sábado, 5 de enero de 2013

POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES

Bueno, primera entrada de 2013. A punto de llegar los Reyes Magos y en poco más de 24 horas de regreso en Holanda, es lo que toca. Como todos los días, una de las primeras cosas que hago después de desayunar es actualizarme informativamente con las últimas (o primeras) noticias del día. Para ello siempre acudo a la web de "La Voz de Galicia", que aunque no es una publicación demasiado imparcial, es el periódico de A Coruña y 3º de España en tirada. Además, el periódico entraba en mi casa cuando era pequeño todos los días y yo lo leía, aunque sólo fueran las páginas de la cartelera, pero el hábito de hojearlo (con "h") lo adquirí.

Hoy aparece una noticia que, de nuevo, nos lleva a la crisis. Pero esta vez a confirmar aquello de que "vivíamos por encima de nuestras posibilidades". No quiero decir que con el contenido de la noticia todos los que ahora están en situación precaria lo hayan hecho ni mucho menos, pero podríamos decir que es el ejemplo de cómo la gente se "disparó" en sus gastos en época de bonanza y ahora no saben renunciar a ciertos lujos. Sin embargo, yo quiero abrir un debate moral sobre el tema porque una cosa es la caridad anónima y otra muy diferente la caridad controlada y la que llamamos para "lavar la conciencia", muy habitual en la sociedad española. 

La noticia es la siguiente: Una familia pobre gasta un donativo en percebes e ibéricos

Como leéis, ocurrió en Sada, una villa marinera a 18 km de Coruña. Quiero resaltar que esto sólo lo hizo una familia de las 62 que recibieron la ayuda social, pero también quiero hacer notar la inquina del periodista que redacta la noticia, ya reflejada en el titular: la palabra "pobre" creo que sobra y, en todo caso, utilizar otro adjetivo.

A lo que voy es a dos cosas. Desde luego que la familia no ha tenido reparos en gastar esa ayuda en lo que mucha gente ha comido en las fiestas de Navidad cuando, a lo mejor (no lo sabemos), tiene deudas pendientes más importantes. En todo caso, es su elección una vez ha recibido el dinero. ¿O es que el donativo viene con unas "condiciones de uso" en el que se obliga a gastarlo en facturas pendientes de luz, agua, gas, etc.; alimentos básicos como leche, arroz, patatas... o ropa? ¿Qué pasaría si se hubiesen ido a una tienda de ropa de marca y se hubiesen comprado prendas de alto valor? Un buen par de zapatos de hombre tranquilamente pueden tranquilamente pasar de 120 euros, un abrigo para el frío, 150-200, etc. La redacción de la noticia está encaminada a juzgar como incorrecta esa actitud de la familia, es decir, ha sido el periodista el que se ha convertido en juez de una conducta que podemos calificar de reprobable.

El caso es que la gente, de entrada, no aprueba esa conducta pero ¿somos nosotros los que tenemos que decidir en qué se gasta el donativo una familia con dificultades económicas? ¿O es que las listas de los servicios sociales de los ayuntamientos están llenas de gente a las que realmente no les hace falta esa ayuda? Si es así, revisen. Porque no es la primera vez que en nuestras conversaciones cotidianas sobre la crisis hemos dicho que la gente gastaba "por encima de sus posibilidades" y eso está comprobado. Cuando entrabas en época de bonanza en una vivienda de una familia con un sueldo mileurista, no te encajaba ver ropa de marca en sus hijos, una televisión en cada habitación o móviles de última generación para cada miembro de la misma, aparte de un coche tuneado para el jovencito de turno. Llegó la crisis, llegaron los recortes, la gente en el paro y ese ritmo de vida hubo que frenarlo, o más bien, llevarlo a la UCI después del batacazo que se dieron al quedarse con un sueldo más precario o directamente en el paro. Tal vez sea el caso de esta familia, no lo sé, pero desde luego ya tenemos debate moral abierto. ¿Qué se debe comprar o pagar con un donativo social? ¿Vale pagar la factura del móvil o la de Internet? ¿La gasolina del coche? ¿Los regalos de Reyes? o, ¿por qué no? ¿Los percebes y los ibéricos de la cena de Nochebuena...? Ahí queda.


3 comentarios:

  1. Es que me tientas malandrín, porque sabes que te entro al trapo...

    No conocemos las circunstancias precisas de la noticia que mencionas: coincido contigo en que la redacción del titular lleva a una conclusión determinada ("periodismo español" es un oxímorón) ...

    Sigo sosteniendo que el principal problema que poseemos en nuestra sociedad es la falta de responsabilidad personal: siempre es culpa de los demás, de los bancos, de los políticos, de Alemania...

    Y puede que sea cierto, pero deberíamos mirarnos un poquito en el espejo cuando busquemos culpables de lo que nos sucede, no vaya a ser que el primero al que tengamos que señalar sea al idiota que se refleja delante de nosotros...

    Mi esperanza con esta crisis era que el personal aprendería una lección... No es así: no estamos todavía fuera y veo que sólo se está esperando "que esto pase" para volver a las andadas...

    En fin: cuando llegues, no te olvides de sonreír y empezar con buen ánimo :-))

    Un abrazo,

    Paquito.

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  2. Feliz año!! Y buen regreso a Holanda

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  3. Hombre leyendo la noticia veo que esa ayuda la dieron voluntariamente otros funcionarios de su paga. Así que si lo quieres gastar en percebes pues si, es tu opción, pero al menos ten un poco de picaresca y disimula porque los que te regalaron el dinero se van a molestar recibiendo esos tickets y puede que dejen de tener la iniciativa en años futuros. Con lo cual tus percebes en este caso sí estarían perjudicando a muchas otras familias. Por lo demás aquí estamos, de vuelta en Holanda y con una gripe de cojones, ten cuidado no la pilles porque tienen epidemia y viene fuertísima. Saludos.

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