viernes, 18 de abril de 2014

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

Hace pocos días se publicó en el diario de cabecera líder en Galicia, La Voz de Galicia, un titular para reflexionar. Cada español gana 1900 euros menos por la crisis mientras cada alemán gana 3600 euros más. Esto nos da la idea de cómo fue esto de la crisis de la que no salimos ni a tiros aunque nos hagan creer que sí. Alemania sigue siendo el referente económico europeo, mientras los países "periféricos2 de Europa seguimos en el grupo de los "PIGS = Portugal, Ireland, Greece, Spain" (qué acrónimo tan poco acertado).

En el día a día en España eso se nota. Sin embargo, sigue fluyendo la corrupción, el dinero negro, los desfalcos y demás correrías públicas y privadas, especialmente en la banca. El ciudadano de a pie tiene menos dinero, menos ingresos y con las manos libres los empresarios para hacer de la clase trabajadora una nueva clase social llena de obreros viviendo en circunstancias parecidas a las de la esclavitud. Cuando yo vivía en Holanda comprobaba cómo, pagándome mi sueldo el Estado Español, vivía cómodamente, sin apuros económicos y permitiéndome ciertos caprichos como alguna compra extraordinaria o algún pequeño viaje que fui relatando en este blog. Ahora no es así, y menos desde mi nueva situación de divorciado.

Estamos en el inicio de la campaña de la declaración de la renta en España. Nuestra observadora Agencia Tributaria nos tiene controlados como si viviésemos en un "reality" al estilo de "Gran Hermano" o "El show de Truman". En mi caso, a pesar de ser funcionario, los datos que tienen de nosotros sirven para poco a la hora de declarar. Y si aún por encima cambias tu estado civil, parece como si automáticamente empezases a ser un paria tributario y te vuelvas mico a la hora de hacer la maldita declaración. 

Los datos que he solicitado a Hacienda dicen lo que he ganado en 2013, lo que he aportado de mi hipoteca, las aportaciones en forma de donaciones a ONG's o similares, los intereses bancarios, etc. pero curiosamente desaparecen mis hijos, nada pone del alquiler de mi vivienda de padre divorciado, los pagos al sindicato o partido político, la pensión de alimentos que le paso a mis hijos, etc. En visita a la Delegación de Hacienda poco más que recibes la contestación de "búscate la vida" para tributar. Eso sí, ay de ti como lo hagas mal porque te expones a ser visitado por un inspector y la correspondiente multa. Y mi sentimiento dice: yo siempre he tributado a Hacienda sin margen de maniobra, básicamente por mi condición de funcionario, pero para este ejercicio fiscal hubo un momento en que me entraron ganas de no hacer la declaración y que me visite el temido inspector y decirle "mire, Sr. X, aquí tiene todo lo que ingresé y mi nueva situación personal es esta. Haga usted la declaración, dígame lo que tendré que pagar o lo que me tienen que devolver y tan amigos". Pues no. Si se me ocurre hacer esto, estoy comprando boletos para ser un defraudador fiscal y tener colgado el sambenito de mal ciudadano. Ahí queda eso. Eso sí, mientras, los "blesas, bárcenas" y otros personajes de igual calaña riéndose de todos nosotros y haciendo que este país tenga más ciudadanos por metro cuadrado de toda Europa buscando comida en los contenedores o la segunda tasa más alta de niños en situación de pobreza detrás de Rumanía.

En contrapartida, el rubicundo alemán puede coger un vuelo de Air Berlin por poco menos de 100 euros y posarse al sol de Mallorca en dos horitas desde Düsseldorf, Hamburgo, Munich o Frankfurt, aprovechando además para invertir en una casita, ahora que los precios han bajado, de cara a vivir medio año en nuestro país pero tributando en Alemania porque le sale más rentable y censado aquí para poder acceder a nuestro sistema sanitario y operarse sin coste alguno. Vamos, un chollo. Eso sí, nada de sanidad al inmigrante que queda clavado en las vallas de Ceuta o Melilla, no vaya a ser que nos invadan y perdamos nuestra "identidad" cultural, al margen de prevenirnos de infinidad de virus que puedan traer desde lo más profundo de África y nos alteren nuestra salud y modo de vida. 

