Hoy el tema va más de relax. Muchas personas están preparando ya las vacaciones de verano. Da igual si se marchan de vacaciones o no, el caso es que después de todo un año de trabajo, esa "meta" del descanso se acerca. A nivel escolar, quedan 14 días. Algunos diréis que los maestros vamos descontando en junio el tiempo que queda para gritar
¡¡¡VACACIONEEEEES!!!
Hombre, también las deseamos, a pesar de que seamos uno de los colectivos más envidiados por todos los períodos de descanso que tenemos; no voy a justificarme, pero es que cada año que pasa a menos de una semana de que los chavales dejen las aulas, cuesta más aguantar estos últimos días. En Galicia acaba el curso escolar para los críos el día 22. En mi caso este curso, siendo tutor de 6º de Primaria, los chavales están más pendientes del paso al instituto que de acabar el curso. A estas alturas ya saben qué notas han sacado aunque no tengan aún los boletines y, a pesar de inculcarles que lo más importante es aprender, habéis de reconocerlo, LAS NOTAS SON LAS NOTAS.
Además, este curso , después de la maldita reválida, mi "tribu" se pude decir que colgó la toalla, es decir, "FINISH", y estamos hablando del 13 de mayo. Han tenido los últimos controles a finales de mayo y principios de junio, pero como si nada. Eso, sumado a que están preparando su ceremonia de graduación (de la que ya os hablaré porque de nuevo volverán a aparecer las lágrimas), hace que dar una clase mínimamente decente sea tarea imposible.
Así que pensemos en las vacaciones, en maletas, aeropuertos o estaciones, el coche, la playa, el sol, la montaña... A mí me sorprende que, a pesar de la crisis, la gente viaja; no se perdona la semana o quincena en la playa y aquellos más boyantes el crucero por el Egeo, el "tour" por los fiordos o la visita a capitales de Europa. La verdad es que propuestas las hay a gusto de todos. Niños en campamentos, cursos de verano, apartamento en las islas. Si yo pudiese influir en los indecisos, escogería dos lugares para irse, uno en España y otro en Europa.
Yo no me puedo quejar de lo que conozco. España, bastante, pocas provincias me faltan por pisar; Europa, creo que conté una vez 18 países que había visitado, durante mi estancia en Holanda esa cifra se fue incrementando bastante. De España, sin duda, me quedo con las Islas Baleares. Mi querencia a Mallorca por afinidad familiar es más que clara, pero para aquellos que no quieran tanto turismo de "guiris" recomiendo MENORCA, un paraíso un poquito más caro, pero que compensa. Una isla que atraviesas en 44 km. y que aún tiene alguna cala virgen en su costa, con arte, gastronomía, historia... y que en pocos días celebrará, como aquí en A Coruña, la fiesta de San Juan en Ciutadella que es todo un espectáculo en el que los caballos son los protagonistas.
De Europa os he ido contando mis vivencias por muchos países (no todas, jejeje). Europa Occidental ha quedado en este blog muy bien retratada por mi experiencia personal en "Tulipandia" (gracias Pelocha por inventarte este topónimo que da tanto juego). Pero también sabéis mis fieles lectores que desde hace muchos años, siempre tuve especial predilección por aquello que llamábamos "Europa del Este" y que vimos transformarse tras la caída del Muro de Berlín. Y en concreto por aquel país que existió y que fue un auténtico avispero en los 90, aquel estado no alineado y que dio la espalda al comunismo más ortodoxo de la URSS y estrechó la mano a muchos aspectos de las democracias occidentales, liderado por un dictador que mantuvo dormidas las ansias nacionalistas de sus pueblos y que luego acabaron matándose unos a otros: Yugoslavia. Y de ahí salieron los 6 países que ahora conocemos y que vimos cómo se desangraban hace escasos 20 años. En 2014 pude visitar una de las ciudades más bellas de Europa y tal vez del mundo: Dubrovnik; pero también pude tener una aproximación a la costa croata, a la "cenicienta" Bosnia-Herzegovina y al desinteresado Montenegro. Y la verdad es que me impactó bastante y os lo recomiendo con creces.
