lunes, 25 de marzo de 2013

Primero, yo; y después, yo también

Fin de semana de turismo para acompañar a una amiga de una compañera que ha venido a visitarla y enseñarle los lugares más importantes del país, comer los típicos platos de la mediocre y monótona gastronomía holandesa y seguir pasando mucho frío. Viento del norte que trae unas temperaturas gélidas con un par de grados por encima de 0, aunque la sensación térmica es de -Xº. Mejor no pensarlo.

Mientras seguir observando. El que viene a hacer turismo se sorprende de muchas cosas y te pregunta. Y uno que lleva aquí ya más de dos años y medio no puede reprimir su vena crítica con Tulipandia (gracias por el nombre, Pelocha) y sacarle punta a todo. Esta semana he vivido situaciones de lo que podemos llamar "choque cultural" aunque yo ya comenté alguna vez que para mí es auténtica hipocresía y mala educación. Por ejemplo, comprobar el carácter tan individualista y competitivo que tiene esta sociedad, inculcado desde niños en las aulas. Nunca verá a un niño defender a otro en el aula, sino acusarlo, y además con saña y para obtener un beneficio. Ver esas actitudes ya en niños de 9 años me parece de lo más inmoral; no se aprenden valores, no se enseña a colaborar y cooperar, se enseña a ser el mejor a costa de lo que sea, incluso del vilipendio al otro y del escarnio, de ahí que el problema del acoso escolar sea en este país muy preocupante. No voy a entrar en mucho detalle porque vivimos en las aulas situaciones en las que ves estas actitudes y sientes cierta repulsión a ellas y a cómo se educa aquí a los niños, deduciendo que todo es una farsa, una pantalla de cara a la galería, porque un niño puede estar dándote la mano al entrar o al salir como signo de respeto, pero en realidad "te la clava" por  detrás y se queda tan ancho porque además le aplaude el sistema.

Y esa actitud de "yo por encima de todas las cosas" es lo que impera en esta sociedad. De ahí que planteamientos éticos ante determinadas conductas, dilemas o situaciones ni se plantean porque es mejor que no se vean. Hoy con esta amiga que vino a visitar a mi compañera hablábamos de cómo este país funciona, y realmente a mí me cuesta creer que vaya hacia adelante porque, o bien se aprovechan de ti sin que te enteres, o bien son muy listos; y lo segundo no, así que se aprovechan de ti y de todo aquel que pisa estas tierras. El ejemplo más claro: los "coffee-shops". Una artimaña legal que pernite vender la mercancía, pero no comprarla. Entonces, ¿por dónde entra? Por lo que ellos llaman "zwarte door". Fuera del país la imagen es de que existe una tolerancia total y Holanda es el modelo a seguir para la legalización del "cannabis". Cuando hace poco más de un año se empezó a oir que se prohibía la venta a ciudadanos no holandeses y que se pediría identificación en los "coffee" saltaron las alarmas porque se acababan los ingresos del "turismo de la marihuana". Al final la ley entró en vigor en todo el país EXCEPTO en Amsterdam, porque si lo hubiesen hecho la economía del país vinculada a este sector, bajaría en ingresos. Es decir: se ilegaliza en ciudades más pequeñas y sin casi turismo, pero en la capital ni de coña, no vaya a ser que entremos en crisis ante la falta de este turismo que nos da tantos "euritos".

Siempre he dicho en este blog que Holanda tiene muchas cosas buenas, pero hay algo general que para mí la hunde: el "todo vale" con tal de obtener dinero. El carácter comerciante que siempre distinguió a este pueblo es algo que ni se cuestiona y que creo que ya lo llevan en los genes. En los otros blogs que tengo enlazados os han contado cómo en la vida diaria la "cultura de emprendedor" te empapa, desde las promociones para niños del Albert Heijn (la gran cadena de supermercados holandeses) hasta el "sableo" que supone la tarjeta de transporte, la tan conocida por vosotros (eso espero) "ov-chipkaart". La mecánica es simple: subes al transporte púbico urbano y te quito de la tarjetita 4 euros. Y si no te acuerdas de hacer "check-out" al salir, me he quedado con tus 4 euros. Si lo haces correctamente, te cobraré el importe necesario. Son millones de euros al día los que se marcan en los lectores de tarjetas de toda Holanda, de los que un tanto por ciento fijo quedarán automáticamente "robados" de los bolsillos de todos. 

