miércoles, 16 de octubre de 2013

FALSA RUTINA, PERO A LA ESPAÑOLA

Cuando vivía en Holanda y empezaba el curso, con viajes en el tren a las aulas para dar clase, las compras cotidianas de víveres, los horarios, etc., comenzaba la rutina como cualquier persona con una vida digamos "estandarizada", acomodado en lo que ahora se ha dado por llamar "zona de confort", aún a pesar de no estar con mi gente ni en mi país.

Después de toda esta tormenta emocional que he vivido en los últimos seis meses y que continúa en muchos sentidos, aunque con momentos de cierta lucidez y tranquilidad, y una vez ya instalado en mi nueva vida impuesta en Coruña, la rutina también llega a mi devenir diario, pero a la española: nuestros horarios, nuestras comidas, nuestra gente y nuestro modo de ser, que nos hace tan únicos en cualquier lugar del mundo al que vayamos. No deja de ser una falsa rutina como he puesto en el título, ya que para mí no es mi zona de confort ni algo deseado, aunque lo mejor que ha traído ha sido poder dar clase al lado de casa y a un grupo muy heterogéneo de alumnos, que me aportan muchas alegrías y dan sentido a lo que elegí hacer hace 22 años.

No voy a negar que mi zona de confort todavía no existe y creo que tardará porque siempre hay algo que la quiere trastocar. Hay momentos en los que realmente pienso que nunca más voy a ser feliz como lo era antes, pero siempre se encuentra alguna lucecita que alumbre y dé ese chispazo que necesitamos los seres humanos para sobrevivir a las puñaladas de la vida. Si literalmente fuesen de verdad estaría agujereado por todas partes y realmente en "cuidados intensivos", con pocas posibilidades de salvación, pero siempre hay unas vendas y unas transfusiones que realizan los amigos y la gente que de verdad importa en la vida de cada uno y que tiran de ti. Es verdad que nadie avanza si no tiene la voluntad de avanzar ni algo por lo que continuar en la vida, en mi caso hubo momentos de sentirme completamente inservible e inútil en este mundo, con ganas de desaparecer físicamente del mismo, pero siempre hubo alguien ahí dándome alguna palabra de ánimo u ofreciéndome un rato de conversación, un hombro en el que llorar y así las puñaladas iban cicatrizando. Aún hay bastantes restos y seguro que habrá más, pero digamos que también hay algo de "vacuna" puesta y un horizonte más limpio y las ideas más organizadas. Pero sí, la idea de que no volveré a ser feliz como antes aún la tengo y sé que lo ocurrido me marcará para el resto de mis días.

Pero bueno, mis 28 alumnos hace que vaya a trabajar con ganas, que me lo pase muy bien con ellos a pesar del ruido que se genera en el aula por querer hablar todos y opinar. Les cuento mucho mis andanzas por Holanda y me asombra que les fascina. A veces, suelto alguna frase en holandés que muchos escriben en una agenda; los padres me han contado que los niños llegan a casa contando lo que yo les enseño y alguno me ha confesado que están pensando en ir a visitar el país!! Al final me tendría que pagar el Ministerio de Turismo holandés por la promoción que les hago.

El caso es que noto que en un mes de clase estoy de nuevo a gusto con lo que hago. Lo cual no significa que tener 28 alumnos en Primaria es una locura, teniendo en cuenta que en España la educación es inclusiva y tenemos alumnos con necesidades educativas específicas, yo de los 28 podría decir que hay que atender con cierta singularidad al menos a 5 de ellos. Además, el espacio es pequeño y realmente no se cabe en el aula.

Pero sigo pensando que la educación es aquí mejor que en Holanda precisamente por todo esto. Mi aula está con la misma tecnología que tenía en las aulas de los colegios holandeses: pizarra digital (curiosamente la de mi clase usa el mismo software que la que tenía en Wormerveer), acceso wifi a Internet desde mi ordenador, un niño con discapacidad severa también tiene su propio portátil, el centro dispone de 2 aulas de informática grupales... Aunque lo mejor seguimos siendo, por supuesto, NOSOTROS, los gallegos, los españoles. Ese contacto humano con los niños en Holanda no lo había. Poder acariciarles el pelo sin que se asusten, dar un beso porque uno está de cumpleaños y trae bombones, un abrazo, un gesto, una frase de apoyo. Lo más bonito es que noto que ellos se sienten protegidos por "el profe" y que son nobles. Tienen 9 años, son niños, con sus juegos, sus peleas y sus picardías, pero por supuesto "a la española". Y eso no se paga con nada ni sale en "Españoles por el Mundo".

No me arrepiento por haberme ido a otro país y aprender, pero tampoco me arrepiento por regresar y poder comparar con perspectiva (Paquito, ¡cuánto le debo a esta palabra!). Y no, no animo a NADIE a marcharse, sino que animo a que lo que hagamos lo podamos hacer aquí, que nuestras ideas y nuestro "feeling" se queden con nosotros, aunque eso sí, que podamos exportarlo para que Europa se dé cuenta de lo que realmente vale en la vida. Besos a todos.


4 comentarios:

  1. Querido Primo, otro buen título para esta publicación podría ser "Bendita rutina", ya que sin duda esa rutina nos ayuda a sobrellevar los golpes que nos ha dado la vida, y sin ella seguramente sería mucho más complicado pasar nuestros días, sin duda todo ayuda, y esa "zona de confort" como la llaman ahora ya aparecerá si no es de la misma manera que antes será de otra pero no dudes que lo hará y piensa que todos tenemos el derecho de recuperar poco a poco nuestras vidas, distintas si, pero nuestras, no puedo ni voy a engañarte diciendo que el camino es corto y de color de rosas porque no es así, ya sabes que yo también llevo un camino casi paralelo aunque con un poco de ventaja y puedo decir que es largo y tortuoso pero siempre hay luz al final del túnel, y cada vez se irá acercando un poco más......
    Un fuerte abrazo y ya sabes.......aquí me tienes!!!

    P.D: espero verte pronto......a ver si lo conseguimos.

    ResponderEliminar
  2. Te acabo de postear una respuesta súper chula y el blog no me la ha publicado (¡Cachis! :-)).

    En cualquier caso: espero que tus alumnos sepan apreciar la suerte de tener un profe como tu, capaz de darles perspectiva sobre el mundo y enseñarles que forman parte de un todo mucho más grande que su barrio, su ciudad, su provincia o su país :-))

    Un abrazo,

    Paquito.

    ResponderEliminar
  3. Bueno eu sempre pensei que a rutina é o mellor da vida, o que dá seguridade, tranquilidade e paz interior, agora ben de cando en vez hai que rachala e facer algo diferente: ir de cea, de cañas, de cafés...jajaja eso sí en horario europeo que eu esto de estar a estas horas desperta lévoo moi mal.
    Coidate e non busques a felicidade, a felicidade atoparate a ti cando menos o esperes e nin sequera te darás conta de que estades ao lado, esa é unha cousa que só valoramos cando a perdemos o temos medo a perdela.
    Bicos
    Paz.

    ResponderEliminar