miércoles, 12 de julio de 2017

INVISIBLES

Metidos ya de lleno en el verano, cuando la rutina parece que acaba y tomamos otro ritmo de vida, es precisamente la vida la que nos pone los pies en la tierra y que nos dice que estamos expuestos a cualquier noticia, desgracia o situación para la que no existen vacaciones. Los primeros días de este verano un tanto atípico porque el calor no llega y a día de hoy aún no he pisado la playa, están siendo un poco tristes e incluso macabros en el entorno de A Coruña.

Hoy tuvimos noticia de un accidente de tráfico que se ha llevado por delante la vida de un joven de 16 años y 4 más menores de 20 heridos de gravedad, conocidos en Coruña y que dejan a las familias destrozadas. Mi hijo tiene 16 años y pronto empezará con las salidas nocturnas y probablemente a meterse en el coche de un amigo que puede que en esa inconsciente adolescencia no sepa reaccionar ante una circunstancia de tráfico y ocurra lo peor. La verdad es que no podemos pensar en ello, sí aconsejar y orientar, pero a veces la fatalidad está ahí y te golpea donde más te duele. Un abrazo a las familias que hoy han tenido uno de esos golpes que marcan.

Pero no solo es eso. Hace pocos días ocurrió un suceso que está generando cierto debate en los medios de comunicación y en las redes. Yo había comentado uno completamente igual que sucedió en Rotterdam en 2013


Pero es que no hace falta irse a una gran ciudad porque lo hemos vivido en la nuestra la pasada semana. Una mujer aparece momificada en su apartamento después de 7 años.

Culleredo es un municipio pegado a A Coruña y que muchos de sus núcleos son una prolongación de la ciudad, convirtiéndose en lo que se suele llamar "ciudad dormitorio". De hecho desde mi casa, por ejemplo, llego antes a puntos de Culleredo que al centro de la ciudad o a la Torre de Hércules. El apartamento donde apareció esta mujer está además justo en la frontera, a pocos metros de un conocido hipermercado al que va mucha gente de A Coruña. Sin embargo, no se trata de una "ciudad dormitorio" deshumanizada porque el municipio tiene una parte rural que se acerca a los núcleos de población pegados a la ría para hacer gestiones, compras, etc. Bien es verdad que el edificio donde vivía esta mujer es el típico que puede haber en cualquier barrio de la ciudad, un bloque de una antigüedad de unos 25 años, pegado a una carretera muy transitada y, vaya, conocido por todos.

El caso es que tal y como lo cuenta la noticia, solo hubo preocupación por la desaparición de Rosario (que así se llamaba) cuando dejó de haber dinero en su cuenta bancaria, ya que los pagos del alquiler como de los servicios generales los tenía domiciliados. Pero para más inri su coche estaba aparcado en el garaje acumulando polvo y en estos años NADIE se preocupó por el paradero de esta mujer.

Las declaraciones de los vecinos a mí personalmente me parecen bochornosas. Llegaron incluso a acercarse a la puerta del domicilio un tiempo después de que desapareciese a ver si "había olor" por si había muerto y no olían nada. Y argumentaron que "como era un tanto seca" en el trato, pues no hubo más interés por saber de su paradero. La cuestión es que Rosario cuidaba de su madre que falleció y después ella parece ser que tuvo una importante depresión. Según los cálculos, a los tres meses de morir su madre, falleció en el domicilio de muerte natural. Y de ahí se llegó a la macabra noticia de estos días... 7 años después.

Al margen de lo sorprendente de la noticia, a mí lo que me ha hervido la sangre para escribir el post es reflexionar en qué nos estamos convirtiendo como sociedad, individualista y deshumanizada. Mucha gente alega que ni de lejos quisieran vivir en un bloque de vecinos donde todo el mundo te observa o está pendiente de ti. Sin embargo, en una sociedad de fuerte influencia rural como es la gallega y a pesar de existir estas "ciudades dormitorios", aquí seguimos siendo de patio de vecinos y viendo estos casos, bienvenidos sean. La última de las crónicas con este caso es que no apareció NADIE que reclamase conocer a Rosario, ni familia, ni amigos, ni compañeros de trabajo. Repito, NADIE. Pero es que esa soledad se llevó a tal extremo que fue incinerada en el cementerio de A Coruña y sus cenizas esparcidas en el propio césped del mismo... ¿De verdad ni una simple flor en algún lugar donde quedasen depositadas esas cenizas? Con todo esto quiero decir que podría efectivamente haber desaparecido que NADIE se hubiese dado cuenta.

