A veces me pregunto cómo es posible que en un país que se supone avanzado como España ocurran cosas más propias del Tercer Mundo o de una película al estilo de "Los Santos Inocentes". No sería un mal título para comentar la noticia que a más de uno y a más de una nos ha revuelto, a pesar de que los medios no han querido esta vez buscar carroña, imagino porque no vende.
Situémonos en una pequeña población de la provincia de Huelva llamada La Zarza- Perrunal, en una comarca un tanto olvidada llamada el Andévalo. Lo que solemos llamar "España profunda". Hasta allí llegan, hace poco más de un mes, una pareja con 4 niños, tres de un matrimonio anterior de ella. Por lo que cuentan las noticias, su situación personal es lamentable: la mujer y el hombre con problemas de toxicomanía y alcoholismo, sin recursos económicos y los niños en una situación que se podría considerar poco digna para cualquier menor. Ella es originaria de allí y vuelve a una antigua casa familiar, medio en ruinas, sin luz ni agua, en la que tienen que entrar forzando la entrada y una ventana. Los vecinos la reconocen y los ayudan en primera instancia, pero no tienen donde quedarse ni cobijar a los niños. Recurren a los servicios sociales del Ayuntamiento que les concede otra vivienda con un alquiler bajo en donde se instalan hace unos días.
Los niños acuden al colegio, uno de ellos parece que además tiene una disfuncionalidad. Y la tragedia aparece en los medios el pasado sábado. Uno de los hijos entra en la habitación de su madre y su pareja, la toca a ella y dice que está dormida y muy fría, por lo que sale a avisar al casero. Al entrar se encuentran la macabra escena de la pareja muerta y la crudeza de saber que los niños llevaban 4 días conviviendo con ellos muertos y haciéndose cargo unos de otros, lavándose, haciendo la comida, poniéndose la ropa y yendo al colegio. Parece ser que tenían orden de su madre de no entrar bajo ningún concepto en la habitación y que como ya otras veces había pasado, los niños declaran que se pasaban encerrados ella y su pareja horas "jugando a la Play". Al hacer la autopsia a los cadáveres el resultado es suicidio por sobredosis.
El enlace a las noticias de este caso los podéis leer aquí
Ni por un momento me he podido imaginar lo que habrán vivido esos niños en su vida. Por lo que dicen la prensa, había una situación de desamparo y dejadez por parte de su madre y su actual pareja, de hecho no era la primera vez que los niños se ocupaban de sí mismos porque los adultos o no estaban o estaban en unas condiciones lamentables. El padre biológico de tres de los niños había pedido ya hace tiempo la custodia de los menores, pero por lo que se ve NADIE hizo caso de esta petición y los niños vivían como vivían. Y mi reflexión es: ¿cómo es posible que en pleno s. XXI, en un país occidental, todavía haya niños que tengan una infancia como esta? Y lo que me parece más grave: ¿ninguna institución, ayuntamiento, servicios sociales de la Junta de Andalucía hizo un seguimiento de la situación de los niños? Según se sabe, venían de la capital de la provincia y ya arrastraban la situación desde hacía tiempo.
La cuestión de fondo es que las prioridades en nuestro país no están claras. Por supuesto, en primer lugar, el BIENESTAR DE LOS NIÑOS. Dado que por medio había un caso de separación de pareja, la CUSTODIA COMPARTIDA que yo tanto reclamo a nivel nacional como punto de partida en los casos de separación y divorcio arreglarían y sacarían a la luz muchas de estas historias. En cualquier caso, es totalmente alucinante que una madre con toxicomanías y alcoholismo tenga la custodia exclusiva de sus hijos (tirón de orejas al juez o a la jueza de turno). Por otra parte, es realmente inaudito que no haya protocolos rápidos de actuación entre las instituciones escolares y los servicios sociales cuando se detectan casos como este. No es la primera vez que en colegios en los que he dado clase mis compañeros y yo hemos detectado casos similares. Recuerdo hace tres cursos tener a un niño procedente de Rumanía matriculado en mi clase y no apareció al inicio de curso. Como no estaban tampoco en el domicilio de empadronamiento, ni las fuerzas de seguridad ni los servicios sociales pudieron localizar a su familia. Pues bien, apareció después de tres meses un día de diciembre y yo no daba crédito. Me cansé de llamar a dos asistentes sociales y la respuesta final fue que como su familia era de temporeros, no podía haber un control de sus movimientos dentro del país, ya que hoy estaban recogiendo ajos en Cuenca y mañana uvas en Extremadura. Es decir, un niño de 10 años sin escolarizar tres meses, con un idioma que no es el suyo y acompañando a sus padres al campo para ganar 4 duros. ¡Un desastre de Administración!
Y mientras los balones se echan fuera de los tejados: NADIE es culpable de nada, pero 4 menores han estado viviendo en una situación de claro riesgo. Ahora el padre se ha hecho cargo de los cuatro y aún la Junta de Andalucía tiene que decidir si quedan a su cargo o en un centro de acogida... ¿desvaríamos o qué? ¿Entonces cuando su madre se metía de todo no tenían que valorar la acogida o es que primaba más favorecer a la mujer que a los niños?
En resumidas cuentas, una tragedia. Me gustaría saber qué pasará en el futuro con estos niños. Sobre todo si vivirán con afecto, con cariño, con comprensión, si llegarán a olvidar estos días y si saldrán adelante. Estoy convencido que sí porque la necesidad les ha hecho aprender cosas que a otros niños de su edad que tienen todo les hubiese pasado. Suerte para ellos y para los que ostentan puestos de decisión en estos asuntos, una llamada de atención para que no vuelva a haber ni un caso más en el que los menores sean perjudicados por las malas decisiones de sus padres (madre en este caso y q.e.p.d.)