El comercio es lo que da beneficio, lo que echa al país a andar. Y eso se mama desde pequeños, inculcando valores de "lucha por ser el mejor a costa de lo que sea", así que la solidaridad, el compañerismo, la cooperación, la ética, quedan a un lado si voy a obtener dinero. Verdaderamente da un poco de miedo vivir en una sociedad así. Se están llevando al extremo temas muy delicados referidos incluso a la vida de las personas y el problema es que la gente no se los cuestiona, les parece normal. Hace pocos días acabé de leer un libro ambientado en los Balcanes (¡cómo no!) en el que había referencias a la matanza de Srebrenica, cuyo máximo responsable, el general serbio Mladic, está bajo la custodia del Tribunal Internacional de La Haya, acusado del mayor genocidio cometido en Europa desde la II Guerra Mundial. Curiosamente al frente del destacamento de Naciones Unidas en Bosnia aquellos días estaba un militar holandés y se dice que los soldados de este país allí destinados aquel verano de 1995 poco hicieron por evitar la masacre, "no iba con ellos". Prefiero no pensarlo mucho porque esa indiferencia ante el sufrimiento del otro, la falta de empatía ante la desgracia del que está enfrente de ti la ves día a día en las calles, oficinas, comercios, de las ciudades de Holanda. 

Y esto me hace ver que, para estas cosas, "los del Sur" como a veces nos tratan con cierto desprecio, tenemos más valores morales que aquí. Para acabar el post de manera positiva comentaré un detalle que viví el otro día en el tranvía al volver de Inglés para casa. Me senté en la parte de atrás y a mi lado y delante de mí iban una pandilla de jóvenes italianos (lo sé por el idioma que hablaban) que parecían recién llegados porque iban con maletas. Se subió una pareja de ancianos y automáticamente dos de ellos, un chico y una chica, les cedieron el asiento. Los ancianos se quedaron muy sorprendidos y les dijeron que, de verdad, no hacía falta. Pero ellos insistieron que, por favor, se sentaran, que por cortesía y EDUCACIÓN les cedían el asiento. Los ancianos terminaron accediendo, no sin cierta perplejidad porque yo estoy seguro que muy pocos holandeses tendrían ese gesto con ellos. La cara de sorpresa que se les quedó fue muy reveladora, y parecía como que estaban muy azorados por lo que los jóvenes les propusieron. Simplemente es, repito, EDUCACIÓN y buenos modales, algo de lo que suelen carecer en general por estas latitudes, llamándole a esa costumbre tan poco cortés como es el decir las cosas directamente (o a veces no tanto, eso dará para otro post), "carácter holandés". No es carácter, es mala educación, simplemente.


10 comentarios:

  1. Menudo mal cuerpo me ha dejado leerlo, y eso que no ha sido ninguna sorpresa oir que tengan esa actitud.

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  2. Yo intenté cederle el asiento a una señora mayor y 'desvalida' y a poco me muerde la cabeza, se sintió muy ofendida...

    Supongo que para evitar ponerte del hígado hay que pensar que simplemente somos diferentes, tenemos diferentes culturas y crecemos con unos valores distintos. En el sur somos mucho de familia, manada, en el norte son mucho de 'yo' , a la larga no sé qué 'sociedad' es mejor

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  3. Estoy un poco de acuerdo contigo en la idea de que los holandeses son mucho más individualistas que "los del sur", y que los modales y los valores son diferentes, a mí siempre me ha chocado que no sepan algo tan básico como "antes de entrar dejar salir..."(bueno, en el tren y en otros transportes públicos lo respetan, pero en las tiendas, restaurantes, etc...nones! Por otro lado me gusta que los niños desde pequeños saluden dando la mano a los adultos ,(aunque luego sean unos pequeños "cabroncetes" (brutale apen))
    Pero en lo que no estoy de acuerdo es en que "metas" en este "saco" el tema de Srebrenica, el "trauma nacional" por excelencia de los holandeses. El contexto de una guerra es bastante complejo y las circunstancias en aquellos momentos y en aquel lugar solo las conocen los que allí estuvieron. Yo ya vivía en Holanda cuando todo esto pasó y aunque no tengo ninguna relación con el mundo militar, no dejo de preguntarme cómo hubiera actuado otro contingente en las mismas circunstancias. A agua pasada todos tenemos la respuesta, no?
    Y por cierto, ya que mencionas "valores"... ahora mismo me estoy acordando de un artículo de Elvira Lindo de la semana pasada en el que comenta la "costumbre" ,ya tan arraigada en España, de los "botellones" (fiesta de la primavera en Granada en este caso). http://elpais.com/elpais/2013/03/21/opinion/1363890128_723559.html
    O sea, lo de siempre, una de cal y otra de arena...
    Y piensa que el sistema OV-chipkaart es más justo, siempre que no te olvides del check-out, claro,ya que tú pagas por el trayecto que haces y punto. Los olvidos siempre se pagan, aqui y allí, me temo.

