros pusieron una placa de metal en relieve en el suelo con un hecho significativo de la Historia de la ciudad, desde su creación como tal allá por el año 1000 hasta 2017, que fue sede de los World Games, destacando en los últimos años su condición de Capital Europea de la Cultura en 2016 o las inundaciones que provocó el río Oder que atraviesa la ciudad.



La ciudad tiene universidad y de ella han salido 9 Premios Nobel. Cualquier rincón es una delicia, además el río Oder forma una isla en la que se asentaron la catedral y otros edificios de gran interés artístico. La catedral es muy esbelta, reconstruída en su estilo original ya que fue arrasada en un 70% en la II Guerra Mundial. Pero tiene una curiosidad que entretiene bastante y es que se ve una bomba incrustada en una parte exterior de ella (no os voy a decir dónde está, pero sí os pongo una foto).



Pero si hay algo que de verdad entretiene y es un reclamo turístico para todas las edades es, sin duda, el motivo por el cual se le conoce hoy en toda Europa. Wroclaw es la Ciudad de los Gnomos. Sí, como lo oís. Todas sus calles están plagadas de estos seres diminutos que tienes que buscar y, lógicamente, fotografiar. Nadie sabe cómo aparecieron, pero parece ser que un comerciante puso uno para decorar su escaparate y fue tan atractiva la idea que hoy muchos organismos, instituciones, negocios, restaurantes... tienen un gnomo de bronce representado en actitudes cotidianas y hay ya más de 300 en toda la ciudad. Os podéis imaginar que para los niños es muy atractivo y los ves buscando gnomos por todo el centro de la ciudad. De hecho hay una ruta planificada con un mapa que te dan en una oficina específica "de los gnomos", pero lo divertido es ir encontrándotelos sacando dinero de un cajero automático, robando helados en una de las heladerías más famosas de la ciudad, viendo la tele con un mando a distancia en la mano en la entrada de un baño público, imitando a la Estatua de la Libertad o recordando el lugar donde estuvo la primera imprenta de Wroclaw. En fin, algo maravilloso.


Cominos y cenamos en la Plaza del Mercado, caminamos por la isla de la catedral a la que se accede a través de un puente lleno de candados de enamorados, fuimos a la búsqueda de los gnomos y además, tuvimos un apartamento espectacular para dormir, por poco dinero. De ahí que esta ciudad merezca una visita más reposada, poder hacer un mini-crucero turístico por el Oder y visitar alguna cosa más en su extrarradio. Como lo pasamos tan bien os voy a dejar un vídeo un tanto divertido que grabé imitando a un conocido programa de televisión que también promociona en cierta medida el turismo, no sin antes recomendaros que si visitáis Polonia, Wroclaw es más que una parada obligada, sin dudarlo.







jueves, 2 de agosto de 2018

VIAJE A POLONIA II: LUBLIN Y CRACOVIA

Después de dos noches en Varsovia, empezamos a recorrer las carreteras polacas. Nuestro primer destino fue la ciudad de Lublin, de unos 340.000 habitantes. Durante el recorrido pudimos comprobar que los fondos europeos llegan a los países incorporados ya en el s. XXI a la Unión Europea, ya que gran parte del camino estaba en obras por la construcción de una autopista, así que el viaje fue un tanto lento pero sin contratiempos. Llegamos a Lublin poco antes de comer, después de recorrer unos 180 km. 

Lo cierto es que nuestra idea inicial era cruzar la frontera de Ucrania y visitar Lvov, pero las compañías de alquiler de coches no permiten salir de la UE, así que tuvimos que cancelar nuestra noche en Ucrania y cambiarla por otro destino en Polonia pocos días antes de nuestra salida. Una pena porque Lvov también era una ciudad muy deseable para visitar, pero el cambio nos dejó un buen sabor de boca.

Lublin tiene un ciudad vieja maravillosa. Considerada un eje comercial entre el Este y el Oeste de Europa, posee dos universidades y durante siglos fue ejemplo de convivencia de culturas y religiones. Recorrer las calles del casco antiguo es trasladarse en la Historia. Dos puertas majestuosas lo cierran, una da paso a la ciudad nueva y otra al antiguo castillo desde el que se divisa una panorámica fantástica. En ese castillo existe una joya artística que es una capilla totalmente decorada con frescos bizantinos a la que solo se puede acceder cada 15 minutos en una hora, con unas condiciones de preservación exquisitas, debido a los años que tienen esas pinturas. No dejan ni hacer fotos porque los frescos también tuvieron su deterioro en momentos de guerra y en las dependencias del castillo los nazis también hicieron gala de su terror. El día nos acompañó con tormenta y no pudimos hacer muchas fotos desde lo alto de la torre del castillo, pero os aseguro que pasarse unas horas en la ciudad merece mucho la pena. Cerca, por desgracia, también puedes visitar otro de los campos de exterminio que se instalaron en tierras polacas, el de Majdanek, pero como posteriormente iríamos a Auschwitz y solo pasamos una noche en esta ciudad, no lo visitamos.


