sábado, 24 de marzo de 2012

Historia en Arnhem

Para muchos oír Arnhem sería simplemente el nombre de una ciudad de los Países Bajos, capital de la provincia de Gelderland. Pero para otros Arnhem puede significar terror, horror, sangre, dolor. Esta localidad fue escenario en 1944 de la llamada "Batalla de Arnhem" en la II Guerra Mundial, en la que las tropas aliadas, preferentemente Reino Unido, Paises Bajos y Polonia querían recuperar territorio a las tropas alemanas, pero salieron mal paradas. Después del desembarco de Normandía, había que ir avanzando contra Alemania y en Arnhem existe un puente estratégico que cruza el Rhin. Sin embargo, la mala planificación aliada y la superioridad alemana hizo que esta batalla se perdiese y el resultado fue varios miles de muertos, entre ellos unos 300 civiles de la ciudad. Por lo que he leído la acción de esta batalla está desarrollada en un película llamada "Un puente lejano" que intentaré ver.

Hoy estuve en Arnhem, a una hora en tren desde Amsterdam. El casco antiguo, después de ser dañado en esa batalla, está totalmente recuperado, en algunos lugares con bastante mal gusto, por cierto. Pero toda la ciudad tiene referencias a la batalla y a pocos kilómetros del centro de la ciudad se encuentra un museo que es excepcional por lo bien estructurado que está y que cuenta el desarrollo de esa batalla que duró 9 días. El museo se llama "AIRBORNE MUSEUM" y está en Oosterbeek, un barrio residencial de la ciudad. El edificio que lo alberga fue el cuartel de las tropas aliadas, un hotel que hizo estas funciones durante los días de la batalla. La reconversión en museo es fantástica y la forma de narrar los hechos es magistral. Si algo hay que reconocer a los holandeses es su buen hacer a la hora de estructurar las secciones de un museo, de modo que lo hacen muy interactivo y no un lugar para ver y no tocar. 

La mejor parte del museo es la llamada "Airborne Experience" y ocupa el sótano del mismo. te metes literalmente en el Arnhem de aquellos días de 1944, en una zona hecha a escala real de los edificios de Arnhem medio destrozados y entre una lluvia de bombas, con tanques, ametralladoras, soldados heridos... Es espectacular.




A una distancia de unos 500 metros desde el museo se encuentra el cementerio de las tropas aliadas. Es conmovedor ver el típico cementerio "de guerra" con las lápidas iguales y todo muy cuidado y recogido en un verde campo pincelado de estelas blancas, algunas con una simple inscripción de "Soldado sin identificar. Sólo Dios lo conoce".  En definitiva, la visita a Arnhem ha merecido la pena. ¿Qué pasaría en España si alguien plantease hacer un museo de la batalla del Ebro, por ejemplo? Nos hace falta ir cerrando  heridas después de casi 80 años.

Por lo demás, el tiempo está espléndido, 18-19º en las horas centrales del día. Las terrazas plagadas de gente, pero es que apetece mucho. Y una nostálgica curiosidad. Al salir de la estación de Arnhem regresé a la Coruña de los años 70: en Arnhem hay ¡¡trolebuses!! ¡Qué recuerdos! Aquellos viajes en el 14 por la avenida de Fisterra o el 8 que subía al Ventorrillo. Estos trolebuses son más modernos, pero el peculiar "troley (¿se escribe así?) ahí está. Seguiremos informando.



1 comentario:

  1. El exceso de historia nos hace olvidar "lo que fuímos": aquí lo tienen más claro (procuran no hablar de sus miserias, cosa que, en nuestro caso, parece deporte nacional).

    Pero, efectivamente: saben hacer museos (donde los niños tocan y aprenden: luego van a El Prado y acaba en conflicto diplomático por querer tocar algún cuadro, pero eso es otra historia :-)) y saben contar su historia.

    De esto, como de algunas otras cosillas, deberíamos tomar nota (tenemos historia para dar y tomar, en última instancia :-)).

    Un abrazo,

    Paquito.

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