domingo, 23 de diciembre de 2018

EMPATÍA Y LOTERÍA

Ayer empezó oficialmente la Navidad en España. Y recalco: SOLO EN ESPAÑA. Porque el día 22 de diciembre es una fecha muy marcada en el calendario, la fecha en la que puedes celebrar dos cosas: o tener muy buena salud o que te tocó la Lotería de Navidad, considerado uno de los sorteos más famosos del mundo y que aporta más dinero.

Su historia llega hasta el s. XIX y se puede consultar en varias páginas web. Aquí el enlace de la wikipedia. El sorteo a día de hoy está lleno de historia y anécdotas, aparte de miles de curiosidades. El hecho de que sea el más vendido del año y que sus décimos estén a la venta 6 meses antes, ya lo dice todo. Y es más que habitual que cuando los españolitos y las españolitas se van de vacaciones en verano, compren lotería en su ciudad o villa de veraneo, y ahora también gente de otros países que saben de la fama de este sorteo y de sus premios.

Pero hay dos detalle que hacen peculiar a este sorteo. Uno es el hecho de usar un gigantesco bombo con 100.000 números de madera, del 00000 al 99.999 y otro más pequeño con los premios a adjudicar, algo más de 1800. Cada 20 números los bombos giran y tanto los números como los premios son cantados por niños y niñas. Este hecho es el segundo detalle, básico para celebrar los sorteos de lotería en España. Y es que la lotería española está vinculada a un antiguo orfanato donde residían niños que eran los encargados de "cantar" la lotería, los niños de San Ildefonso. Hoy la institución es un colegio concertado mixto que tiene, digamos, el privilegio de continuar con la tradición de dar los premios de la lotería. Y los niños y las niñas son parte fundamental del sorteo de ayer.

Las niñas y los niños cantan los premios en sus tonos de voz, generando a veces admiración y otras cierta sorpresa por tener ya voces muy graves. Cuando sale un premio, el público se altera esperando el premio "Gordo", que suponen 4 millones de euros, 400.000 euros al décimo. Ayer el "gordo" se hacía de rogar. Eran más de las 12:30 horas y no había rastro de él. Los asistentes se empezaban ya a inquietar. Se produce un cambio de niños al acabar una tabla y llega ella, la niña, la estrella: Aya.

Aya dio el premio gordo en 2017 y nos emocionó a todos por todo el entusiasmo que transmitía. No habían pasado 4 bolas y su expresión facial lo decía todo: ahí estaba.





La secuencia entera es maravillosa. Pero lo que me fascina es cómo esta pequeña además de emocionarse tiene la empatía de apoyar a su compañera que rompe a llorar por dar el premio más importante del sorteo. El momento de ponerle la mano en la espalda es de una madurez emocional impresionante, y todo lo que le dice ante la mesa de control y ante las cámaras. Se metió de nuevo a toda España en el bolsillo y me parece que refleja a la perfección lo que significa el día de ayer.

Por la mañana, en la radio, oí una tertulia en la que se hablaba de la alegría de los premiados. De que el 22 de diciembre las imágenes de los telediarios son de gente feliz, descorchando champán, riéndose, llorando, abrazando a su gente, saltando de alegría. Y uno de los tertulianos comentaba por qué nos cuesta tanto empatizar con la alegría, si lo hacemos con la tristeza, con el terror, ponemos lacitos de muchos colores en la solapa o encendemos velas. ¿Por qué no somos capaces de sentirnos felices con la felicidad de otros?

Yo confieso que muchos años tengo llorado de alegría con la gente que sale el 22 de diciembre en los telediarios celebrando que les ha tocado la lotería, al igual que me encantaría, lógicamente, ser yo con mi gente el que lo celebrase. Y creo que es un ejercicio que deberíamos hacer todos: tratar de empatizar con la alegría, ser felices con la felicidad de otros. Porque al fin y al cabo algo se contagiará y como somos seres de preferencias, tendemos a acercarnos a gente que nos dé positivismo y no negatividad, alegría y no penas. Ayer esa felicidad por la vida nos la transmitió, sin duda, Aya, y además su complicidad y cariño por su compañera, esa empatía que tanta falta hace en los tiempos que corren. BRAVO por ella!!!

Por cierto, no me ha tocado la lotería, así que FELIZ DÍA NACIONAL DE LA SALUD ;)

1 comentario:

  1. Empatía... Empatía... Uno no sabe lo que esa palabra supone hasta que emigra hacia tierras donde eso abunda tan poco como el buen tiempo.

    Me emociona ver a la chiquilla y, como a ti, me toca que su compañera le dé cariño para que se calme, porque es algo muy bonito para un montón de personas.

    Y sí: yo pillé una pedrea, porque una amiga común y yo, desde hace un par de años, compramos lotería de Navidad cuando bajo a España :-)

    Oye, que no nos retiraremos ni nos iremos al caribe, pero que los 100 Euritos hicieron una ilusión que no veas :-)

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