Croacia lleva en la Unión Europea 3 años. La costa dálmata, plagada de islas en un mar inmensamente azul, tiene parajes y recovecos paradisíacos no sólo en el entorno de Dubrovnik, sino también hacia el norte (Split, Zadar, Rijeka, Opatija). Recuerdo la mañana en la isla de Lokrum, tirándome al mar desde unas rocas sin miedo a tocar el fondo, disfrutando del sol, sin coches, comiendo unos bocadillos y tomando un helado de postre en la sombra de un bar como un auténtico placer, justo enfrente del puerto de Dubrovnik y por poco dinero, a pesar de que Dubrovnik es la ciudad más cara de Croacia y que vive exclusivamente del turismo. A mí me pareció un escenario de película, esa piedra calcárea pulida en el Stradum de la ciudad vieja y en sus edificios y calles, sus murallas, la puesta de sol desde la montaña a la que accedes en teleférico, el mar... Hoy se llega a Dubrovnik en vuelos regulares desde Galicia en verano y una vez allí tienes oportunidad de hacer excursiones a los países vecinos por poco dinero, eso sí, mucha curva en la carretera. Así, viajé a la herida Mostar, impactándome su puente reconstruido tras la guerra y que había visto caer derribado por un obús durante el conflicto, así como también sentir como si estuvieses en una pequeña Turquía en el corazón de Europa. Aunque hoy Mostar también vive del turismo, no puedes dejar de pensar en cómo era la vida allí hace 20 años, muchas heridas de las que aún quedan huellas en los edificios y en la gente.
Y por último, Montenegro y el espectacular entorno de la ciudad de Kotor, a la que puedes acceder en barco por un estrecho que da a una bahía enorme en cuyo fondo se sitúa esta pequeña ciudad amurallada pero con un encanto especial. Montenegro es el país más joven de Europa, obtuvo la independencia hace ahora 10 años, en 2006, y también empieza a desarrollarse poco a poco, aprovechándose de las bonanzas de los aliado comunitarios en aspectos singulares como, por ejemplo, que la moneda oficial es el euro, a pesar de no ser acuñada en el país.
No os puedo explicar por qué tengo tanto interés por estos países. Tengo un amigo en Murcia que todos los años va con su pareja a Portugal de vacaciones. Y ha llegado a la conclusión de que algo en su ser tiene que estar conectado con el país vecino porque simplemente le apasiona Portugal. Tanto es así que llega a entender el portugués sin esfuerzo e incluso se ha comprado un acordeón para tocar música portuguesa. Él cree que algún antepasado suyo tuvo que se portugués porque si no, no se entiende tanta química entre él y nuestro cercano Portugal. Pues bien, tal vez a mí me pase algo similar. No sé si tendré algún gen balcánico, pero todo lo que tiene que ver con esa zona de Europa me atrae especialmente y deseo poder visitar los escenarios (duros a pesar de todo) de tanto dolor a finales del s. XX. He leído muchas novelas de autores y autoras croatas, serbios, eslovenos; ensayos sobre la guerra; la figura del dictador Tito me resulta incluso atrayente desde el punto de vista histórico; la música de esa latitudes me resulta muy evocadora; incluso el idioma, tan difícil para nosotros, me atrae, recuerdo que hace unos pocos años llegué a buscar alguna página web en la que se pudiese aprender serbio gratuitamente por internet (algo escuché pero lógicamente no me puse a ello... pero nunca se sabe).
Así que bueno, tal vez debería pensar en escribir algo serio sobre los países balcánicos, no sólo verlos desde el punto de vista turístico ¡¡o eurovisivo!! En todo caso, en esta entrada solo pretendo dar ideas para esas ansiadas vacaciones, lo que está claro es que, vayamos a donde vayamos, seguro que la desconexión con la rutina diaria nos vendrá de cine. ¡¡Bon voyage!!
PD.: El día 20 hará seis años que empecé este blog. Estaría ahora preparando mi vuelta de Holanda si las cosas hubiesen pasado como estaban previstas. 6 años que han cambiado mi vida. En este blog lo seguiré reflejando. Una y mil veces a todos y a todas...
¡¡¡GRACIAS!!!
De nada :)
ResponderEliminar¿Vaca qué? ¿Qué es eso? :-))
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