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    1. Hola. Bueno, he leído y leo continuamente libros de todo tipo sobre el conflicto de los Balcanes y sobre el papel de unos y otros en esas crueles (como todas) guerras. Parece que ocurrían en lugares lejanos, pero estaban sólo a dos horas de avión de cualquier capital europea. Es cierto que nadie puede decir cómo actuaríamos en una situación así, pero yo lo comenté en relación con la EMPATÍA, que para mí es una palabra que en Holanda deberían aprender a usarla más. Fïjate el comentario de Pelocha, y en realidad así es, al igual que los jóvenes que vi yo en el tranvía. Critico el individualismo de esta sociedad y el no pensar en los otros, en cualquier aspecto de la vida. Fíjate: últimamente se habla mucho en este país del tema del acoso escolar ("pesten"). Un sistema educativo como el holandés, que NO ES inclusivo, fomenta el individualismo, la competitividad y busca la selección es un buen caldo de cultivo para señalar y maltratar al diferente por cualquier motivo. Las políticas educativas en materia de inclusión que, por ejemplo , tenemos en España, son de lo que mejor podríamos exportar y facilitaría en este país trabajar ese concepto mágico del que hablo: EMPATÍA. No se trata de "tolerar" al otro, se trata de respetarlo con toda sus características físicas, psíquicas, religiosas, étnicas, culturales... Aquí no existe la integración y no interesa que exista. Luego pasan cosas en las que el país mira hacia otro lado: suicidios de jóvenes acosados y situaciones que ya comenté en este blog y que esta sociedad se pregunta "¿por qué ocurre?". La respuesta es fácil: porque no se educa en valores.

      Gracias por leerme, un saludo

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    2. Pues perdoname que vuelva a estar en desacuerdo contigo, porque mi hija ha sufrido acoso escolar en España, y los profesores y directora del colegio español miraron para otro lado. En el cole holandés ocurrió lo mismo, el acoso (mi hija siempre es diferente!) pero desde luego la actuacion de los profesores y de la direccion ha sido totalmente diferente y de momento el acoso está "controlado" (será el poldermodel?)
      Y que conste que pienso que los holandeses necesitan buenas dosis de empatia, eh?
      Un saludo.

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  4. A los 18 años lleque sola a Holanda. Despues de un mes tuve un accidente horrible. Tuve que pasar unos meses en el hospital. Fueron unos holandeses que me adoptaron. No solamente me visitaron pero también lavaban mis pijamas compraron lo necesario etc.
    Mi experiencia con los holandeses pues... No lo muestran pero son muy amables y siempre ayudan.

    Salud!
    Greta

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    1. Greta, te llamas como mi hija, que bonito!! Gracias por leer mi blog. La verdad es que este post está resultando el más contestado desde que empecé. Yo no dudo de que ayuden, sean amables, etc. Los tópicos nunca son buenos, pero sigo pensando en la EMPATÍA. En España también encuentras gente que ayuda, que son amables, etc. Pero mi visión de este pueblo es la que veo después de casi tres años aquí.

      Un saludo

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  5. Hola Jordi, gracias!!! Pues sí que pondré alguno de tus blogs en mis enlaces.

    Saludos

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  6. Alfonso, hablas holandés? Te lo pregunto por si has leido un librito que se titula "Doe maar gewoon", lo hay tambien en inglés, "Act normal". Yo tambien estoy de mudanza, y de repente el libro se habia quedado encima de una mesa. Mi hijo de 17 lo descubrió y casi se tira por el suelo de la risa! Este libro está destinado a los emigrantes que llegan a Holanda, sobre todo a los no-occidentales (por eso de que desconocen muchas costumbres "europeas"). El tono es a veces un pelín paternalista, pero describe muy muy bien cómo son los holandeses, y sus "costumbres", como lo de la (única) galleta con el café. En cada apartado del libro se hace hincapié en que quizás para los extranjeros estas costumbres son extrañas, no-hospitalarias, frias, etc, pero vamos, que así son los holandeses y es lo que hay.

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    1. Hola. No, no hablo holandés. He hecho dos cursos básicos y entiendo algunas frases, pero como no lo necesito para mi trabajo, pues este año le estoy dedicando más esfuerzos a mejorar mi inglés. Lo buscaré en inglés, aunque muchas de esas cosas ya las sé ;). De todas formas, gracias por la recomendación, lo buscaré y lo leeré, si hubiese traducción al español sería fantástico. ¿Y la costumbre de clasificar los folletos de publicidad con las ofertas para al año siguiente buscar sobre las mismas fechas las gangas e ir corriendo a las tiendas a comprarlas? ¡Qué fuerte!

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