Para que comprendáis un poco más en qué consiste mi trabajo aquí, la Agrupación de Lengua y Cultura Españolas de los Países Bajos está compuesta por 19 aulas, dispersas por todo el país. Lo normal es que en cada aula atendamos a 2 ó 3 grupos de alumnos (en algunas sólo a uno) entre l@s 6 maestr@s (lo pongo así porque somos paritarios, 3 + 3) que este año estamos en el país. La sede de la agrupación está en Amsterdam, en el mismo edificio del Consulado de España y desde allí se coordina todo el trabajo que realizamos. Las clases que impartimos en las 19 aulas se hace después de alquilar los locales a la institución correspondiente, generalmente colegios de Primaria o institutos de Secundaria, y reciben ese dinero directamente del Gobierno de España a través de la agrupación. Es una buena inyección económica para los centros, ya que aquí se pueden autofinanciar alquilando sus locales o realizando actividades por las que pueden cobrar, digamos que son como empresas que reciben un presupuesto del gobierno holandés pero que no es excluyente.
En la última regulación publicada para estas enseñanzas por el Ministerio de Educación español (año 2010) se contemplan unos criterios para la elección de los locales donde impartir las clases. Por lo general, la búsqueda de un local empieza con un trabajo coordinado entre los profesores y los padres; cuando se ha decidido el local, la Consejería de Educación en Bélgica hace un contrato con el centro en cuestión indicando los servicios de los que podemos disponer en el mismo: uso de medios audiovisuales e Internet, acceso a fotocopiadora, etc. Los precios son elevados para todo un curso, rondan entre los 4000 y 5000 euros por cada aula (id echando cuentas) teniendo en cuenta que se usan uno o dos días a la semana y unas 35 semanas al año.
Uno de esos centros, para mi el mejor de los que imparto clase, es "Het Rinket". Está en Heemskerk, muy cerca de donde vivía el año pasado. Es un pequeño colegio de Primaria muy acogedor y con un profesorado muy amable y trabajador. Personalmente me siento muy bien acogido por todos ellos y son un grupo humano que trabajan bastante eficientemente, por lo poco que puedo ver cuando estoy allí. La jefa de estudios es Wendy, una chica que se defiende muy bien en español y con la que intercambio mucha información sobre los dos sistemas educativos y las condicione de trabajo del profesorado en España y en Holanda. Es un centro, además, con un programa de integración de alumnado inmigrante muy interesante: existe un aula llamada "De Fakkel" (la antorcha) a la que acuden los niños que llegan de otros países no sólo de ese centro, sino de otros centros del entorno, única y exclusivamente para aprender en poco tiempo la lengua neerlandesa.
"Het Rinket" posee una sala de profesores en la que hay una cocina con todos los utensilios, cosa bastante habitual en este país, y de la que puedo hacer uso cuando quiera; el café de los jueves y de los viernes de allí está riquísimo y siempre me tomo uno antes de entrar en clase. El centro, además, suele hacer a menudo actividades complementarias y extraescolares con su alumnado y por muchos motivos me recuerda muchísimo a mi colegio de Ordes por lo bien organizado que está. ¡Ah! Y por si fuera poco, uno de sus maestros, el cordial Rob, es un gran seguidor de Eurovisión, como yo, así que de vez en cuando comentamos alguna cosilla sobre las canciones que van siendo seleccionadas por cada país de cara a Bakú 2012. En definitiva, en "Het Rinket" me siento como en casa. Por si fuera poco, al lado vive mi buena amiga Marisol y su marido Jesús que están pendientes de mí a cada momento, nunca olvidaré el caldo que me hizo el año pasado y que estaba riquísimo. (¡¡Gracias!!).
Cuando ves colegios que funcionan tan bien, es inevitable comparar con nuestra situación en España. Nuestra enseñanza pública tiene poco margen de maniobra para salir adelante por su propia gestión, pero yo creo que es compatible con la aportación que hace cada administración educativa. Yo no creo en el sistema de financiación pública holandés, ya que es similar a nuestra enseñanza concertada, pero buscar fórmulas que mejoren lo que tenemos nosotros podría ser positivo, teniendo siempre en cuenta que aquí no hay funcionariado docente, sino que cada profesor, después de terminar sus estudios, se busca la vida, como se suele decir. La verdad es que, entre una visión tan mercantilista de la educación como hay aquí y una excesiva "funcionarización" de la educación en España (acceso por oposición, traslados por méritos y antigüedad...) tiene que haber un término medio.
En conclusión, una de las mejores cosas de pasar por una experiencia en el exterior es tenre criterios para comparar y, al regreso, mejorar en lo que se pueda. Yo ya tengo otra visión de las cosas y valorado otras maneras de trabajar, la cuestión sería ahora adaptarlo a nuestro país. Lo que me entristece es ver que, después de 26 años en la Unión Europea y tras cientos de intercambios de profesores por medio de programas tipo "Comenius" y similares, esos cambios van muy lentos y queda mucho camino por recorrer. Veremos si cuando regrese podemos hacer que las cosas vayan mejor, se intentará por lo menos.
Interesante, pero coincido en la reflexión del final (que es, en última instancia, lo que nos da el viajar hacia Ítaca): "perspectiva".
ResponderEliminarDebemos seguir aprendiendo todo lo que podamos: Itaca está cada vez más cerca y, cuando lleguemos, deberemos contar lo que vimos.
Un abrazo gigante,
Paquito.