viernes, 12 de octubre de 2012

PREMIO NOBEL DE LA PAZ

No salgo de mi estupor. Llego a casa, miro las noticias en Internet y veo que el Premio Nobel de la Paz se lo dan a la Unión Europea. Sin contemplaciones, me parece una burla. Y que nos vendan que en 50 años ha contribuido a la paz en Europa sin guerras desde la II Guerra Mundial, una gran falacia. Teniendo en cuenta que el premio sale de Noruega, el único país que rechazó pertenecer precisamente a esa unión porque no quería compartir sus caladeros pesqueros, y que en los años 90 la Unión Europea no hizo NADA por detener las guerras en los Balcanes, a los del comité se les ha ido la olla. Alemania fue, precisamente, un país que favoreció esas guerras, algún día la gente sabrá por qué, pero los que leemos un poquito sobre las causas de este conflicto sabemos que la "locomotora de Europa" tiene mucho de lo que avergonzarse por los muertos en Croacia y Bosnia.

Además, viendo lo ocurrido hace pocos días en Pakistán, lo lógico sería que los señores "sabios" concediesen el Nobel de la Paz a Malala Youzufsai. Parece un nombre raro, pero todos sabéis quién es. Es la niña de 14 años que esta semana fue herida por disparos de los talibanes por defender el derecho de las niñas a ir a la escuela. Si tuviesen un poco de empatía estos señores nórdicos no lo dudarían y le darían el Nobel a ella, que sigue hospitalizada con una bala en la cabeza por culpa de unos "señores" que viven en otra época y habría que mandarlos directamente al Tribunal de La Haya.

¿Seguimos? ¿Qué ha hecho la UE por resolver el conflicto en Siria? ¿Cómo intervino en las guerras del Cáucaso? ¿Su papel en las revoluciones de los países árabes? Mejor no sigo porque me enciendo. 

Así que hoy mi Nobel de la Paz no va para los encorbatados políticos de la UE que no tienen ni idea de cómo salir de la crisis, ni ayudan a los ciudadanos de los países árabes con dictadores sanguinarios. Mi Nobel va para Malala porque ha estado a punto de morir por defender lo que estos señores de la UE proclaman pero no ponen en práctica: el DERECHO A LA EDUCACIÓN de todo niño y niña en cualquier lugar del planeta y cualquiera que sea su condición. Mientras niñas como Malala sigan con su gran revolución, el mundo merecerá la pena, fuera de las fronteras de la UE.


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