¿Cómo es posible? Hay infinidad de organismos que nos tienen "fichados". ¿Qué pasó con la Agencia Tributaria? ¿Compañías de servicios? ¿Xunta de Galicia, Ayuntamiento, ITV, renovación del DNI...?
Y la gran duda: ¿cuántas personas MUERTAS pueden estar en sus domicilios en España sin que NADIE sea consciente de ello? ¿Es que nuestra existencia solo depende de una cuenta corriente?

Y ahora viene la segunda parte. Realmente desaparecemos físicamente del mundo, pero no económica ni nominalmente. Es decir, 7 años sin que NADIE se preocupe por nosotros y después de desaparecer hay que "liquidar" los bienes de la persona fallecida que imagino pasarán a pertenecer al Estado. Se comentó en las noticias que Rosario estaba divorciada. ¿Ni su ex-pareja en un momento así, al margen de que hubiese rencores o un divorcio traumático podría decir "yo me hago cargo"? Sinceramente me parece vergonzoso que tanto los vecinos como las instituciones no puedan hacer algo más. Sobre todo cuando uno de los vecinos denunció su desaparición cuando ya no se pagaba el alquiler y en 24 horas la Guardia Civil pudo entrar al piso y encontrarse lo que se encontró: una momia.

Si publican algo más de este caso, lo seguiré porque esta historia espero que no quede en el olvido como "la mujer que se momificó", sino que Rosario tenga una historia. Y es terrible que haya gente que tenga más interés por sus mascotas que por la vecina que no ven desde hace tiempo, ayer veía a un "mini-perro" vestido con un trajecito de diseño y no pude más que acordarme de Rosario porque mi hija me dijo "¡qué mono!". Yo le contesté que no, que primero debemos ocuparnos e interesarnos por los que tenemos a nuestro lado para que no se vuelvan invisibles y estar alerta para que no haya más "Rosarios". Descanse En Paz.






1 comentario:

  1. Me toca ser el malo de la película... Y me repatea, pero alguien tiene que ser el Pepito Grillo del grupo.

    Coincido contigo en que las sociedades están mutando, pero ciertas cosas han pasado siempre, sólo que ahora tenemos más acceso a ellas y, por tanto, son más visibles.

    Es muy interesante escuchar tus reflexiones, pero ésto es como lo de la integración, el tratamiento de drogadictos y demás: "hay que hacerlo, pero no cerca de mi casa"...

    En Madrid, según me contaron mis vecinos, durante años, tuvimos a una vecina, una señora mayor... Una mujer, tosca, iracunda, a la que empezaron a apodar, con cariño, "la loquita"...

    Hay un punto en el que no quieres saber de esa gente, porque si intentas acercarte, te puede salir mal... Un día mueren y, lo primero que notas es el silencio: quizás, un tiempo más tarde, a alguien le dé por preguntar.

    A su vez, está el tema de la amabilidad y la co-dependencia: todo el mundo quiere amabilidad, buen rollito, comunidad, abrazar árboles... "La madre tierra", "Gaia"... Pero no queremos renunciar a nuestro confort: queremos que las cosas funciones a partir de nuestros criterios, los cuales variarán según nuestros intereses particulares, es decir, que un día ayudas a alguien, pero a la tercera vez que te pidan ayuda o se entienda que hay vía libre para seguirte pidiendo cosas, cortas el grifo (y el personal debe ser amable, pero ninguno de nosotros somos santos).

    Si no eres amable con tus vecinos, normal que te rehuyan: luego te encontrarán muerto y vendrán los lloros... Si uno es amable con los vecinos, con los compañeros de trabajo, entonces dejas de ser un bulto y existes.

    Repito que entiendo tu posición y tu reflexión, pero tenemos que entender que, en realidad, en este tipo de situaciones, el personal hace mucho "Wishful Thinking", que se traduce en "Se debería hacer algo, pero que no sea yo, que mi vida es muy ajetreada o yo tengo ya suficientes problemas".

    Uno de echa de menos a alguien que falta cuando existe contacto regular y amable: uno no echa de menos a un vecino o a una vecina que no te cruce palabra o, en el peor de los casos, donde las interacciones sean tensas.

    Y eso es lo que ha cambiado: con las vidas cada vez más ajetreadas (el ritmo de vida entre generaciones se ve muy bien en el concepto de tiempo y en la velocidad de lectura), hay menos tiempo para según qué cosas.

    Sigue escribiendo, que se echa de menos leerte :-))

    Un abrazo,

    Paquito.

    ResponderEliminar