domingo, 18 de octubre de 2015

ESOS PEQUEÑOS MOMENTOS QUE HACEN LA VIDA MEJOR

Pasan tantas cosas que ni tiempo tiene uno para ponerse a escribir y la verdad es que me cuesta encontrar un hueco para hacerlo. La casa, las cuentas, los niños, la escuela, el partido... Hay días que me da la impresión de que no tienen 24 horas, sino menos porque pasan volando. También esa sensación que tiene uno cuando pasa de los 40 de que los años corren más. Sí, todo eso me pasa y tengo el pensamiento de que no disfruto de todo como se debería.

Las noticias de actualidad siguen ahí: refugiados que siguen llegando, sucesores de Aylan ahogados en el Mediterráneo y que Europa no reacciona; juicios de corrupción o mediáticos en España, imputaciones políticas, candidatos, elecciones; empresas que siguen con sus corruptelas, la bolsa que sube y baja sin sentido... Y todo eso mezclado con tu vida personal, los niños con sus cosas de colegio e instituto, los mayores con sus achaques que cada día preocupan más, los colegios con sus problemáticas en las aulas, trabajo burocrático que quita tiempo a lo verdaderamente importante, las clases, las libretas, los exámenes. Los fines de semana que quieres descansar acaban convirtiéndose en una carrera contrarreloj para atender todo lo que tienes que hacer y hay momentos en que reflexiono y digo: "Alfonso, siéntate, disfruta del café que te acabas de hacer, de ese programa de televisión que estás viendo y desagóbiate!!".

Supongo que muchos tendréis esa misma sensación. Recuerdo cuando vivía en Holanda que un compañero nos comentaba un día que trabajar por las tardes le generaba una ansiedad por la mañana tremenda, sobre todo por llegar a coger el tren que te llevase a tal o cual aula, que fuese puntual, que no nevara en invierno, que todo estuviese en orden al llegar y al salir, volver a casa dependiendo igualmente del tren... Algunos diréis "hombre, es más dura la mina". Claro que sí, pero eso no significa que no podamos expresar lo que sentimos. No trato de comparar que tal o cual trabajo es mejor o peor que otro, cada uno tiene sus características e imagino que todos tendrán cosas buenas y cosas malas. Yo es bien sabido que no me quejo de ser maestro, pero sí me quejo de exigencias de la administración con nosotros que poco tienen que ver con la docencia. De hecho, yo me lo paso muy bien en clase, pero me baja la motivación tener que hacer determinados trabajos "para figurar" y que cuestiono que sirvan para algo. Desde luego, para atender a mis alumnos día a día en el aula, seguro que no.

En cuanto a mi vida personal, pocas cosas hay que contar. Noto que aún no estoy curado (no creo que lo esté) después del episodio que viví. Es curioso que hasta me cuesta decir la palabra "divorcio" porque ni lo quise ni lo quiero y la cuestión es que lo veo como algo impuesto y que yo no escogí. Diréis que la vida da esos golpes. Ya lo sé. Desde luego peor sería encontrarte de bruces con una enfermedad grave o una muerte inesperada de alguien querido, por ejemplo. Pero noto, volviendo a lo de la "curación", que estoy más sensible con todo. Por cualquier circunstancia me emociono y ya hasta mi hija se ríe de mí diciéndome "¿no te pondrás ahora a llorar?" Pues a veces sí, no lo voy a negar, incluso por acontecimientos positivos que ocurren, aunque esta semana abrir el periódico o ver un informativo podía originar todo lo contrario. De hecho, una de las noticias ha sido el fallecimiento de un gran periodista gallego al que tuve el honor de conocer cuando di clase en Ordes. Un chico joven, 44 años, que un cáncer se lo llevó tras luchar dos años contra él. Pero Nacho Mirás, que será muy recordado, le hizo cara y empezó a contar esa lucha en un blog, como lo hacemos muchos de nosotros. Su diario www.rabudo.com, llegó incluso a ganar premios por contar su experiencia de manera magistral, usando un lenguaje a veces descarnado pero real. Sentí mucha pena cuando leí la noticia el jueves porque nunca se debe ir una persona tan joven y de una manera tan dramática, además aunque solo hubiese hablado con él el día que le conocí. Además, no puedes dejar de pensar en cómo lo enfrentaría yo en caso de haberme pasado a mí. Sientes cosas muy inquietantes. Por un lado, alivio de no ser tu el desafortunado que padece un cáncer, pero también inquietud porque puede pasarte en cualquier momento, que estás en esta vida unos días y que todo, en segundos, se puede truncar.

Por sistema, todo el mundo tiene ganas de vivir, no de estar en este mundo para sufrir. Las experiencias que vivenciamos nos hacen ser más optimistas o pesimistas ante el futuro, te haces un plan de vida, te imaginas dentro de 5, 10 ó 15 años, jubilado o siendo abuelo. Pero también trato de, como siempre, empatizar, ver la vida desde el punto de vista del otro. Seguro que si llego a 70 u 80 años veré las cosas de otra forma, supongo que haré una evaluación de mi vida y de alguna forma me iré preparando para dejar este mundo. Nadie se plantea hacer eso con 30 o 40 años, pero cuando ocurren cosas así es inevitable el pensamiento de "¿y si pasa mañana, dentro de un mes, el año que viene?" Por suerte, la mente humana enseguida vuelve a esa vorágine que es el día a día y te quita ese pensamiento de la mente porque precisamente tu trabajo, tu familia, tu círculo social está ahí demandando que les des lo bueno que te caracteriza y que les satisface en sus vidas. En definitiva, que ese stress es necesario para seguir aportando un sentido a tu devenir vital.

Así que mañana seguiremos haciendo kéfir en el colegio, tendré peleas o amores en el aula; la administración nos mandará hacer algún otro documento inservible; compraremos el pan para comer o para las tostadas del desayuno y si surge algo que rompa esa rutina que sea para bien. Tenemos una reunión en la sede del PSOE de Coruña, así que me encontraré con mucha gente que aprecio y que me aprecian, por lo menos el día podrá terminar a lo mejor con una caña entre amigos, que al final es lo que da sentido a lo que hacemos y lo que nos quedará cuando tengamos esos 70 u 80 años de los que hablaba antes. Hace pocos días leí en facebook a alguien que puso "cuando me muera, nadie va a morir por mí, así que mientras viva, déjenme hacerlo como yo quiera". Pues eso. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario