lunes, 19 de julio de 2010

Utrecht

El primer día por la tarde y después de comer en un sitio muy pijo al lado del hotel y de la estación de Amstel, nos fuimos a Utrecht a buscar una de las aulas. La rutina era ir a la estación central y coger el tren. 36 km que pasaron volando. Una pasada de viaje, aparte de que íbamos viendo lo fácil que es construir una linea ferroviaria en Holanda porque es todo llano. La estación de Utrecht (una ciudad universitaria del tamaño de A Coruña) era intermodal y adosada a un centro comercial. El ajetreo era total, a eso de las 4 de la tarde. Salimos y buscamos la calle en la que está la escuela, en un barrio con muchos inmigrantes que nos fueron indicando el lugar. Fácil de llegar. Parecíamos como los de "Pekin Express" consiguiendo etapas.

Luego regresamos a Amsterdam y cuando estábamos en la estación cayó uno de esos chaparrones que hacen historia. Parece ser que en Holanda llueve muy poco porque es un país sin montañas (el punto más alto son 328 m.), pero aquel día llovió durante un par de horas un verdadero diluvio. Para coger el autobús nos pusimos como pingos, nos fuimos al hotel, ducha y nada más, porque habíamos cenado a las 7 de la tarde en un Burger King en la propia estación porque no podíamos ir a ningún lado.

Esto fue lo que dio de si el primer día en Holanda. A continuación, Heemskerk


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