En los últimos días he leído en los "muros" de varios amigos y amigas de facebook noticias y comentarios como los siguientes:
- "Voy a hacer un ingreso en efectivo en Bankia y me cobran 5'50 €!!"
- "Mi madre está en lista de espera para una operación desde hace tres años. Me encadeno a las puertas del centro de salud porque esto es inasumible" (el bueno del hombre consigue en poco más de dos días que su madre tenga la cita el día 31 de este mes)
- "En la fábrica están echando a gente con muchos años de experiencia y sustituyéndola por gente más joven porque les sale más económico a la empresa pagarles a los recién llegados y tienen más ayudas y beneficios"
- "Las compañías eléctricas, en plena ola de frío, aumentan el precio de la luz a máximos históricos en enero"
- "Los refugiados en Belgrado viviendo en barracones abandonados a -14º, con mucho frío y nieve, aseándose con agua caliente calentada en bidones de hierro al aire libre"
etc., etc.
Todo esto con las primeras medidas del sr. Trump (por llamarlo de alguna manera) al que todo el mundo define como "un presidente salido de Gran Hermano": fuera la reforma sanitaria de Obama, oculta a la prensa, empiezan las gestiones para construir el muro en la frontera de México.
Todo esto sumado a actuaciones individuales de famosos y otros elementos que se dedican a insultar y denigrar, incluso en los momentos más tristes para una familia, a personas que se mueren y se identifican con una determinada ideología o modo de ver la vida. Estos días ha muerto una mujer joven, conocida y admirada en muchas facetas, como era Bimba Bosé, sobrina de Miguel Bosé. Comentarios de twiteer denigrándola y festejando su muerte por un cáncer malvado están siendo investigados por la Fiscalía por si constituyen delito de odio o faltas, entre ellos alguno realizado por alguien que se hace llamar periodista.
Las redes sociales se han convertido en muchos casos en el escaparate "low cost" de las pasiones y pensamientos más primarios de las personas. Desde fotos de torturadores de animales hasta el youtuber con coeficiente intelectual bajo mínimos que le proponen dar unas galletas rellenas con pasta de dientes a un sin techo y él, por aceptar el reto, lo hace, lo cuelga en su canal, recibe críticas y luego se disculpa dándose cuenta de que "me pasé". No, bonito, no te pasaste, fuiste muy consciente de lo que hacías y sabías que estaba mal, así que ahora no vale el "perdón" por figurar y preservar los ingresos por las visitas a tu canal.
Es evidente que no todo vale y que, si hay delito, la Justicia tiene que intervenir con contundencia. Pero lo realmente preocupante es lo que dejamos para los que vienen detrás. Creo que ya lo comenté una vez, parece que me hago viejo porque cada año que pasa veo que tenemos a los jóvenes metidos en una burbuja en la que no permitimos que les pase nada. Si dicen "me duele..." automáticamente tienen a 4 ó 5 adultos a su disposición para médicos, urgencias, medicinas...; si dicen "quiero" o "tengo que..." otros 5 están cumpliendo sus deseos y rompiéndose la cabeza por satisfacerlos. Hoy me he encontrado a un niño de 2º de Primaria (7 años) diciéndome que tenía 3 móviles, uno ya roto. Sí, habéis leído bien: 7 AÑOS y 3 MÓVILES, con los que hacía fotos "y las mando a mi familia". Pero si no es el móvil es una "tablet", una consola, un casco de realidad virtual o el no sé qué. Entiendo que estamos en la era digital y que son nativos digitales, pero ¿de verdad que las familias de estos menores son conscientes de lo que están haciendo?
Hace unos meses una buena amiga me decía que a algunas familias habría que prohibirles criar hijos porque son monstruos para mañana. Supongo que exageraba su afirmación pero el contenido de la misma está claro. Los niños campan a sus anchas en territorios de adultos y éstos lo ven NORMAL. Hacer un par de días también, en mi clase, estaba advirtiendo a un alumno de lo que estaba haciendo mal y tenía una sonrisa en la cara, lo cambio de sitio y sigue con la sonrisa... la verdad es que llego a pensar si es una burla o si realmente es "me da igual lo que me digas porque yo voy a seguir haciendo y pensando lo mismo porque mis padres me protegen".
Por todo esto, no puedo estar más de acuerdo con una carta que una profesora andaluza leyó en el claustro de su instituto y se ha hecho viral porque es la pura realidad de lo que nos encontramos en el aula. Y con esto no quiero decir que TODOS sean así ni mucho menos, yo estoy encantado con los de mi clase y con sus familias, pero también reflexiono sobre determinadas conductas que implican a terceros y que ni los tienen en cuenta: son el "primero yo" y si me sale bien, después "los demás", pero SIEMPRE "primero yo". ¿Y luego nos extrañamos de que gane Trump?
La carta de la profesora la podéis leer AQUÍ
Yo espero que mis hijos y algunos de mis alumnos y alumnas lleguen, ante todo, a ser personas con criterio para elegir y decidir su futuro, comprometidos con la sociedad y con las otras personas, y después desarrollen su felicidad con un trabajo que les satisfaga, una pareja / familia que les quiera y un entorno que sea, al menos, más humano que el que estamos a vivir en estos últimos años. No dejaré de empeñarme tanto en mi casa como en el aula para conseguirlo.
Lo mismo está pasando con el mundo de los perros...se les consiente, no se les ponen límites, y luego, pasa lo que pasa....
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