martes, 25 de abril de 2017

REDESCUBRIENDO FERROL

De vez en cuando este blog toma un rumbo turístico. Durante mi estancia en Holanda aquí hablé de Berlín, de Luxemburgo, de Cracovia y de muchas ciudades holandesas. Y hoy voy a hablar de una ciudad a la que azares de la vida me ha devuelto a visitarla: Ferrol

Para empezar, decir que siempre llevó un "apellido" en el topónimo que la estigmatizó por estar muy vinculado a la dictadura española. Que el lugar de nacimiento de una persona marque por su trayectoria vital toda la idiosincracia de esa ciudad es completamente injusto. Ferrol ha sido por ello la ciudad olvidada de Galicia. Porque sí, es una ciudad, más de 68.000 habitantes según el censo de 2016 pero que, con su área de influencia, llega a más de 150.000.

Tuve una relación con Ferrol de 3 años cuando hice mi segunda carrera universitaria, la Licenciatura en Humanidades, de 1997 a 2000. por aquel entonces, la Universidade de A Coruña empezaba a descentralizar sus titulaciones y algunas se impartían en Ferrol, acondicionando antiguos edificios militares y creando un pequeño campus centrado básicamente en el barrio de Esteiro, que sirvió también para revitalizarlo ya que Ferrol pasaba por un momento de crisis económica inmensa debido a la reconversión industrial.

Porque Ferrol siempre ha tenido dos mundos bastante contrapuestos. Por un lado, el militar, ya que es una de las tres sedes de la Armada Española debido a la privilegiada situación de su puerto; y por el otro la industria naval, con astilleros asentados aquí desde el s. XVIII, instalaciones que fueron las que dieron riqueza y auge a la antigua villa marinera. El mundo castrense frente al mundo obrero, lo que también marcó el día a día en la ciudad, obligados a convivir y con ideas sobre el mundo y la vida bastante enfrentadas.

La fisonomía urbanística de Ferrol refleja perfectamente esta dualidad. El centro de la ciudad es uno de los primeros barrios diseñado racionalmente ya que sus calles son paralelas y perpendiculares. En este barrio de A Magdalena se asentaron las familias de importante potencial económico y los militares. Así es que hoy guarda un patrimonio arquitectónico único, con muchos edificios modernistas que constituyen una de las rutas más exquisitas que hay en la ciudad, de hecho aspira a ser declarado algún día Patrimonio de la Humanidad. Y cercano a esta barrio está una de las joyas de Ferrol: el Arsenal Militar, que hace pocos días tuve el privilegio de conocer por medio de una visita guiada con un grupo de turistas. Entrar en el Arsenal solo se puede hacer con el consentimiento de la Armada por motivos de seguridad, pero solicitándolo a través de una visita guiada es sencillo, aparte de aportar información histórica relevante.

Pero en estas recientes vacaciones de Semana Santa, Ferrol acapara muchas visitas de Galicia debido precisamente a las procesiones vinculadas a esta celebración religiosa. La Semana Santa de Ferrol está declarada de Interés Turístico Internacional y, si bien ya tenía conocimiento de la importancia de la misma, nunca había acudido, aun a pesar de estar a menos de 50 km de A Coruña, así que este año me informé y allá fui. El Viernes Santo es uno de los días grandes de la semana y la verdad es que los 4 pasos que pude ver y su procesión por las calles del centro hasta su "encuentro" en la Plaza de Amboage es muy emotivo. En Ferrol la Semana Santa se vive mucho y no tiene nada que envidiar a las procesiones de Andalucía, Valladolid o Murcia. Muy recomendable.

Por si fuera poco descubrí también un lugar que merece ser visto y si podéis disfrutar del mismo con una visita guiada teatralizada, ambientada en el s. XVIII, pues mejor. Se trata de una de las fortalezas que protegían la entrada de la ría de ataques enemigos, el castillo de San Felipe, situado en un punto privilegiado y que, a pesar de tener zonas un poco descuidadas por parte de sus responsables (el Concello de Ferrol), la visita y el entorno mereció la pena incuestionablemente. ¡Con cargas de fusilería y todo!, que te hacen meterte de lleno en la historia militar no solo de Ferrol sino de España.

Además de las visitas mencionadas, se pueden visitar también las instalaciones industriales de los astilleros, tanto en Ferrol como en el vecino Fene, lugar emblemático del movimiento obrero en Galicia. Seguramente consiga visitar estos lugares próximamente porque, aparte de merecerlo, también es bueno conocer y difundir el patrimonio que tienes cerca de casa y que muchas veces ignoras o desconoces.

Es curioso que durante mis tres años de estudiante aquí, pocas veces disfruté de la ciudad ya que la facultad no estaba en el centro y no residía en la ciudad, sino que los primeros años solo iba a los exámenes y el último me desplazaba todos los días desde A Coruña. Hay mucho empeño por revitalizarla ya que la crisis industrial de los 80 hizo que mucha gente marchase de la ciudad y el paulatino desmantelamiento de instalaciones de Defensa después de la profesionalización del Ejército Español también supuso un decrecimiento de la población. Ves negocios cerrados, locales vacíos, casas sin mantenimiento y, queramos o no, es necesaria una inversión enorme para que una ciudad o comarca vuelva a tener auge. Tal vez el turismo pueda ser ese revulsivo para la ciudad porque su entorno natural es espectacular y la calidad de los servicios empieza a destacar. Estando en el castillo vi salir un crucero que hizo escala en Ferrol y su salida por la estrecha bocana de la ría es una imagen espectacular, acompañada de las salvas que disparaban los actores disfrazados de soldados desde la batería.

En fin, que recomiendo visitar Ferrol y su comarca, que lo tenemos aquí al lado y que hoy se llega enseguida por carretera y autopista. Por decir algo a mejorar, es imprescindible una renovación de los accesos por ferrocarril ya que una distancia tan corta desde A Coruña no se puede hacer en una hora y media en tren. Además, desde Ferrol parte una de las antiguas líneas de vía estrecha que comunica todo el norte de España llegando a Donosti, pero eso sí, con una calma digna del s. XIX porque hay tramos en los que los trenes van a 30 km/h.

¡No lo dudéis! Apuntad FERROL en vuestros destinos potenciales para unas minivacaciones porque seguro que no os defraudará y si no... ¡me llamáis a mí que os lo enseño!



1 comentario:

  1. Apuntado: nunca empieza uno la jornada sin aprender algo nuevo :-))

    Ferrol, nada más y nada menos...

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