Eso sí, Alemania dice que "por favor, no más españoles a trabajar aquí, y si vienen en seis meses curando, si no, de vuelta a casita" ¿Es eso el "espacio común" e-u-r-o-p-e-o de trabajo, la libre circulación de trabajadores dentro de las fronteras europeas? No sé, o yo no entiendo o algo falla. recuerdo hace unos cuatro años, antes de irme yo a Holanda, un comerciante del barrio donde vivo  me dijo hablando de la crisis la siguiente sentencia: "Alemania perdió una guerra y ahora quiere ganarla con otros métodos". Pues me da que se está cumpliendo su contundente afirmación. Y que conste, no tengo nada en contra de los alemanes ni mucho menos, pero si hay más poder adquisitivo en cualquier alemán de clase media, ¿a costa de quién es? Creo que la respuesta os la tenéis que dar vosotros mismos.

En cuanto a mí, haré todo lo posible para que Hacienda me devuelva como todos los años o, en el peor de los casos, que tenga que pagar lo menos posible. Haciendo cálculos en el programa informático que te descargas a tu ordenador pero que falla a cada momento (claro, los buenos informáticos se han tenido que ir del país y trabajan en Alemania, Holanda, Suecia o Australia y aquí están los parientes más cercanos de los jefecillos de turno) me sale a pagar casi 1100 euros, nada para una economía de un divorciado que según ellos no tiene hijos, no pasa pensión de alimentos y vive en casa de alguien porque no paga alquiler, al margen de los gastos que tenga para comer, vestirse, echar gasolina al coche o pagar otros impuestos municipales. Un auténtico sinvivir.

¿Cómo no vamos a crear la cultura del fraude, de la picaresca, del todo para mí y nada para el Estado? He escuchado que gente que ganaba 900 euros al mes con dos pagadores, han tenido que pagar más de 1000 euros anuales a Hacienda y sin margen de degradación. También me han contado de nóminas falsas, con una cantidad neta a cobrar pero que el empresario le descuenta 25 ó 50 euros porque "todos tenemos que hacer esfuerzos con la crisis". ¿Se puede llegar a ser tan miserable?

Y el 25 de mayo, elecciones europeas. La verdad, tal y como están las cosas y lo tontos que somos en este país, somos capaces de refrendar estas políticas económicas. Yo espero que aparezca un político que nos garantice una buena gestión, respete los derechos ciudadanos y nos vuelva a poner en el tren de los ganadores porque así vamos de mal en peor, pero visto lo visto, espero cualquier cosa. ¡¡Espabilemos, que nos comen!! Ojalá haya alguien que movilice a la ciudadanía, llegásemos a paralizar el país y echásemos a toda esta calaña de delincuentes de corbata, al estilo Islandia. En el fondo, tenemos lo que nos merecemos, pero no podemos perder la esperanza de que llegue algún día un cambio que nos haga decir definitivamente que como en España en ningún sitio.




domingo, 6 de abril de 2014

LA SOLEDAD

Está a punto de hacer un año desde mi giro obligado de 180º. Algunos os preguntaréis si he cambiado o si la situación me ha cambiado. Supongo que sí porque pasar por una situación tan traumática como la que he vivido no puede dejar a una persona igual que antes. Pero durante este año he comprobado quién está ahí y quién no y desde luego los del "no" excusan de acercarse a mi vida porque los echaré a patadas.

Sin embargo hay días aún de "montaña rusa". No voy a decir que estoy como en abril de 2013, por suerte y por tenacidad estoy mejor, aunque de vez en cuando aparece el "bajón" y vuelves a retroceder un poquito en este camino de la vida que desde luego no está surcado de rosas.

A nivel laboral no me pueden ir mejor las cosas. Ya he obtenido de nuevo destino definitivo como maestro y de nuevo al lado de casa, en otro colegio del barrio, como muchos habéis visto en Facebook, esa nueva ventana en la que hay muchas cosas que sobran y en la que mucha gente expone su vida sin el más mínimo reparo. Yo cuelgo muchas cosas en mi "muro" pero nada que tenga que ocultarse o no saberse, de hecho aunque muchos no lo crean, yo cuento muchas cosas pero lo más íntimo siempre me lo guardo para mí y los míos, al igual que aquí en el blog.

