miércoles, 16 de marzo de 2011

CON EL EMBAJADOR

A las 8:00 de la mañana pongo el despertador. Estos días de finales de invierno aquí hay mucha luz y es de día ya sobre las 6, lo cual me suele despertar. Asearse un poco y empezar el ritual, pero hoy toca ponerse traje y corbata. Todo en orden pero para mi desgracia el nudo de la corbata está mal hecho y soy incapaz de volverlo a hacer. Confío en que Paco, el director, me ayude en el tren.

La temperatura ha bajado 4º con respecto a los días anteriores, así que por encima de la americana mi cazadora y para el cuello un fular. Evidentemente, en la recepción me lo quitaré. Vamos en tren a Den Haag (La Haya) con tiempo suficiente y para ver el museo Maurithuis, lugar donde se expone "La chica de la perla" de Vermeer de Delft (ya hablé aquí del cuadro). Un museo precioso, con otras obras maestras como la famosa "Lección de anatomía" de Rubens y muchas otras de pintores de la escuela flamenca como Jan Brueghel. Y con audioguía en español. Todo un lujo.

La Embajada está a pocos metros de distancia, en una avenida preciosa en la que se encuentran también otras embajadas, con un bulevar central en el que empezaban a florecer tulipanes, narcisos y otras flores con un variado colorido. Cuando llegamos ya había gente en el interior, nos quitamos el abrigo que sobra y pasamos al salón en el que tendrá lugar la pequeña recepción a los trabajadores de los distintos ministerios destacados en los Países Bajos. El motivo del acto es que el Sr. Embajador presentaba hoy sus credenciales a la Reina Beatriz, cosa que ya había hecho minutos antes y según me contaron volvió en carroza a su residencia (en la que estábamos ahora). Él iba vestido de gala, como procedía a su cargo y al protocolo. Se nos presentó, apretones de manos, saludos a otros cargos y personas, encuentro con conocidos del Consulado, del Instituto Cervantes, una madre de una alumna a la que doy clase... Un ambiente muy cordial y amistoso y sobre todo, español.

A los pocos minutos el Sr. Embajador habla y propone un brindis "por España, por Holanda" y a continuación "por la Reina Beatriz y por el Rey Juan Carlos". Un pequeño aperitivo con canapés, vino y refrescos y nada más, charlar un poco con la gente, despedirnos del Embajador y para Amsterdam. Muy sencillo, suficiente y de un grato recuerdo, según nos comentaron es la primera vez en 27 años que el Embajador de España en Holanda hace un acto así para todos los trabajadores de los ministerios que quisiesen acudir. Así que sólo me queda decir que GRACIAS por poder asistir a este acto y por acordarse de los que estamos aquí.

Y nada más, por la tarde clase normal, y para contar y recordar no sólo la recepción sino el buen rato que pasamos en el museo y durante el viaje el director y yo, por los cuadros y por la compañía.

Os dejo una foto de los dos puestos "como pinceles", no hicimos muchas un poco por no ser cargantes con las fotos, pero es probable que en el futuro haya más oportunidades.


3 comentarios:

  1. ... ben, ben... isto promete... Bicos

    ResponderEliminar
  2. estas moi elegamte jajajajjajjaj




    Miguel

    ResponderEliminar
  3. Moi juapo, si señor e con sorriso profidén como debe ser. Aí neno deixando o pavillón ben alto! O mellor o do brindis, que nivelaso chinchineando pola realeza, o ben que me ía sentar a min o do lembrar a alta alcurnia.
    Bueno pois por aqui coma sempre, bueno non, HOXE DEIXOU DE CHOVER!!!!!!!
    Nada máis, e nada menos. Bicos jrades dende a NADA.

    ResponderEliminar