sábado, 30 de diciembre de 2017

CINE DE NAVIDAD

Pocas veces he hablado de cine en el blog. Y claro, en Navidad toca ir al cine... a pesar de los precios. Cuando era pequeño y adolescente, la asistencia al cine era un hobby normal, incluso llegaba a ir al cine una vez por semana, los domingos a la sesión de las 4. Con 7, 8, 9 años pasaron por mis ojos desde la segunda fila cientos de películas de las que ni recuerdo el nombre. Allí nos poníamos mi hermano y yo mientras la abuela se quedaba varias filas más atrás. Y por eso llevo gafas. Ver desde tan cerca estoy convencido que me fastidió la visión, aparte de la genética, pero contribuir, contribuí de lleno.

En fin, volviendo al caso, en Navidades también tocaba cine, muchos días, y de estreno. Y aquellos cines de una sola sala, algunos de barrio, tenían un encanto único. El Finisterre, el Rex, el Riazor, el Coruña, el Goya, etc., fueron salas donde por dos horas nos evadíamos de los problemas diarios y en cierta manera, aprendíamos cosas. ¡Ah! Y recuerdo en mis primeros años el NO-DO, que luego se cambió por anuncios y tráilers de futuros estrenos. Vamos viejos, vamos.

¡Que me enrollo! El caso es que desde hace más o menos 20 años la asistencia al cine bajó drásticamente. Tener múltiples canales en televisión y los precios prohibitivos hicieron que algo tan instructivo pasase a segundo plano. Además, cuando me fui de Coruña al empezar a trabajar no tenía salas cerca de mis destinos y solo recuerdo ir al cine una vez en León y otra en Ribadeo, algunas veces en Santiago cuando vivíamos en Padrón y así, poco a poco, la asistencia fue cayendo a unas 4 ó 5 veces al año. Pero el día de Navidad  allá fuimos y al día siguiente otra vez. ¿Y qué tocó? Pues el inevitable capítulo 8 de Star Wars y una de animación excepcional. Por partes.

A finales de 2016 nos dejó la Princesa Leia inesperadamente. Carrie Fisher aparece en "Los últimos Jedi" mayor pero entrañable. Y aquel Luke Skywalker igual. La verdad es que no pude evitar acordarme de aquella primera parte, "La Guerra de las Galaxias" que marcó una época y con la que empezó la saga. Todos éramos fans de C3PO, R2D2, Chewbacca, el jovencito Harrison Ford, Obi Wan Kenobi, por supuesto Darth Vader... y hoy, llenos de efectos especiales, tenemos todo un patrimonio de seres, personajes e historias que forman parte de mi generación y parece que también de las que nos siguen. La película no estuvo mal, pero yo no pude evitar al final acordarme de Leia y de Luke y de sentir que, efectivamente, los años pasan.

El día 26 volví al cine con mi sobrina, mi hija y una amiga. Querían ver una de animación de la factoría Pixar. Y yo accedí porque esperaba oír una canción que entendía era de su banda sonora, pero no fue así. Sin embargo, me fascinó. "Coco" es una película ambientada en México durante el Día de Muertos, tan importante y tradicional en aquel país. Lógicamente el trasfondo es una historia familiar en el que el recuerdo de las personas fallecidas y la conexión de los mismos con la manera de ser de la familia y el mundo actual es el hilo conductor, teniendo como tema de unión la Música. Realmente me fascinó la manera de tratar un asunto tan complicado como la muerte enfocada a los niños, basada en esa conexión que en muchas culturas se produce el Día de Todos los Santos o en la cultura celta el Sahmaín. Y sí, en el argumento saben explotar las emociones del público de una manera magistral. Ni que decir tiene que lloré lo que me pidió el cuerpo porque muchos recuerdos de gente que no está vienen a la mente. Y todo eso aderezado por momentos cómicos adaptados no solo a los niños sino también a los adultos y también con la aparición de personajes míticos mexicanos como Frida Khalo. El uso del color, de la imaginación, de la ambientación y, en general, de todo el conjunto que forman el guión, la banda sonora, la trama hacen de "Coco" una candidata a una de las mejores películas del año.

Lo único malo es de dos días de cine es el desembolso económico que supone. Porque a pesar de que tratamos de no comprar nada que no sean las entradas, siempre cae algo: que si palomitas, que si algunas chuches. Total, que la broma de dos días de cine supusieron cerca de 70 euros, en la primera sesión 3 personas (una de ellas niña) y en la segunda cuatro (3 de ellas niñas). En definitiva, un auténtico robo. Lo más insólito es que por un cubo de palomitas y una Coca Cola de 75 ml mi hijo pagó 9,70 €. ¿Aún se preguntan por qué no se va más al cine? Porque es una auténtica estafa.

Quedémonos con "Coco" como una película única. La magia del cine, que nos genera emociones y sentimientos, nos evade durante un par de horas del mundo real. A ver si en 2018 podemos ir más al cine y disfrutar del 7º arte.



1 comentario:

  1. Lo del cine siguen sin entenderlo por allí abajo: aquí te puedes hacer un carnet, desde 20 Euros al mes, con el que puedes ver todo el cine que te puedas tragar.

    También hay ofertas / paquetes para familias y demás: viven de venderte palomitas y Coca-Cola, que es el verdadero negocio del cine (pero por allí abajo, según veo, siguen sin entenderlo).

    El desprecio por la cultura de nuestro país es remarcable en el aspecto más negativo que se le pueda dar: se trata como un elemento de lujo prescindible, argumento reforzado por una crisis económica que ha dejado el lugar como un secarral...

    Pero todo eso no es nuevo, desafortunadamente...

    Y, si sirve de algo, diré que con "Coco" lo di todo en el cine, que abrí el grifo de las lágrimas y me dejé llevar, que ya estoy mayor para reprimir según qué cosas (y, joder, ¡Qué bien me quedé después de la llorera!).

    El feedly está a punto de ponerse a "cero posts pendientes".

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