Pero siempre hay una cosa que me preocupa y sobre todo a medida que vamos creciendo y llegamos a la mitad de la vida: la soledad. Yo nunca me consideré una persona solitaria, es más, me gusta mucho compartir y tener a alguien cerca a quien contarle con plena confianza mis dudas, mis temores, mis éxitos y compartir, en definitiva, todo lo que me pasa. Sin embargo también me doy cuenta que durante varias etapas de mi vida, estando soltero o casado, viví muchas veces solo. Cuando estaba en Holanda tenía siempre en mi cartera un papel en inglés para que avisasen a alguien en caso de una emergencia en la calle, que perdiese el conocimiento o algo así. En ese papel los datos de mis dos "ángeles de la guarda" holandeses, Manolo y Marisol, eran para informar a los que me atendieran en un momento grave. El temor a veces surgía cuando me acostaba en mis casas de Beverwijk o Amsterdam y pensaba "¿y si me pasa algo de noche?". Lógicamente, tarde o temprano se darían cuenta de mi ausencia, pero es esa sensación de soledad que sentía la que me generaba en ciertos momentos ansiedad o stress, acentuado por el hecho de vivir en un país que no era el mío, con otros códigos de comportamiento o hábitos de conducta.

Viví solo también 5 años desde que aprobé las oposiciones hasta que me casé. Y estando casado hubo tres momentos, además de la estancia en Holanda, en los que estuve separado de mi familia por motivos laborables de mi ex-mujer u otras circunstancias. Aunque tenía mucha gente pendiente de mí, igual que de mi familia, la soledad la lleva uno por dentro y los sentimientos que genera provocan muchas veces angustia. 

Ahora vuelvo a estar solo, rodeado de amigos y familia, eso sí, pero duermo solo y paso muchas horas en el salón de mi casa sin poder compartir con nadie lo que siento o lo que vivo. Hay momentos  en que me encuentro bien, que es necesario por pura higiene mental, pero curiosamente y a pesar de la imagen que doy, odio vivir solo. Es posible que no sea fácil convivir conmigo porque tantos momentos de soledad hacen que crees tus hábitos vitales, tus manías y, en fin, tu estilo de vida. pero yo sinceramente creo que no, que me amoldo sin problemas a la gente, en viajes, en salidas, en la convivencia diaria... Eso sí,  mientras respeten mis tareas, mis hobbies, mis hábitos. Sé que convivir no es fácil, pero creo que somos las propias personas las que lo hacemos difícil. Se trata de respetar y ser respetado y yo en muchos casos no me he sentido respetado por gente con la que conviví en determinados momentos de mi vida. Recuerdo, por ejemplo, un curso de música que hice en Hungría en 1999. Éramos un grupo de españoles y de estudiantes de once países que compartíamos muchos momentos juntos, pero lógicamente los españoles estábamos más unidos. Había dos personas en ese grupo que no congeniaba con ellas. Es normal que en un grupo grande no todo el mundo se lleve bien y se viva en un mundo "happy flower", pero analicé muchas veces aquellas vivencias y sinceramente creo que esas dos personas no enganchaban bien con el grupo. Recuerdo que un día discrepé un poco con una de ellas y le pareció fatal, me lo echó en cara, pero realmente fue porque no respetaba mi punto de vista sobre una situación que vivimos allí.

Hace pocas semanas conocí a una persona especial con la que también tuve esa sensación. Yo le exponía mi opinión o punto de vista sobre algo que esa persona comentaba y muchas veces le parecía mal si no coincidía con el suyo. Y saqué conclusiones: mucha gente dice que prefieren que les digan las opiniones a la cara, que no se digan cosas por detrás, pero yo creo que precisamente es esa gente la que no está preparada para oír algo que va en contra de lo que realmente han pensado. Y ojo, a mí eso también me pasa, no voy a decir que me guste, pero a veces es mejor quedarse callado antes que provocar un cataclismo en la otra persona por ser "demasiado" sincero.

