Estos días de frío en toda Europa, con graves problemas en las comunicaciones y con víctimas mortales en muchos países, Holanda espera con ansiedad una decisión: celebrar la "Elfstedentocht". Todos los medios de comunicación están pendientes de esta palabra, es primera plana en los periódicos y cabeceras de informativos.Y no es para menos. La última vez que se produjo en el país fue en 1997, hace 15 años.
La "Elfstedentocht" es un gran acontecimiento deportivo en el país. Se trata de una carrera de patinaje sobre los canales helados que tiene lugar en un circuito por 11 ciudades de Frisia, comunicadas entre sí, y con una distancia de 200 km. Sólo se puede celebrar cuando el grosor del hielo es lo suficientemente apto para resistir el paso de los participantes, de ahí que haga falta que las temperaturas sean extremas. Estos días están dos hombres en cada ciudad midiendo el grosor del hielo y deben decidirse en los próximos días.
La verdad es que estuve consultando en internet las características de la prueba. Es algo realmente espectacular, y la ciudad de la que sale, Leeuwarden (la capital de Frisia) se convierte en el punto neurálgico del país, haciendo la noche anterior una auténtica fiesta. Os dejo el enlace de la wikipedia para que podáis echarle un vistazo, desde luego para un país que disfruta del patinaje sobre hielo como nosotros del fútbol, por ejemplo, es un auténtico orgullo y un honor para todos los participantes, entre ellos estuvo el príncipe heredero de los Países Bajos que participó de incógnito en la última edición.
Wikipedia: Elfstedentocht
Las últimas noticias son que NO HAY todavía el espesor suficiente para celebrarla y las predicciones no son nada halagüeñas. La verdad es que yo espero que sí, aunque tenga que pasar unos días más de frío, porque creo que la ocasión lo merece y no se participa de un evento así todos los días, más bien sólo una vez en la vida. Deseo suerte a los holandeses para que este año se celebre. Si finalmente se celebra intentaré ir porque se calcula que pueden asistir 2 millones de personas y los accesos se colapsan, a pesar de que ponen trenes especiales y con precios reducidos. Lo malo es que no hay garantía de que sea un fin de semana, lo cual ya sería imposible para asistir, pero la esperanza es lo último que se pierde. Seguiremos informando.
Sí hijo sí: anoche, la rueda de prensa ya decía que, finalmente, no la habrá (todo el país parado por lo de la carrerita :-)).
ResponderEliminarEso demuestra, cenando el otro día con una aborigen, que en este sitio, si hay problemas, se encargan de que no se vean (alucinante: ¡Aquí parece no haber problemas! Los telediarios en quasi mono-tema con la carrera: ¿No sucede nada más en el mundo?).
También demuestra una situación paradójica: un país, tradicionalmente volcado al resto del mundo por su reducido tamaño, se repliega en sí mismo y se mira al ombligo.
El mundo empieza en Friesland y acaba en Zeeland: una pena, teniendo en cuenta su envidiable economía y grado de desarrollo (sus bibliotecas, como bien sabes, son simplemente fantásticas).
Un abrazote,
Paquito.