Mi abuela paterna era hija de un matrimonio que tuvo 14 hijos; mi abuela materna eran 9 hermanos, al igual que mi abuelo materno... Esas cifras de hijos eran habituales en matrimonios de finales del s. XIX y principios del XX, sobre todo en el rural de Galicia y en muchos lugares de España. También es verdad que algunos miembros de esa prole morían pocos días o semanas después de nacer o en sus primeros años de vida. Situaciones económicas de las diferentes regiones o países hicieron que muchos de ellos y ellas emigraran y nunca más se supiera de los que un ¿buen? día marchaban de su casa con una maleta. En mi familia hay algún caso.
En España, la Guerra Civil segó la vida también de muchos de estos hijos e hijas jóvenes, muchos de estos muertos están en cunetas sin identificar y sus familias jamás recibieron sus restos. En la posguerra el número de descendientes de un matrimonio aún se mantenía alto aunque ya empezaba a bajar, mi padre por ejemplo fueron 6 hermanos (uno muerto al poco de nacer) y mi madre es hija única. Con la incorporación de la mujer al mercado laboral y la revolución sexual que introdujo los métodos anticonceptivos (en España, como no, siempre tarde, mal y arrastro) el número de hijos cayó drásticamente. Ya en mi generación y en ambiente urbano era muy raro tener algún compañero o compañera que fueran 4 hermanos o más. El envejecimiento de la población en España y especialmente en Galicia se ha tornado un gran problema. Igualmente, muchas parejas o personas a nivel individual deciden tener solamente uno o dos hijos, de tal forma que hoy está considerada familia numerosa aquel núcleo familiar que tenga 3 menores a cargo, 2 en el caso de que uno tenga valorada una disfuncionalidad.
Y esto se nota en los colegios también. Un día se me ocurrió preguntar en mi clase quienes eran hijos únicos y curiosamente la mayoría lo eran. Por eso cuando aparecen noticias como la que os voy a contar y dio origen a este post, me pongo a pensar un poquito.
He esperado unos días para publicar el post porque me quise enterar un poco de la historia de esta familia. Tengo el recorte del periódico local de A Coruña, pero poniéndolo en Google aparece la noticia en todos los periódicos de España y en las webs de organizaciones de claro carácter católico o ultracatólico, algún partido político minoritario y hasta un reportaje que se les hizo en un conocido programa de la televisión pública
Esta familia tuvo 18 hijos, el mayor de 25 y el más pequeño de 7. Echando cuentas la madre fue a embarazo por año. Pero esto no es lo que me ha llamado más la atención, sino el hecho de que varios de esos chavales han nacido con una cardiopatía congénita y tres de ellos murieron, por lo que los médicos recomendaron a la familia que no tuviesen más hijos, a lo que el matrimonio hizo oídos sordos y continuó con su idea, formar una gran familia.
Yo aquí empiezo mi reflexión. El padre se ha muerto de un cáncer fulminante con 56 años. La madre había escrito un libro hace tres años sobre la experiencia de formar y vivir en una familia numerosa. Hace escasamente año y medio recibieron el premio Familia Numerosa Europea del Año... ¿y ahora qué?
Desde luego el dolor por la pérdida de este hombre tiene que ser inmenso entre sus hijos y yo no voy a cuestionarlo, pero, ¿de verdad se plantearon seriamente alguna vez la trascendencia de la decisión que tomaron cuando empezaron a formar su familia y sobre todo, a desoir los consejos de los médicos? Porque tener encima la espada de Damocles de una enfermedad crónica como tienen algunos de sus hijos y vivir el sufrimiento de perder a tres, ¿es realmente consciente? En alguno de los artículos que leí, su fundamento tiene una fuerte convicción religiosa. No soy yo quién para criticar la fé de alguien, pero igual que un juez en algunos casos obliga a hacer una transfusión de sangre a un menor de otra religión al que sus padres se niegan a tratar médicamente, ¿qué pasaría si en un futuro uno de estos hijos se "rebela" contra su madre (su padre evidentemente ya no) y sus hermanos porque está padeciendo una enfermedad crónica que le puede matar?
Siento mucho la pérdida de este hombre, sobre todo porque pienso en sus hijos que se han quedado sin uno de sus referentes fundamentales, pero me asombra que ningún medio de comunicación o tribunal hable del grado de responsabilidad o irresponsabilidad que tenía este matrimonio con su decisión. Porque ahora queda una mujer sola con 15 hijos, imagino que un presupuesto para sacarlos adelante mermado y... bueno, en fin, no sé, yo no me imagino verme en una situación así y desde luego es una excepción importante a lo que hoy es el cánon de familia y de crianza de los hijos.
Solo espero que en unos pocos años tengamos alguna noticia de cómo les va en la vida a este clan y que se dé una información veraz y objetiva de su día a día porque si ya dos hijos agotan con sus actividades, situaciones vitales, enfermedades y problemas, llevar el control de 15 tiene que ser una dedicación exclusiva. Les deseo toda la suerte del mundo en esta nueva etapa sin su padre y ojalá podamos saber de ellos, como dije, en pocos años.
Supongo que en esta familia pasará como en las familias de antaño, que los hijos mayores se van haciendo cargo de los más pequeños. También supongo que los mayores de edad contribuirán con la economía familiar....
ResponderEliminarAlguien que tiene un equipo de fútbol (incluyendo banquillo) por progenie, créeme, probablemente tiene razones más propias de los tripulantes del May Flower que de cualquier razón lógica que quieras dar.
EliminarUna lástima lo de la familia y, sobre lo de la irresponsabilidad, prefiero no juzgarlo (siempre y cuando los pudieran mantener, querer y tratar bien, poco puedo decir ante lo que es una decisión del matrimonio).
Retoño por año: incluyendo cuarentena, casi parece que iban buscando un record o algo así.