Diréis que tiene que ver todo esto con el título del post. Pues básicamente pienso que la gente que acaba viviendo sola mucho tiempo, acaban por no tolerar al otro, por ser muy exigente con los que llegan a su vida y por no acceder a la tolerancia, al entender la postura del otro. Yo espero que este momento de soledad que vivo acabe pronto, porque sé que puedo vivir perfectamente con alguien compartiéndolo todo, lo mío y lo de ella. No sé cuándo surgirá el amor de nuevo (si surge algún día), pero sí sé que no tendré problema en adaptarme como lo he hecho siempre y esperando de la otra persona la misma empatía (otra vez la palabra mágica) hacia mí. No es fácil, pero tampoco es imposible. El tiempo lo dirá. Os dejo con una imagen que lleva una frase muy bonita y que, en fin, ahí queda para reflexionar un poco.


viernes, 28 de marzo de 2014

MÁS CINE, POR FAVOR

He hablado de libros, he hablado de música, pero creo que nunca he hablado de cine. El caso es que últimamente he ido tantas veces al cine como en los últimos ¿10 años? Bien es verdad que cuando es un estreno y en sábado es un atraco ir al cine, sobre todo si vas con los niños y quieren palomitas, refrescos, etc., y la película es de animación o superhéroes hecha para conseguir "pasta rápida" o ponernos "pastelitos" con las princesas y los animalitos. Pero cuando vas entre semana o aprovechando alguna oferta (como la del supermercado más conocido de Galicia que con un vale puedes ir por 4'90 €), pues la cosa se pone interesante.

Os voy a citar las películas que he visto en las últimas semanas, espero no olvidarme de alguna:

- "La vida secreta de Walter Mitty"
- "El médico"
- "Robocop"
- "The Monument's Men"
- "Her"
- "Ocho apellidos vascos"

Y algunas otras anteriores, como una divertidísima película italiana y otra pasadísima película coreana, al más puro estilo "intenso" (ver post anterior a este).

De las seis indicadas arriba son prescindibles dos, "Robocop" y "The Monument's Men", que tiene una trama basada en hechos reales pero está más filmada para mostrar las guapuras de George Clooney o Matt Damon. Las otras cuatro tienen características que pueden gustar a todos. El "boom" de las últimas semanas en España es "Ocho apellidos vascos", película española que está batiendo récords de taquilla y que te hace pasar una hora y media de risas explotando los tópicos de Euskadi, sus gentes y el contraste con los andaluces. Me imagino algo así entre Holanda y España, el típico holandés que viene buscando paella, toros y flamenco y se planta en Galicia, por ejemplo: fliparía. ¡Cuánta diversidad tenemos en este país nuestro y no queremos entender (o no nos da la gana)!

De las otras tres creo que la mejor es "Her". Una película que te hace reflexionar sobre a dónde llegaremos con la tecnología. Y no parece que ocurra dentro de muchas décadas. Cuando estamos asistiendo al desarrollo de la impresión en 3D - por cierto, hoy los informativos aquí comentaban la noticia del implante de un cráneo hecho en impresora 3D a una paciente holandesa en el Hospital de Utrecht -, la película nos abre al mundo de los sentimientos y las emociones de las personas; de cómo se puede llegar a despersonalizar de tal manera una relación afectiva entre dos (o más bien entre uno y un microchip) y de cuán necesario es el contacto físico entre dos personas para amarse, quererse, compartir...

Las otras dos películas también me gustaron mucho. "El médico" es la adaptación de un libro de Noah Gordon ambientado allá por el año 1000 en Inglaterra y Medio Oriente; "La vida secreta de Walter Mitty" también es muy emotiva y con situaciones que pueden recordar a "Forrest Gump" pero que también tiene su trama y un final un tanto insospechado.

Llevaba muchos años sin disfrutar del cine. El hecho de tener a los niños y criarlos no nos hacía tener tiempo para poder ir a ver un estreno y cuando empezaron a crecer, Disney, Pixar y demás productoras de animación se convirtieron en nuestras opciones. Siempre recordaré la primera vez que mi hijo fue al cine, creo que con tres añitos lo llevamos a ver "Buscando a Nemo" y fue para los tres impactante el cambio en los conceptos de animación a los que estábamos acostumbrados, así como la historia que se narraba. Ahora vuelvo al cine y, a pesar de que el bombardeo de anuncios al principio es interminable, las horas ante la pantalla se pasan sin querer, en casa no me pongo a ver una película porque siempre busco otras cosas que hacer al mismo tiempo y en el cine, al menos, estás acompañado y puedes comentar lo que está ocurriendo. Pero eso sí, que no suban los precios, que no nos atraquen con 3 entradas con palomitas por 35 euros y que el cine español siga subiendo peldaños, que se lo merecen todos. Así que más cine, por favor... pero barato.




lunes, 10 de marzo de 2014

¿TÚ TAMBIÉN ERES UN INTENSO?

