Hay días que las cosas salen como no esperas. El pasado martes fue "martes y 13" y aunque no crea demasiado en esas cosas, siempre está ahí la intriga de lo que pueda pasar. Lo curioso es que a mi me vinieron los contratiempos ayer, nada grave por otra parte.
La rutina que tengo organizada va condicionada por mi trabajo y el transporte, en la mayoría del tiempo en Holanda. Los jueves voy a Heemskerk, cojo el tren de vuelta a las 20'13 en Uitgeest, llegando normalmente a las 9 de la noche a casa. Ayer la NS (Nederlandse Spoorwegen) me regaló una excursión por tierras holandesas a esa hora debido a un "stroomstoring" (problema de potencia eléctrica): sentadito como estaba ya en mi tren haciendo el sudoku reglamentario y escuchando música en mi iPod Shuffle, se acerca el revisor del tren, muy amable por cierto, avisando a todos los pasajeros que había un problema y que habría un retraso de 15 minutos. Después de un tiempo vuelve y nos dice que podemos ir a Alkmaar (más al norte, es decir, en sentido contrario!!!!) y coger un Intercity que circulará hasta Amsterdam. Bien, el tren sale hacia el norte y en la primera parada, Castricum (qué bello nombre para un gallego), nos bajan a todos, revisor incluido, y nos dicen que esperemos ahí el Intercity, en 10 minutos llega. Estamos ya en las 20'53. Llega el tren y circula por otro itinerario, por Beverwijk y Haarlem, sin parar. Lo que más gracia me hace es ver a los pasajeros de esas estaciones con cara de sorpresa al ver que el tren no para: no es su ruta.
Total, que llegamos a Amsterdam sobre las 21'30, bici a casa y a las 21'45 llego. Pero no acaban ahí las sorpresas. Entro con mi bici para dejarla en el sótano y... ¡¡el ascensor no funciona!! Los recuerdos del 23 de junio de 2011 cuando hice la mudanza vinieron a mi mente: todos los muebles en el portal del edificio esperando el arreglo del mismo. Así que nada, hoy "Babieca" (bonito nombre para la bici, se admiten sugerencias para un nuevo bautizo) ha dormido fuera, al raso, y a mi me tocó subir 8 pisos por las escaleras empinadas típicas de cualquier edificio holandés. Pero siempre con una sonrisa, qué remedio, porque aquí nadie protestó por el retraso en el tren y la amabilidad del revisor lo compensó todo... por lo menos al resto de los holandeses que iban en el tren.
Si hubiese ocurrido un día de frío, lluvia o nieve los ánimos supongo que serían otros. Ayer la temperatura era totalmente primaveral, hubo un auténtico día de sol. Hoy está con niebla, pero promete un buen fin de semana, por lo menos tendremos algo distinto. Una compañera de mi curso de holandés, también española, es cantante y nos ha invitado a la presentación de su primer CD, "Confessions in Amsterdam" a partir de las 10 de la noche en un pub de Rembrandtplein. Por si alguna vez en el futuro esta chica llega lejos acordaos del nombre de Rakel Salazar, os contaré a ver qué tal.
Y ahora a comprar, que estoy sin reservas en casa. Esperemos que funcione el ascensor porque subir 8 pisos con bolsas no es plato agradable. Pero siempre con una sonrisa... :)
Si la bici es negra, yo le llamaría "Bagheera" :-))
ResponderEliminarAsí es como yo llamé a la mía una vez, aunque un día me quedé sin vida y, desde entonces, soy peatón impenitente :-))
Un saludo,
Paquito.