Durante el callejeo por la ciudad vieja llegamos a encontrarnos con flechas del Camino de Santiago, así que si alguien se anima, pues tranquilamente puede empezar a recorrerlo aquí. Gente muy amable, una ciudad que aquí llamaríamos "de provincias" pero maravillosa. Y por cierto, en esta ciudad surgió el famoso movimiento "Solidaridad", aunque luego el protagonismo con Lech Walesa se lo llevó Gdansk porque era en sus astilleros donde él trabajaba, pero el germen fue aquí y sacamos una foto en el local donde se inició todo.


Y, en definitiva, lo más bonito fue callejear desde la Plaza del Mercado con sus sólidas casas de colores hasta el castillo, en un tranquilo y cómodo paseo que nos imaginábamos en invierno, con frío y nieve, enriqueciendo ese aspecto de ciudad de cuento de hadas. Existe también una ruta subterránea que tampoco pudimos hacer, parte de los sótanos del ayuntamiento y parece ser que eran los antiguos almacenes de los mercaderes, imagino que también supondría un importante escondite en épocas trágicas. No dejéis de visitarla si algún día vais a Polonia.


Al día siguiente nos encaminamos a la ciudad que todo el mundo visita en Polonia, primer destino turístico del país: CRACOVIA. En mayo de 2012 ya conté en este blog mi visita de 4 días a esta fantástica ciudad y a su vez, la puerta de entrada al horror del nazismo porque aquí están muchos escenarios de la famosa película "La lista de Schindler" y es de donde parten la mayoría de las visitas guiadas a Auschwitz. Os dejo los enlaces de lo que comenté en aquel viaje y a continuación os cuento lo que visitamos por primera vez, ya que Cracovia es de esas ciudades a las que siempre hay que volver.

Cracovia 2012

Cracovia 2012 2ª parte.

Decir que durante el trayecto visitamos también una de las iglesias de madera que son Patrimonio de la Humanidad y que se encuentran diseminadas por el sur de Polonia, (aquí el GPS nos sirvió de gran ayuda) y que podéis ver en ese enlace que os dejo de otro blog. Y aprovechamos para ver también las minas de sal de Wielizcka, aunque yo ya las había visto hace 6 años, mis compañeros de viaje bajaron a visitarlas, yo me quedé en el exterior y pude disfrutar de un paseo por la ciudad y de la experiencia de subir a la lalmada Torre de Graduación que se construyó en 2014 y es una idea muy curiosa. Resulta que la ciudad, al estar sobre un terreno con tanta sal y en un entorno natural privilegiado, a alguien se le ocurrió intentar recrear un microclima como si estuvieses al lado del mar. Pues bien, han hecho una construcción completamente cubierta de ramas de árboles sobre las que caen permanentemente gotas de agua que, lógicamente, llevan sal. Eso genera que al introducirte en el recinto y subir a la torre, respires un aire totalmente libre de impurezas y similar al que respirarías en un lugar costero. Es una sensación maravillosa porque esa humedad salina impregnada en la madera es como un "spa" muy recomendable para las personas con afecciones del aparato respiratorio. Merece la pena pagar 9 zlotys (poco más de 2 euros) y pasearte por allí una media hora, ¡¡sales como nuevo!!


En Cracovia la primera decepción fue nuestro apartamento: pequeño, incómodo y son solo una estancia y un baño. Eso sí, en pleno centro, entre el barrio judío y la ciudad vieja. Una ciudad tan turística estaba, siendo verano, atestada de gente. El casco viejo y el castillo eran un hervidero de gente, pero la visita era obligada. Sin embargo, yo tenía más interés en profundizar en la visita a Kasimiercz, el núcleo principal de la Cracovia judía, en donde visitamos tres sinagogas de las siete que hay y el barrio comunista de Nowa Huta, un auténtico descubrimiento.

En el barrio judío hoy hay vida, con todo lo que eso implica después de saber todo lo que ocurrió en toda la región con el horror nazi. Además, muchos restaurante son judíos y pudimos comer en ellos platos que nunca habíamos probado. En las sinagogas pudimos ver cómo se conforma un templo judío, lo que significan sus muros, el "arón ha-kodesh" o lugar sagrado donde se guarda el Talmud, el púlpito central donde se lee, etc., pero también la separación en el templo de los bancos y zonas destinadas a hombres y a mujeres. Uno llega a la conclusión de que las religiones occidentales tienen unos ritos y dogmas comunes, aunque luego se diferencien en sus liturgias, pero características comunes tienen. En la Sinagoga Remuh impresiona ver en su patio muchas placas puestas en sus muros recordando a familias exterminadas por el Holocausto, en una de ellas en inglés se recordaba a 80 personas exterminadas por los nazis en los campos de exterminio. Reflexión obligada para todos.


Son templos bastante austeros, al contrario de lo que estamos acostumbrados en la religión católica, pero también es interesante intentar comprender lo que implica toda la cultura judía porque, a pesar de los siglos, los integrantes de esta religión siempre fueron denostados y observados con lupa, expulsados de muchos territorios, exterminados... y aún así sigue habiendo cierto odio hacia ellos. No voy a valorar ni a entrar en la situación actual del estado de Israel referida a su conflicto con el mundo árabe, pero lo que está claro es que a día de hoy (y lo he preguntado incluso en Polonia a algún guía) nadie puede darme una explicación clara de por qué han generado siempre tanto odio y por qué en muchos aspectos del lenguaje todavía existen expresiones xenófobas hacia los judíos. Y creo que ese estigma les acompañará siempre, así que depende de cada uno de nosotros no entrar en debates intolerantes y respetar, sin más, las peculiaridades de cada uno.