"¿Hablas en susurros? ¿Solo lees poesía checa del s. XIX? ¿Tu mundo interior es tan complejo que crees que un simple mortal no podría entenderlo? A lo mejor eres un INTENSO."

Así comenzaba un reportaje que cayó en mis manos de pura casualidad este fin de semana. Y la verdad, es que hacía mucho tiempo que no me reía tanto con una lectura como esta. Se publicó en el nuevo suplemento del sábado, "Yes" (Ya Es Sábado) de "La Voz de Galicia", y lo firma Tamara Montero. Desde ya, seguidor de ella porque lo ha bordado. Y es que por todo lo que he vivido en este último año no puedo dejar de pensar que más de un/a "intenso/a" ha rozado mi vida. Me los encuentro en facebook, en webs varias, en la calle o en aquel amigo que trae un compañero a una reunión informal y nos quiere hacer ver que su vida es el no va más y que nosotros somos unos meros "paletos" que no podemos sentir esa "intensidad" que él (o ella) vive cotidianamente y que siente la necesidad imperante de expresarla.

¿Pero cómo no nos habíamos dado cuenta de que el culmen de la belleza y de la realización personal es leer los versos de un poeta afgano del s. XVII? Es que ellos lo sienten todo muy fuerte. Viven intensamente las 24 horas del día los 7 días de la semana. Y citando textualmente a la periodista Tamara Montero nos referimos a que "hacer una tortilla de patata o francesa para cenar puede definir el resto de su existencia. Será con huevos orgánicos procedentes de una granja gestionada por una comunidad budista". Es genial, menuda panzada de reír.

Pero aún hay más. Nada es banal. Los "intensos" son necesarios porque "no siguen al rebaño". Se han sumergido "en un mundo nuevo, en un nirvana que les ha abierto su percepción...". "Una tapa de chorizo será para ellos una explosión de sabores de antaño, una experiencia religiosa que los permite estar en comunión con sus ancestros".  ¡¡Por Dios, un premio ya para esta chica!!

Y sí, claro que me encuentro "intensos" por la vida, incluso diría yo que me encuentro más "intensas". Las miles de frases que aparecen en tu whats app o en tu facebook que parecen sacadas de las reflexiones de la reencarnación 24 del primer lama tibetano es otra expresión de la "intensidad". Fíjate que hace uso cuantos meses ya hablaba yo por aquí del "coaching". Es que claro, la persona que va a un "coach" es tan intensa que le cambió la vida y debe decírtelo y además expresarte susurrando que tu vida también necesita ese cambio para vivir esa experiencia trascendental que la hizo otra mujer u otro hombre; además, que si no lo haces, eres el ser más desgraciado y no mereces estar a su lado porque eres tóxico para poder seguir desarrollando "su" intensidad. Como dice la periodista Montero (que no la "Mariló" de TVE) (...) "los intensos deben existir. Para evitar que nos convirtamos en escarolas con patas".

Hay algún contacto en mi facebook que por lo que pone me entran ganas de responderle directamente "eres gilipollas, chaval". Pero si lo hago su banda de acólitos aspirantes a "intensos" me comerían y me dirían cuatro cosas, eso sí, muy "intensamente" y en susurros. Así que no lo hago, leo alguna de las chorradas que ponen y que, naturalmente, tienen la inmediata respuesta de su "clan intenso" y ni le doy al "me gusta". Lo triste es que a algunas personas que están pasando un momento crítico en su vida estas personas los captan y no dejan de ser como una rémora del gran tiburón. He vivido, en primera persona, como a unos chicos que llevaban más de un año en paro les decía una "intensa" de estas que "lo bonito es seguir ahí, abrir las ventanas cada día y salir a la calle en la busca de tu empleo con una sonrisa en tu boca". Palabrería barata... o no tanto.

