domingo, 10 de junio de 2018

AIRE FRESCO

Así, sin planificarlo, tenemos un gobierno socialista, feminista y que recibe elogios no solo desde dentro de España sino desde organismos como la ONU. A día de hoy España es el país nº 1 del mundo con mayor porcentaje de mujeres en su gobierno, en este caso más del 61%, 11 de 17. Y en cuanto a los nombramientos los perfiles son de gente muy formada, de amplio reconocimiento en sus ámbitos en diversos organismos, desde la Unión Europea hasta la judicatura o la ciencia. Sin duda, ha habido dos nombramientos mediáticos, el del Ministro de Ciencia, el astronauta Pedro Duque; y el del Ministro de Cultura, el periodista y escritor Màxim Huerta.

De entrada ya hubo gestos simbólicos en la toma de posesión: sin símbolos religiosos, sin jurar y especificando precisamente ese hecho de mayoría femenina, consejo de "ministras y ministros". Llegar a una España laica está también en la mente de todos, lo cual no significa que la gente tenga que renunciar a sus creencias religiosas ni  mucho menos, simplemente que eso forma parte de su vida privada y jamás debe interferir en cualquier decisión pública. Y una cercanía con el ciudadano de a pie más que visible, sobre todo con nombramientos como el del Ministro de Cultura, pero no exclusivamente.

Y ya aparecen también las primeras encuestas de estimación de voto. Después de una semana, el PSOE es ya el primero en intención de voto alcanzando 117 diputados, en segundo lugar el Partido Popular y en tercer lugar Ciudadanos. Evidentemente esto es totalmente irrelevante ya que no habrá elecciones a corto plazo, básicamente porque si las hubiera el país estaría paralizado al menos hasta Navidad porque hay unos plazos entre la disolución del Parlamento, la convocatoria de las elecciones, su celebración y la formación de un nuevo gobierno. Además, en 2019 habrá elecciones europeas, municipales y autonómicas, por lo que ya está más que asumido que mejor gobernar e intentar aprobar decretos y leyes hasta esa fecha más o menos y después ya se verá.

Salvo los perfiles más conservadores de la derecha, en general la sensación en la calle es de ilusión, de que algo empieza a cambiar y que hay aire fresco, como titulaba este post. Como ya comenté en el post anterior, la tarea de gobernar es dificilísima porque los retos de los independentistas catalanes y otras situaciones sociales están ahí y a pesar de que las ideas del nuevo gobierno es utilizar el diálogo, habrá que ver cómo se desarrollan los hechos.

Y mientras, el Partido Popular buscando sucesor. Se abren las apuestas. Y el candidato con más apoyos parece nuestro presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Él manifiesta que no, pero todos en Galicia sabemos que SÍ, que optará a ese relevo que esperemos no solo sea generacional sino también de ideas, hace falta una derecha más moderna y tolerante que dé a España las oportunidades de ocupar su puesto en cabeza en Europa.

Poco más que decir, de momento, a la espera de las primeras decisiones de gobierno y sus trámites parlamentarios. Ojalá las diputadas y los diputados, del color que sean, incluso el naranja y el azul, se den cuenta de que hace falta oxígeno, que los pensionistas necesitan más que un 0'25% de subida en sus pensiones; que la educación no necesita la LOMCE; que las mujeres necesitan romper los techos de cristal en las empresas; que los trabajadores necesitan que el salario mínimo aumente para poder vivir con dignidad; que no se rescatan autopistas, sino personas; que la sanidad necesita reconocimiento y unas condiciones de trabajo dignas de sus excelentes profesionales; que no es necesario un copago de las medicinas... Sí, ya sé que me repito mucho, que lo puse en el post anterior, pero es que estábamos en una situación tan crítica que es necesario repetirlo hasta la saciedad porque se necesita oxígeno para este país y, sobre todo, para sus habitantes. Son muchas cosas las que nos han quitado 7 años de gobierno "de rodillo" conservador y que es más difícil ahora construir que destruir lo que costó tanto alcanzar.

Evidentemente, suerte al nuevo gobierno y a Pedro Sánchez, a ver si en un par de meses puedo volver a escribir que la gente de la calle se ha oxigenado y en España se respira mejor y hay visos de progreso y de bienestar para todos. 







1 comentario:

  1. A ver...

    De momento el Huerta, a la semana, ha dimitido y a mí, más allá de sexos, lo que quiero es competencia (si hay que poner a veinte mujeres, porque son las mejores para los puestos, como le decía Cela al de las gachas, "sea").

    Entiendo que, para fomentar la igualdad, hay que empezar por algún sitio, pero no a cualquier precio.

    Carmen Calvo es la responsable de la frase: "Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie" (no rivaliza con los mejores éxitos de M. Rajoy, de acuerdo, pero demuestra una capacidad intelectual harto limitada).

    Todo lo que sea fomentar la representatividad de las mujeres en posiciones de poder es bienvenido, siempre y cuando, al menos, se establezcan unos mínimos criterios de competencia (entre el feminismo y el hembrismo hay una muy delgada línea que tenemos que considerar).

    La discriminación positiva parte del principio que, en igualdad de competencia, se elige a la parte menos representada en un conjunto: la discriminación positiva no es "Eres tal, así que pa dentro porque sí" (y esto, créeme, se pierde a veces de vista).

    Una vez más, como te decía en el post anterior, lo más importante es que sean competentes, que sean honrados y que tengan sentido de Estado (con eso, ya habremos ganado una barbaridad, porque lo anterior no tiene nombre: es tal el bochorno de lo que hemos vivido que, creo, los que vienen sólo tienen que no cagarla para, en una analogía con el sistema educativo, sacar sobresaliente sin apenas esfuerzo).

    A ver qué sucede... Los dedos cruzados tengo (va más allá de ideología: va simplemente de querer hacer las cosas bien teniendo el bien común como referente).

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