Pero la visita que más me gustó en Cracovia esta vez fue la del barrio de Nowa Huta. Se trata de un barrio periférico al que tienes que llegar en tranvía y que fue diseñado después de la II Guerra Mundial bajo los parámetros de la nueva arquitectura comunista soviética. Era un barrio obrero, con una fábrica siderúrgica en su centro, diseñado al más puro estilo racionalista: bloques de viviendas iguales, grandes avenidas, calles y plazas siguiendo una estructura cuadriculada. Los habitantes del barrio tendrían todos los servicios de primera necesidad así como de ocio: teatros, parques, jardines... Pero claro, no contaron las autoridades comunistas (como era lógico según sus ideales) con un aspecto fundamental en la manera de ser de los polacos: la religión católica. Y allá por los años 70 era arzobispo de Cracovia un tal Karol Wojtyla. Por todo ello, los habitantes de Nowa Huta habían empezado a construir en su tiempo libre un templo que hoy es una visita más que obligada no solo del barrio, sino de toda la ciudad: la Iglesia de Arka Pana, diseñada al estilo de Le Corbusier como un templo totalmente racionalista y funcional y que es, sencillamente, espectacular si te gusta la arquitectura del s. XX. La historia de esta iglesia y la lucha que mantuvieron los obreros polacos contra el régimen comunista para levantarla la podéis leer en el enlace que os he puesto antes, merece la pena saber realmente qué pasó, al margen de que seas creyente o no.


El interior impresiona por su disposición, toda la iglesia es una simbología y se recuerda el periplo que pasaron para levantarla desde los años 50. Pero si hay una imagen que te deja impactado es, sin dudarlo, la del Cristo crucificado, que simboliza al Cristo que acoge a la Humanidad. Recomiendo totalmente un paseo por este barrio y llegar a la iglesia, siempre abierta y con gente orando. Una visita con el máximo respeto a sus creencias de verdad que os sobrecogerá. En esta segunda visita a Cracovia ha sido lo que más me ha gustado.


Y quedaba una última visita desde Cracovia: el regreso al horror y a la infamia. Auschwitz será siempre el lugar que nunca debió existir. No pudimos conseguir una visita guiada en español, así que solo hicimos una visita rápida con una mini guía impresa y pagamos los traslados, ya que la afluencia de personas allí es inmensa y está a unos 70 km. de Cracovia. De nuevo, como en 2012, hacía calor y sentir esa humedad pegajosa de los barracones, ese olor a madera que ha sido testigo del genocidio más cruento de la Historia, ver los lugares que tantas veces vimos en las películas e imaginarse, solo imaginarse por unos minutos lo que era aquel infierno en vida, no es apto para todos los públicos, aunque a más de un político xenófobo llevaría yo por allí a darse una vuelta. Y sí, vuelves a emocionarte, vuelves a llorar porque en mi segunda visita ves otros detalles, haces otras reflexiones y... en fin, es muy difícil expresar emocionalmente lo que sientes al volver a pisar aquellas estancias. Me derrumbé viendo las fotos de los niños con "el pijama de rayas", me quedé un par de minutos solo dentro de la cámara de gas del crematorio 1 observando las paredes escarbadas con las uñas de los que buscaban aire para salvarse. No se encuentran calificativos ni palabras para definir todo lo que sientes en dos o tres horas de visita, simplemente hay que sentir y reflexionar. Yo creo que nadie es la misma persona una vez que visita Auschwitz, algo se remueve en tu ser, en tu conciencia de ser humano ante todo lo que pasó allí y que al 100 % nunca llegaremos a saber y difícilmente a comprender. Y tienes incluso que llegar a mirarlo con los ojos de la "no emoción" para tratar de comprender algo. Los nazis concibieron los campos de exterminio como un proceso industrial de la muerte del cual tendrían que sacar un beneficio porque ni yo mismo creo que ningún ser humano pudiese actuar siendo consciente de lo que realmente estaban haciendo. La rampa de descarga, los trenes, la selección, las condiciones de hacinamiento, las comidas, la higiene, la ropa, las pertenencias, las torturas, los experimentos humanos, el proceso de "solución final", las cámaras de gas, los crematorios. No se puede describir el horror, el infierno, pero es necesario hacerlo y en Auschwitz se hace sin morbo y contando las cosas como realmente ocurrieron. Negarlo es negarse a uno mismo como individuo de la especie humana, no creo que haya animales que llegasen a actuar con tanto terror y crueldad como lo hicieron los nazis.




En fin, volvimos a Cracovia a pasar la última noche para salir al día siguiente hacia otra ciudad que fue el gran descubrimiento del viaje, pero eso será otro día. ¡¡Gracias por leerme!!