Ojalá pudiera poner el enlace al reportaje sobre la "intensidad". Os encantaría y pasaríais un buen rato. Además, da nombres propios de famosos muy "intensos", como Nawja Nimri, Nacho Vegas o el más de lo más, Bunbury, a los que acaba comparando con Diógenes dentro de su tonel. Pero tranquilos: si os aparece un "intenso" en vuestra vida, disfrutad de él / ella y tened las suficientes estrategias para demostrarle que, si ellos van a esa exposición tan trascendental que hay en el Guggenheim, tú has comprado unos de los cuadros y lo tienes decorando el vestidor de tu casa (aunque sea mentira), iluminado indirectamente por una luz cenital surgida de una fuente que evoca el agua de los jardines japoneses del último emperador shaolín. ¡¡Quedarás tú más intenso que él, seguro; y se morirá de envidia!! Pues eso, a "intensificarse" ;)

Besos y abrazos "intensos"


domingo, 2 de marzo de 2014

PIRATAS, PIRATAS

Es tiempo de "Entroido" o Carnaval en toda España. Días de lluvia aún en Galicia, con celebración en el colegio y disfraz mío, de los niños, de otros compañeros... Para pasar una tarde de sábado desapacible, vamos al cine mi hijo y yo. "Robocop" es la opción elegida, aparte de recordar al policía mitad hombre - mitad robot de los 80, vemos cómo evoluciona el diseño y la historia. Si ya en aquella época pensábamos que tal vez en un futuro patrullasen "robocops" por nuestras calles en un futuro más o menos cercano, hoy creo que seguiremos sin verlo. Muy futurista, algunos efectos y de fondo la hipocresía americana de toda la vida. En fin, película para entretenerse una tarde.

La cuestión es que desde hace años los actores suelen protestar en sus actos públicos por sus derechos como artistas, siguiendo la normativa de la Ley de Propiedad Intelectual. Y desde que hay Internet todos sabemos cómo la piratería de música, películas, libros, etc. ha asaltado la red, con programas de intercambio de archivos y demás. 

Sé que lo que voy a decir causará ampollas en muchos artistas o escritores, pero es que o se espabila uno o te dejas el sueldo en una tarde de cine. Yo aún recuerdo cuando el cine costaba 25 pesetas e íbamos mi hermano, mi abuela y yo al cine "Rex" todas las tardes de domingo. Probablemente allí nació mi miopía porque siempre, siempre, nuestro sitio era la fila 1 (no la "0") en los dos asientos más pegados al pasillo. Comprábamos unas chuches que valían 1 peseta la unidad en el bar del propio cine y pasábamos felices las dos horas de la tarde. De aquello al "sablazo" de ahora han pasado casi 35 años, pero es que no me extraña que se pirateen las películas o se descarguen ante lo que es una gran estafa. Vamos a los precios.

- Dos entradas, sacadas por Internet y que tenían un descuento de 30 céntimos cada una: 16'60 euros
- Un cucurucho de palomitas mediano y otro pequeño, SIN BEBIDA (agárrense): 9'10 euros!!!

TOTAL: 25'70, o lo que es lo mismo 4276 pesetas. Suponiendo que cada año subiese un poco el precio del cine, estamos hablando que ha subido un 6000 % en esos años. Por mucho que lo quieran maquillar el cine es un artículo hoy en día de LUJO.

Os puedo asegurar que cuando pedí las palomitas estaba sacando un billete de 5 euros para pagar y cuando me dice la chica "9'10" mi primera reacción fue preguntarle si con bebida había alguna oferta. Pues me dice que sí, que un vaso gigante de palomitas y una bebida cuesta 9 euros. Me pareció una auténtica estafa, además porque nosotros llevábamos la bebida de casa y aquel macro-vaso me pareció exagerado, como para coger un gran empacho de palomitas y salir del cine para Urgencias. Así que no me lo compré y tiramos para la sala.

Y que nadie se piense que el cine estaba a rebosar, noooooooo. Si conté bien creo que estábamos 10 personas, en una sala en la que tranquilamente caben casi 200. Si el cine y las salas están en crisis, que nadie se rasgue las vestiduras porque ya tienen la explicación.

Total, que aparte de los socorridos piratas que siempre aparecen en cualquier desfile de Carnaval, muchos no deberían disfrazarse nunca porque van de ellos todo el año. Yo no sé a dónde van a parar los beneficios del cine, pero desde luego que algunos se están enriqueciendo a base de bien. Así que al ciudadano de a pie NADIE tiene la desfachatez de llamarle "pirata" por descargar música o cine de internet, en tal caso "buscavidas" que por lo menos es más honrado.

