martes, 7 de octubre de 2014

TENEMOS UN VIRUS

Y nada menos que uno mortal. El ébola ha llegado a España y empieza a dar signos de voracidad. Después de que nuestro "ingenioso" gobierno tuviera la ocurrencia de traer a dos misioneros españoles infectados desde África, en sendas operaciones que más bien parecían ensayos de la NASA para enviar tripulación a Marte, que los dos muriesen a los pocos días y que nos vendieran que todo estaba bajo control en cuanto a medidas de seguridad... pues ha resultado que no.

Que tenemos el primer contagio en Europa por ébola y lo que parecía algo muy lejano, que sólo ocurría en unos cuantos países de África, lo tenemos ya aquí, en la puerta de casa y con intención de quedarse como "invitado no deseado". Una enfermera que atendió al segundo misionero fallecido está infectada por el virus y la noticia ha causado, aparte de una psicosis colectiva y una conmoción a nivel nacional, de nuevo que España sea el hazmerreír en Europa y medio mundo. desde Bruselas ya han pedido explicaciones al Gobierno sobre lo que ha ocurrido y ya me imagino yo los argumentos para curarse en salud (nunca mejor dicho) que esgrimirá la Ministra de Sanidad o quien se tercie: seguro que responsabilizarán de todo a la enfermera, que no cumplió los protocolos de aislamiento, de manipulación, etc. etc., mientras "los de arriba" se ponen medallas diciendo que todo estaba perfectamente organizado y controlado. Los datos hoy se actualizan cada pocos minutos y seguro que en pocos días tenemos ya tal revuelo nacional que generarán nuevos debates y ocultarán otros (por ejemplo, el tema de las tarjetas "opacas" de Caja Madrid). 

Pregunta nº 1: ¿por qué se empeñan los gobiernos de Europa en repatriar a los misioneros o enfermos de ébola a su país? Porque hoy me he enterado que no sólo España, sino también Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda se han traído a sus ciudadanos a ser curados (si se curan) a su territorio, En nuestro caso, con la polémica de que todo esto fue pagado por el Estado cuando hay gente aquí a la que se le niega la asistencia sanitaria (aunque luego dijeron que el coste del traslado lo pagarían las órdenes religiosas de los misioneros). Ante esto una salvedad: ni que decir tiene que es encomiable la labor de los misioneros y que se jugaron la vida por atender a los demás, a realmente quien lo necesitaba y en las condiciones más precarias. Pero de ahí a asumir un riesgo tan elevado como el contagio de un virus sin vacuna ni tratamiento efectivo conocido efectuando los traslados, pues hay una importante diferencia. El riesgo se ha manifestado y ahora ya tenemos el virus en Europa.

Pregunta nº 2: ¿es cierto que había medidas de seguridad y prevención claras para los facultativos y personal sanitario? Esa respuesta ya la tenemos y es NO. Durante el día de hoy ha habido cientos de comunicados del personal sanitario diciendo que no fueron eficazmente informados ni instruidos para afrontar esta enfermedad. Que los trajes tiene defectos, que no hay protocolos eficaces... A mí personalmente me parece complicadísimo controlar a alguien que pueda estar infectado por el virus. La enfermera acudió a urgencias cuando vio que tenía fiebre Y LA MANDARON PARA SU CASA, hasta que volvió con fiebre más alta días después, sabiendo desde un principio que ella trató a uno de los misioneros fallecidos. Hoy ya han aislado a su marido, a personal que estaba con ella, etc. Es que la exposición de esa mujer con otras personas desde hace 12 días que murió el religioso ha sido incalculable: desde la frutera de su barrio, hasta la gente que ha ido con ella en un transporte público. hace pocos minutos acabo de leer que el pasado 27 de septiembre se presentó a una oposiciones a enfermería... en fin, sin comentarios.

Pregunta nº 3: si el virus sólo se contagia de una persona ya enferma o fallecida y por contacto con sus fluidos, ¿es necesaria tanta alarma? Porque hoy en todos los medios se dice que no se propaga por el aire, ni por el agua, ni por alimentos. La cuestión es ¿es verdad todo lo que nos informan para no alarmarnos más o, como suele ser habitual en los últimos años, nos ocultan datos? Esto me ha recordado al envenenamiento por el aceite de colza en 1981, que sabíamos a cuentagotas de los enfermos y fallecidos, que hasta que descubrieron que era aceite adulterado pasaron semanas, que hasta dijeron que podía venir de las fresas... ¿Cuántas noticias desesperantes tendremos en los próximos días?

Podría seguir planteando preguntas pero no es el caso. Nos esperan días intranquilos, de bombardeos informativos, de consejos de protección y prevención, espero que no como los que hubo con la gripe A que hasta llegaron a los colegios. Ahora, ante cualquier dolor de garganta o resfriado, vamos a desconfiar del vecino, del compañero de trabajo, del alumno, del carnicero... y empezaremos con los prejuicios: si vemos a alguien de raza negra, desconfiaremos; de alguien que nos contó que estuvo de viaje en tal sitio, también; cualquier mínimo dolor lo asociaremos al puñetero virus. Y es curioso como un ser vivo invisible al ojo humano se convierte, en pocos días, en el protagonista del año por encima de deportistas, cantantes, políticos, actores. Pues intentemos no caer en lo de siempre, en la criminalización de los profesionales, en este caso de la sanidad, que si no es por ellos seguro que tendríamos al virus ya metido en Europa hace tiempo y a lo mejor muchos no estaríais leyendo esto o yo escribiéndolo. Ahora lo que importa es el estado de salud de Teresa, la enfermera gallega que sin quererlo y con su buen hacer, se ha convertido también en protagonista del año. Yo espero que salga adelante, que se recupere, que apruebe la oposición, que siga atendiendo pacientes y que, en definitiva, vuelva a su vida de anonimato en silencio pero ayudando al prójimo. Suerte para ella, suerte para todos.




1 comentario:

  1. Bueno, algo salió mal, una pena... Se intentó...

    Sí me preocupa la falta de medios: teniendo el Hospital Militar Gollez Ulla (que tiene el protocolo nuclear) no entiendo porqué se llevó a estas personas a un hospital civil...

    Ahora, como siempre, todo el mundo buscando culpables, en lugar de enfocarse en lo realmente importante: ¿Qué ha pasado? y ¿Por qué?

    Una vez que esas dos cosas se diriman, entonces venga la ola y que se lleve a quien sea... Pero de momento, entender cómo es posible que una señora que estuvo en esa habitación dos veces, haya podido contagiarse...

    Racionalidad ante todo: como siempre, ante los problemas, siempre antes el "¿Quién" que el por qué o el cómo...

    Así va...

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