miércoles, 23 de mayo de 2012

AUSCHWITZ

Sólo con leer el título del post llega para suponer el horror. Hemos oído muchas veces esta palabra, sabemos las atrocidades que allí se llevaron a cabo, pero en el fondo vemos todo el exterminio del pueblo judío como algo inexplicable o irreal, lejano y distante, algo que nuestra mente no puede comprender y, como consecuencia, acaba ignorándolo o prescindiendo de ello.

Auschwitz representa muchas cosas y realmente los sentimientos que te provoca pisar aquellos lugares son muy difíciles de asimilar. Hoy en día la visita al complejo está muy organizada y no podemos olvidar que nosotros vamos de turistas pero los que allí terminaron sus vidas no iban precisamente así y eso es algo que debemos tener en cuenta. Empecemos con unos pocos datos.

El campo de concentración de Auschwitz no es un sólo campo, sino tres y de los cuales visitas 2: Auschwitz I era un antiguo cuartel del ejército polaco y allí se experimentó por primera vez con las cámaras de gas y los crematorios, aparte de otras atrocidades médicas de personajes como Mengele y Clauberg (ginecólogo que buscaba esterilizar a las mujeres); Auschwitz-Birkenau es el mayor complejo de exterminio de los nazis, una auténtica "ciudad de la muerte" planificada y estudiada concienzudamente para el exterminio masivo de todos aquellos que no fuesen "arios". Allí llegaban los trenes llenos de prisioneros que tantas veces vimos en películas como "La lista de Schindler", "La vida es bella", etc.


La visita comienza en el famoso arco de entrada de Auschwitz I donde pone "Arbeit macht frei" ("El trabajo os hace libres"). Los barracones que visitas están dedicados a museo y allí te encuentras de frente con el horror: te explican las condiciones de vida que llevaban los concentrados así como su rutina diaria. Ni por asomo se puede hacer uno una idea de cómo eran porque aunque lo sabemos hay que pensar más allá, en determinadas necesidades que surgen en 24 horas y que no eran satisfechas. Allí es donde ves los objetos confiscados a los judíos: gafas, utensilios de cocina, zapatos, ropa, piezas ortopédicas, las maletas... y el pelo. 2 toneladas de pelo se exponen en una gran vitrina y con el que llegaron los nazis a confeccionar un tejido para hacer las propias mantas del campo: te podrías estar tapando con una manta hecha con el pelo de tus padres o hijos gaseados. Sin comentarios.

Mucha gente se derrumba ahí y yo aún escribiendo esto me emociono. Durante la visita hubo un momento en que corría más de lo debido para salir de esas salas, especialmente cuando vi las maletas con los nombres de los judíos y cuando vi los juguetes y ropa de los niños. Si alguna mujer daba a luz en el campo era obligada a matar a su hijo recién nacido con sus propias manos. Muchas veces ellas se suicidaban a los pocos días y solían elegir electrocutarse arrojándose a la alambrada de 240 voltios.

Visitas también las celdas de castigo en el sótano del pabellón 11. Había celdas en las que tenían que estar obligatoriamente de pie y en las que no les daban comida, morían por inanición, generalmente eran conducidos allí los presos políticos o los que intentaban sublevarse. El paredón de fusilamiento también lo ves, las horcas públicas y por supuesto, la cámara de gas y el crematorio, explicándote cómo era el proceso de exterminio masivo. Conducidas las personas a lo que suponían un baño desinfectante, eran gaseados con el "Ciklon B" y en 20 minutos morían, para ser incinerados a continuación. En Auschwitz I la gente era registrada con los famosos tatuajes de números en el antebrazo, pero al ponerse en funcionamiento Birkenau se prescindió de ese registro porque según llegaban en ferrocarril eran gaseados en poco más de una hora, sin tener constancia de ello. Se calcula que entre los dos complejos fueron exterminadas más de 1.100.000 personas (sí, un millón cien mil, que hay que ponerlo con letra para hacernos una idea).

Después del primer horror se continúa en el segundo, Birkenau, la auténtica "urbanización de la muerte". Un campo hecho a medida con lápiz y regla donde las condiciones de vida eran aún peores. Dos cámaras de gas y crematorios trabajando continuamente 24 horas. Allí se ven los barracones de madera con las literas, otro de "higiene" con las letrinas, la rampa de clasificación de los presos y los restos demolidos de los pabellones de extermino, ya que los nazis los dinamitaron para no dejar evidencias de lo que hacían al ver que perdían la guerra. Entre ellos, el memorial a los muertos por el exterminio en Auschwitz, con lápidas conmemorativas en varios idiomas. Pasear entre los barracones, las alambradas y con la suerte de poder hacerlo con buen tiempo y con hierba ya crecida te suaviza las cosas porque la realidad en los años 40, en invierno, con frío de -25º y pisando barro o durmiendo sobre él hacía que los presos que no eran exterminados al momento no durasen más de 7 meses en el mejor de los casos.


En todas las guerras muere gente, se matan entre los bandos de las formas más atroces, pero esto va más allá. Esto fue planificado, sentados en una mesa hablaban sin pudor de la forma más "industrial" de acabar con la vida de la gente por su raza, religión, origen, tendencia sexual, discapacidades... Era una empresa para matar, con estrategia, incluso con refinamiento en la muerte. Llegas a pensar que, dentro de todos los tipos de horror que se podían vivir y de formas de morir, era mejor no padecer penurias durante tu internamiento y ser aniquilado al llegar, porque los experimentos a los que podías ser sometido por los médicos eran espeluznantes. Lo triste es que no hay ningún recuerdo de muchos de ellos, ya que las cenizas eran tiradas a los campos como abono, al río Vístula o servían para echar en la nieve para no resbalar. 

Cuando se acaba toda la visita desde luego que tu conciencia se remueve, es imposible quedarte indiferente. La gente sale cabizbaja y se cambian impresiones con un tono de voz moderado. Y cada uno reflexiona a su manera. Mi conclusión es que hoy en día sería bastante difícil que algo así ocurriese de nuevo, pero no por la planificación de la muerte y porque estamos en la era de la comunicación inmediata. No se podría mantener en secreto una infraestructura así. Pero de lo que sí te das cuenta es que las ideas que originaron esto están muy vivas en determinados lugares del planeta, incluso en Europa. Si un partido neonazi consigue 21 escaños en un parlamento nacional o un partido xenófobo es la llave de un gobierno; si en una charla entre conocidos oyes que tal colectivo de inmigrantes es el que nos roba en nuestras casas y hay que echarlos del país, entonces es que no se ha aprendido del pasado y sólo se necesita una chispa para encender la llama de nuevo. Hace menos de 20 años en la ex-Yugoslavia se vivieron situaciones así y Occidente miraba para otro lado. Hoy en día Siria ha desaparecido de los informativos pero sigue habiendo represión. ¿Y qué sabemos de Corea del Norte o de las guerras en África?

Sería muy instructivo para muchos gobernantes celebrar una de esas cumbres europeas en Auschwitz, lejos del lujo de los grandes hoteles de las capitales europeas y que se impregnaran del espíritu de la tolerancia para que nunca más vuelvan a surgir estas ideas, más visibles en tiempos de crisis. Esperemos que, por una vez, la Historia no se vuelva a repetir y sigamos fomentando la PAZ.



2 comentarios:

  1. Es una de las visitas que tengo programadas antes de morir...y seguro que no me va a dejar indiferente

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