Y que conste, no suelo descargar películas de internet, si bien es cierto que algún título antiguo sí lo he hecho para "consumo propio", pero cuando veo a los subsaharianos con su "top manta" preparado para escapar del acoso policial, se me ocurre la paradoja de que vienen de un país "pirata" a otro país "pirata" y que lo que venden ellos no es piratería, es subsistencia. La industria del cine no la fulmina el consumidor, la fulmina el intermediario, el "pirata" que se queda con los beneficios de todo este gran negocio.


viernes, 21 de febrero de 2014

UCRANIA TAMBIÉN ES EUROPA

Estoy consternado por los acontecimientos de las últimas semanas en Ucrania, pero especialmente por los de hoy. En pocas horas, más de 100 muertos por enfrentamientos entre la población civil y la policía. La verdad, las imágenes recuerdan mucho a aquellos primeros momentos en Sarajevo hace ya más de 20 años y mucha gente se teme lo peor. Se habla de posible guerra civil y, no nos olvidemos, Ucrania es Europa, está a 4 horas de avión de nuestro país.

Ucrania es un país más grande que España, de hecho, exceptuando Rusia, es el más grande en extensión del continente, 100000 km2 más que España y con una población similar (44 millones). En 1991 se independizó de la URSS tras la caída del Muro de Berlín y empezó su camino hacia la democracia, no sin problemas ya que el cambio fue brutal. Hace 10 años vivió la llamada "revolución naranja" y a pesar de la voluntad de Europa esa transición se está convirtiendo en un sendero con muchos escollos. La presión de "mamá Rusia" es enorme y de hecho las revueltas tienen su origen en la negativa del presidente Yanukóvich a acercarse a Europa y desprenderse de la dependencia rusa... o por lo menos eso es lo que nos cuentan los medios de comunicación.

De todos es conocido mi interés por los procesos políticos en los países del Este, especialmente en la antigua Yugoslavia. Dentro de unos años iremos descubriendo que lo que nos contaron nada tiene que ver con lo que realmente ocurre allí. Los casos de Croacia y Bosnia-Herzegovina hace 20 años pusieron en evidencia la hipocresía de Europa y sus políticos, permitiendo matanzas sólo por intereses estratégicos y de equilibro de fuerzas precisamente con Rusia. Me da la impresión de que en Ucrania está ocurriendo más de lo mismo. Las fronteras de Europa ya están ahí, a las puertas del país, pero por su subsuelo discurren suculentos gasoductos que comunican con Asia y nos garantizan estar calentitos en nuestras casas de Occidente en los días fríos de invierno. Aguardo que en Ucrania no se repitan sucesos que nos hagan bajar la cara de vergüenza como ocurrió en Srebrenica, en Vukovar, en Sarajevo o en Mostar, por poner sólo unos ejemplos, a mediados de los 90.

Y aquí llega la cuestión fundamental: la labor de los políticos de un pueblo. En España estamos como ya sabemos todos y nuestros gobiernos nacional y autonómicos a lo único que están es a no quede ver nuestras verdaderas necesidades como ciudadanos. Y en Ucrania, más de lo mismo, pero imaginemos una calidad de vida como podríamos tener en España hace 20 años y con ganas de avanzar, de integrarse en Europa y dejar ya de una vez por todas la mentalidad y modos de vida soviéticos. En cambio, su presidente prefiere derramar sangre y no escuchar a su pueblo antes de ceder a lo que ofrece Europa, repito, partiendo de la premisa de que Europa es "mejor" que lo que ofrecen por otro lado.

No parece tener una solución fácil a corto plazo la situación creada en el "granero de Europa". Lo próximos días serán trascendentales y poco a poco iremos conociendo la verdad de todo. Lo que está claro es que una situación con 100 muertos en pocos días por represión política indica un claro fracaso de los gobernantes, sean del color que sean, así que es más que demandable su dimisión y que el pueblo hable. Aún así, he robado del Facebook de un amigo el siguiente mapa (en inglés) sobre la situación política del país. Me imagino que las redes clientelares en las regiones y el grado de corruptelas en pequeñas localidades será muy alto, pero cuando en la capital, en Kiev, está pasando algo tan grave, hay que reaccionar, con o sin apoyo de Europa o de Ruisa, pero estar a la altura.

