LLEGUÉ, SIN PROBLEMAS

Ya estoy en casa. Como os dije, mi mayor preocupación era llegar a Schiphol. El taxista quesó en recogerme a las 8:30, pero pasaban 10 minutos y no llegaba y tampoco contestaba al móvil. Después de llamar a Jose, que ya estaba dispuesto a llevarme, me llama el taxista y aparece por la calle nevada. Me contó que el día anterior había sido terrible y que hoy a ver qué encontrábamos.

Las calles de Beverwijk eran de auténtica postal navideña. Nieve por todas las esquinas y con las casas decoradas de Navidad era como en las películas. Al llegar a la autopista había placas de hielo en varios pun tos, pero llegamos a Schiphol con tiempo suficiente, eso sí, tarifa extra por el temporal, 67 euros.

En facturación no había mucha gente y no veías mucho ajetreo, pero supe que se instalaron 2000 hamacas para que pudiesen dormir personas que quedaron atrapadas por cancelaciones de vuelos. Schiphol es como una mini-ciudad llena de diferentes nacionalidades. Ponerse delante de las pantallas de salidas de vuelos es una auténtica clase de geografía a los lugares más insospechados del planeta.

Durante la espera en facturación las casualidades de la vida hicieron que conociese a una compañera que está en la sección española de un instituto de Amsterdam. Estuvimos juntos en la espera a embarcar y en Madrid y ya hemos quedado para alguna salida o para alguna cena también con mi compañera Cristina de Rotterdam. Tenemos vidas similares y estamos compartiendo la misma experiencia, por lo menos tendremos con quién desahogarnos.

Llegué a Coruña a las 19:50, casi 12 horas desde que cerré la puerta de casa en Beverwijk. ¡Vueling, vuelve! Ahora, a disfrutar dos semanas de la familia y de los amigos.

Os dejo un video grabado desde el móvil delante de la puerta de casa para que veáis lo impresionante de la nevada que aún hoy está dando problemas no sólo en Holanda sino en todo Centroeuropa y Reino Unido. Totalmente es estar en medio de la noticia.

Besos a todos y ya os voy diciendo FELIZ NAVIDAD