viernes, 6 de julio de 2012

Vacaciones en Lugo

Recuerdo con especial nostalgia aquellas vacaciones de los 70 en Lugo, en casa de mi abuela. Pasada la noche de San Juan en Coruña, mis padres nos "mandaban" para Lugo a mi hermano y a mí a pasar 3 meses que para mí eran especiales y quedaron muy grabados en mi memoria. Aquel piso de la calle S. Froilán lo recuerdo perfectamente y lo añoro, tal y como era, aquellos suelos de madera, las baldositas de la cocina, las habitaciones italianas y la vista a la muralla y a la huerta de Esperanza. Por las mañanas juegos en casa y compras en la plaza de abastos o en las tiendas del barrio; por las tardes, a las cuestas del parque donde disfrutaba de los columpios y toboganes, del parque infantl de tráfico y de la libertad, del sol y de la compañía de muchos niños y niñas. Todo era muy familiar y entrañable, desde el paseo desde casa hasta el parque, atravesando el casco histórico de Lugo, como los atardeceres de verano viendo el Miño y regresando a casa exhaustos pero felices. No vuelven esos tiempos, pero me acompañarán hasta los últimos días los recuerdos que marcaron mi personalidad.

Los sábados por la tarde llegaban mis padres desde Coruña después de 2 horas de viaje por la vetusta, por aquel entonces, N-VI. Y los domingos, al campo, a la "carballeira" de Santa Isabel en Outeiro de Rei, con el Miño para refrescarnos, con las empanadas envueltas en manteles que luego servían para comer puestos sobre una manta, los bistés, la ensaladilla, el termo de café, el agua, la gaseosa "Revoltosa". Y era un día especial porque nos encontrábamos con otros familiares, algunos días mis primos de Coruña y Lugo, otros con la familia de Rábade... Y las dos horas de digestión para bañarse en el río eran imprescindibles y un ritual necesario. Mi padre hacía dos viajes en un "Set 600" desde Lugo porque no cabíamos todos, pero éramos totalmente felices y vivíamos unas auténticas vacaciones que hoy no creo que fuesen posibles. ¡Qué bien lo pasábamos y cuánto aprendimos!

No soy consciente del día en que volvíamos para Coruña, supongo que a primeros de septiembre. Sólo dos veces disfrutamos de unas vacaciones fuera de Galicia, en 1979 cuando fuimos a Mallorca por primera vez y en 1980 a Estepona, siempre a casa de familiares, pero esos 15 ó 20 días fuera no rompían la rutina del verano en Lugo. Y también, varios años, a Nois, a principios de agosto, una semana o 15 días, lo que para mi, niño urbanita, fue todo un descubrimiento de la vida en una aldea, con un teléfono público en la "casa do Maestro", cocina con lareira, animales en las cuadras y fiesta de prado. 1984 fue el año en que acabó ese ritual veraniego en Lugo por motivos de la salud de mi abuela Cándida, que ya manifestaba síntomas de la desconocida por aquel entonces enfermedad de Alzheimer y de la que nos hicimos expertos hasta que falleció en 1994.

Hoy parece que necesitamos un buen hotel de 4 estrellas, un gran viaje a la costa, hacer un crucero y gastar en buenos restaurantes. Si me ofreciesen volver 30 ó 35 años atrás no dudaría en repetir las vacaciones en Lugo, con todas las vivencias que allí tuve. Ya regresado de Amsterdam me encuentro una Coruña húmeda, sin sol, lluviosa y nada veraniega, todo lo contrario de aquellas tardes calurosas de Lugo. Y deseamos irnos a buscar el sol, la playa, la piscina... En Lugo era todo mucho más relajado, sencillo y familiar y desde luego ha dejado su impronta.

Por eso desde hace años tengo la sensación de que a mis vacaciones les falta algo. Les falta esa sensación de familiaridad y ese aspecto entrañable al más puro estilo "Cuéntame" que se ha perdido en las últimas décadas. Conocemos otros lugares, hacemos nuevos amigos, pero esa continuidad a lo largo de tres meses los niños no la tienen y dudo que realmente se desconecte tanto como yo desconectaba en Lugo. Es lo que nos toca vivir ahora, en pleno s. XXI globalizado, la cuestión es si tendrá más ventajas. Sinceramente, creo que no, me quedo con los tres meses veraniegos de Lugo.



2 comentarios:

  1. La nostalgia es la mejor guía Michelín :-))

    Buen texto: gracias por compartirlo.

    Paquito.

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  2. Yo también me quedo con el estilo antiguo, qué le vamos a hacer... Saludos y hablaremos tras las vacaciones

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