Deseo suerte a Ucrania, a sus ciudadanos, a los ucranianos que viven en España y que estarán pendientes de sus familiares en el país, alguno conozco yo. Sé que son momentos de angustia, pero tenemos que tener confianza en que todo se solucionará a corto plazo y que no vuelva a haber sangre una vez más en Europa. Para que podáis seguir lo que se cuenta en las redes sociales, la REALIDAD de esta situación, visitad este enlace en Facebook al "Euromaidan in English"




domingo, 9 de febrero de 2014

COMUNICÁNDONOS

Últimamente noto cómo utilizando el lenguaje de una forma u otra puede hacer que el mensaje que comunicas sea recibido por tu interlocutor como un ataque, una sugerencia, un halago o una muestra de cercanía. Después de los meses que llevo en mi nueva vida, estoy más atento a cómo lo uso y a cómo lo usan conmigo. Y saco conclusiones.

Está claro que la comunicación es aquella facultad del ser humano para transmitir lo que piensa, siente, opina o simplemente comenta, pero dependiendo de la forma en que lo hagas puede reportarte sanos beneficios o crearte enemigos por doquier. Una buena comunicación es la base de nuestras relaciones sociales y en muchos casos la garantía de éxito para la amistad, el amor, los negocios, las gestiones cotidianas o el aprendizaje. Y siendo maestro es necesario cuidarlo mucho porque cualquier palabra o frase dicha en un determinado contexto o situación puede llevarte a un malentendido sin quererlo.

No es que me haya sucedido nada malo en mi trabajo por ello ni mucho menos, sigo disfrutando de las clases con mis alumnos de 4º de Primaria y creo que ellos también, pero en el mundo adulto a veces las cosas se complican porque la gente tiene sus circunstancias vitales y cualquier mensaje comunicativo hecho sin la más mínima intención de molestar, acaba originando cataclismos.

Todo esto viene a que a las personas de mi generación nos educaron con el imperativo por delante y lo hemos asimilado en nuestro subconsciente utilizándolo por doquier. Más aún en mi caso, siendo docente, es un tiempo verbal muy empleado. Pero el uso del imperativo implica, en ciertas ocasiones, un dominio sobre el otro, una (valga la redundancia) imposición. No es lo mismo decir: "Aparta" que decir "¿podrías echarte a un lado, por favor?", al igual que tampoco es lo mismo decir "siéntate" que "¿no crees que estarías mejor sentado?".  Sé que muchas situaciones tensas que he vivido han surgido por estos fallos comunicativos. El caso es que cuando te lo dicen a ti es cuando te das cuenta del impacto que tiene en otras personas. Este mediodía lo he vivido con alguien muy querido (y no por ello le voy a dejar de hablar ni a tenérselo en cuenta porque sé que son hábitos muy difíciles de cambiar), pero ha sido la luz que me ha empujado a reflexionar y escribir esta nueva entrada.

En una época de crisis en que todo el mundo está más susceptible sobre todo por la precariedad laboral y la situación económica, cuando hay un "fallo" comunicativo de este tipo saltan chispas. Si a todo eso le sumamos nuestra educación represiva del fin de la dictadura y principios de la democracia en la que el imperativo era el tiempo verbal más utilizado, el cóctel se convierte en explosivo. El caso es que para solucionar estas situaciones el esfuerzo mental es brutal y muchas veces desistimos. Pero es necesario hacerlo. De ahí que todas las recetas que de vez en cuando aparecen en redes sociales, programas de televisión, páginas web, libros de Punset y otros nos vienen bien para mejorar nuestra educación emocional, tan en auge precisamente en estos tiempos de crisis.

Personalmente soy consciente de que en determinados momentos mi tono, mi timbre, mi forma y mi vehemencia al comunicarme pueden generar en mi interlocutor desasosiego, intranquilidad, malestar, disgusto o agresión. Nada más lejos de la realidad. La gente que me conoce sabe perfectamente que nunca hay una mala intención en lo que expreso ni en lo que quiero comunicar. Tampoco voy a ponerme medallas diciendo que soy todo ternura, pero sé que hay cosas que debo corregir, que todos debemos corregir en lo que respecta al lenguaje. Las dos palabras mágicas (por no decir más expresiones) que siempre decimos en los colegios me parece que deberíamos aplicárnoslas todos: "por favor" y "gracias" te abren no sólo puertas en todos los sitios, sino también los corazones de la gente... y las emociones. Biquiños a tod@s en estos días de temporal, ya parecemos peces de tanta lluvia, viento, olas y frío, esperemos que no duren mucho más porque se hace interminable.