Consulado y Heemskerk

El jueves fue el día que más rentó a efectos administrativos. Llegamos al Consulado de España cuando estaban izando la bandera, pero faltaba media hora para abrir. Fuimos a pasear por los canales del "Ring" y a las 9'05 estábamos sentados en el despacho con la persona que teníamos cita para empezar a arreglar papeles, Esperanza, del Ministerio de Trabajo. Fue muy amable y cariñosa con nosotros y pudo conseguir el milagro: una cita para sacar el SOFI Nummer al día siguiente, eso sí, en una ciudad de Frisia (mañana hablamos)

Nos explicó una serie de pasos a seguir para solicitarlo y para llegar hasta allí, así que el día siguiente teníamos excursión.

El resto de la mañana a callejear por el centro de Amsterdam, que no habíamos visto nada. Mucha animación, poco tráfico y comida a la 1 en un autoservicio parecido a uno que había en Viena en el que pagabas por el tamaño del plato, La Place, recomendable por la variedad y el espacio, además de ser eso, un autoservicio.

Pero lo mejor llegó por la tarde, ya que conocimos a un Ángel de la Guarda. Sí, sí, ahora os cuento. Por medio del director de la ALCE contactamos con el representante de padres del aula de Heemskerk. Quedamos a las 4 de la tarde y nos recogió su mujer en la estación. Nos llevó a su casa, nos enseñó el pueblo, la calle de la escuela donde daré clase en esa localidad, nos explicó trámites, nos contó sobre la vida en Holanda... ¡¡y hasta nos llevó a la playa!! Una persona realmente abierta, afable y sumamente cordial a la que yo ya le he puesto el calificativo de Ángel de la Guarda porque cuando llegue a finales de agosto lo voy a llamar para todo, sobre todo si vivo en esa localidad, que es lo más probable ya que dos días doy clase allí. Jose y su mujer Carmen son la viva imagen del disfrute del ocio por encima del trabajo en el país, así nos transmitieron parte de la filosofía de vida de los holandeses: trabaja para vivir y sin molestar a nadie, disfruta de tu timepo libre, el deporte, la naturaleza, la familia... En fin, que ya le prometí las copas de Albariño para cuando llegue.

Nuestra sensación al regresar a Amsterdam fue la de tener al lado a un privilegio de persona, todo un lujo. Ya mis compañeros me lo habían anunciado, pero es que hacía mucho tiempo que no encontraba a alguien así y, sinceramente, creo que vamos a congeniar bastante.

Total, que cenamos en una pizzería del centro, paseo por el Barrio Rojo comprobando "in situ" los escaparates de las chicas y los hombres babeando o negociando fuera para el sexo rápido (pero no furtivo) y vuelta al hotel. Lo del Barrio Rojo será tolerado y legal, pero no dejaba de tener su ambiente un tanto sórdido y demasiado visible. Será porque es el único país donde está legalizada la prostitución que nos choca, pero es que no me imagino yo en pleno Orzán a las comerciantes del sexo exponiéndose en un escaparate: Como dije antes, esto sólo puede pasar en AMSTERDAM

Por cierto, la partícula "Dam" significa "canal", así que el nombre de la ciudad es "Canal del Amstel"; y la partícula "dijk" pues evidentemente "dique", de ahí que muchos topónimos lo lleven: Beverwijk, Slotterdijk...