domingo, 26 de octubre de 2014

LAS AVENTURAS DEL PEQUEÑO NICOLÁS

Que España es un país de pícaros lo certifica nuestra excepcional literatura. Desde el Lazarillo de Tormes del s. XVI, pasando por cientos de personajes entrañables, se llega al s. XXI y nos encontramos que aún existen. No sólo entre la clase política encontramos no ya pícaros, sino delincuentes que usan "black cards", también nuestro vecino que hace lo posible por eludir el pago de la luz conectando su gasto al contador de otro inquilino del edificio, pasando por todos aquellos que intentan (intentamos) "colarnos" en el metro o eludir el pago de una entrada diciéndoles a nuestros hijos que "no tienen 6 años, tienen 5" (para pagar menos o no pagar).

¡Ay, España y sus pícaros! ¡Cuánto ingenio discurre por la materia gris de sus cerebros! El caso es que estamos asistiendo estos días a un nuevo episodio que en un futuro deberá constar en los anales de nuestra literatura. El ya llamado "pequeño Nicolás" ha aparecido estos días en periódicos, redes sociales, cadenas de televisión, tertulias y bromas de whats app. Quien a día de hoy no tenga una foto, aunque sea trucada, con Nicolás, no "mola", no está al día.

Resulta que un muchacho de 20 años ha aparecido en los actos más relevantes de la vida pública española (el más sonado la proclamación de los reyes Felipe y Letizia), aparece en fotos con los altos dignatarios del país y con los más importantes personajes periodísticos. Desde Rajoy a Aznar, ministros del PP, la alcaldesa de Madrid, empresarios, presentadores... todos están "pillados" con este joven al que ahora se investiga porque se cuestiona que él solo es imposible que haya llegado tan lejos.

Parece que desde los 15 años lleva haciendo sus apariciones. No ha causado daño ni cometido fechorías, pero lo que sí ha conseguido es poner en evidencia a todos los servicios de seguridad del país. Cuando en verano apareció en Ribadeo anunciando que tenía una comida con el Rey Felipe VI, escoltado por policía en coches de alta gama, hasta el mismo alcalde fue a su encuentro. Ese dicen que fue su error y que a partir de ahí empezó la investigación que llevó a descubrir todo el petate.

Y los que aparecen fotografiados con él dicen ahora que no le conocen, pero el caso es que está demostrado que, si aparecía en todos los "saraos", es que recibía invitación. Y verlo en la recepción posterior a la proclamación de los reyes es una clara "cantada" de alguien. A día de hoy se piensa que alguien poderoso está detrás de él, porque llegó a engañar a un importante constructor que le dejó un lujoso chalet en el que llegó a empadronarse y en el que supuestamente recibía a importantes figuras de la vida del país. Organizó desayunos de trabajo en hoteles de lujo con grandes empresarios, intercedió ante el presidente del colectivo "Manos Limpias" para que retirasen la imputación a la Infanta Cristina y su marido, viajaba en coches de lujo con chófer a reuniones trascendentales en toda la geografía del país, etc. Un sinfín de tramas que ahora suponen que incluso puede ser que esté detrás el Centro Nacional de Inteligencia.




Yo no sé si calificar esto como preocupante o como gracioso. Sinceramente, si esto lo ven desde Europa, ya estamos dándoles más motivos para ser el hazmerreír mundial; aquí el cachondeo ha sido general, apareciendo miles de fotomontajes en partidos de fútbol con las grandes estrellas. Muchos piden para él el nombre de una calle y se felicitan porque un chaval de 20 años ha sabido salir adelante sin estudios ni preparación en esta economía de crisis, paro, desahucias, etc., manejando a toda la clase política a su antojo. La cuestión es que no ha hecho nada malo o grave (me refiero a lesiones o ataques), pero ha tocado todos los "palos" duros del momento en España: desde el asunto de los Pujol hasta los problemas de la Casa Real. Verlo con Ana Botella me recuerda al episodio del "relaxing cup of café con leche", al país de pandereta. Yo prefiero pensar que no es más que un espontáneo, como el que salta a un campo de fútbol desnudo o con barretina al Festival de Eurovisión. Hizo una travesura un día, funcionó y poco a poco fue aumentando sus objetivos, llegando a conseguir el teléfono personal del Rey Juan Carlos I. 

Total, que si al "pequeño Nicolás" no lo tienes de amigo en Facebook o en tus grupos de whats app no estás al día y ya te puedes dar por estar anticuado. Ha superado el interés del ébola en España, de las tarjetas negras de Bankia y hasta del Madrid-Barça de hoy. Está detenido y parece ser que tuvieron que ir 12 policías a hacerlo... ¡si es inofensivo! Estaremos atentos a ver en qué acaba este culebrón, propio de república bananera y como os dije, un nuevo episodio de pícaro que pasará a la historia.






3 comentarios:

  1. Recomiendo "Catch me if you can" si pensamos que esto es exclusivo de España (en Francia y en UK también han tenido casos).

    Antes de fustigarnos y de que nos dé el complejo de inferioridad correspondiente en estos casos, pensar dos cosas:

    1. Esto no es exclusivo de España (Frank Abignale empezó con 16 añitos).
    2. Este chico, según se va sacando, parece que no estaba operando solo (éste era el mandado de alguien más).

    Se sabe que a la Coronación fue invitado como acompañante de alguien (no se coló).

    Si sorprende, eso sí, lo bien montado que lo tenía todo: como ha dicho alguien recientemente, "o acaba en la carcel o llega a presidente del Gobierno".

    Así que tranquilidad: de estos hay mil que no conocemos... Sólo sorprende su juventud, pero el rol del "conseguidor" es viejo (los comisionistas de toda la vida).

    Un abrazo,

    Paquito.

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  2. Yo me descojono con esta historia, que, por cierto, ha salido en el Volkskrant :p

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