jueves, 4 de enero de 2018

DIANA QUER... OTRA VÍCTIMA MÁS

Ni por asomo podría imaginar que el año terminaría en Galicia como terminó. Ha sido un hecho que nos ha conmocionado a todos. Toda España e imagino que en muchos otros países se conocía la desaparición de Diana Quer hace ahora 500 días, en agosto de 2016. Y el día 31 de diciembre se ha encontrado su cadáver después de dar con el asesino y conseguir que confesara. Triste, sórdido, cruel, doloso... no hay adjetivos, pero sobre todo por cómo se desarrollaron los hechos desde el día de la desaparición y las incógnitas que se plantean con otros casos similares a nivel criminalístico. 

A nivel personal ha sido un hecho que me ha consternado especialmente porque la comarca de O Barbanza, donde se desarrollaron los hechos, estuvo muy vinculada a mi vida en los años que residí en Padrón. Conozco todos los lugares que se citan en los informativos, desde la ubicación de la casa de la familia de Diana en la playa de Cabío en A Pobra do Caramiñal, hasta la propia nave abandonada donde apareció el cadáver en Asados, que pertenecía a una empresa de muebles y creo recordar que alguna vez visité ese negocio precisamente para eso, para comprar muebles, hará unos 15 años más o menos. El puente sobre la autovía en Taragoña, el propio paseo de A Pobra, la localidad de Boiro donde el asesino intentó otro rapto... e incluso la localidad de origen de su mujer, Catoira, donde di clase 5 años. Desde Padrón se llega por la autovía a todas esas localidades en unos 15 minutos o media hora como mucho y a muchas playas de Rianxo, Ribeira, Boiro y A Pobra solíamos ir en verano porque es una zona turística importante de Galicia.

El crimen de Diana Quer será recordado por años y pasará a los anales de la criminalística por el modus operandi del asesino y por la investigación. No voy a entrar en los detalles porque en cualquier medio de comunicación impresa o digital así como en cualquier informativo hay información exhaustiva del mismo, incluso a veces con detalles de los que podríamos prescindir. La cuestión es que una muchacha de 18 años es raptada por un psicópata, se presupone un intento de agresión sexual y al no conseguirlo la estrangula y tira el cadáver con ladrillos atados a su cuerpo a un pozo de 8 metros de profundidad en una nave abandonada situada a 150 metros de la casa de sus padres. Y sigue con su vida plenamente normal durante 500 días, sin inmutarse al pasar por delante de la nave y hablando incluso con desprecio de aquel que pudiera haber hecho algo malo con Diana. Sin palabras.

La Guardia Civil puso todo su empeño desde el primer momento en dar una solución al caso y este hombre, apodado "El Chicle", fue sospechoso por su pasado de delitos de narcotráfico e incluso una agresión sexual a su cuñada que fue retirada por presión de su mujer. Dicen en los periódicos que los especialistas llegaron a analizar 2 millones de datos pertenecientes a señales de telefonía móvil, cámaras de seguridad que filmaban a los coches por la autovía, después de encontrar a los dos meses de la desaparición el móvil de Diana en las aguas de la ría bajo el puente que la cruza. El juez de Ribeira llegó a cerrar el caso en abril de 2017 al no haber pruebas contundentes que implicasen a un culpable, pero la Guardia Civil continuó su labor porque seguían teniendo a este individuo como sospechoso. Solo el error que cometió en el intento de otro rapto en Boiro el día de Navidad precipitó los hechos y los últimos días del año y primeros de este estamos asistiendo a un auténtico drama y pormenores del caso, especialmente de la investigación y el procedimiento de los agentes especializados.

El tema de fondo es que Diana ha sido OTRA VÍCTIMA MÁS de violencia machista y así será calificado a pesar de que hubo voces que decían que no al no ser familiar del detenido. A Diana la mató por no admitir un NO a sus proposiciones un depredador sexual, padre de una niña por la que amenazaba a cualquiera en su facebook si le hacían daño. Diana era una chica de 18 años que estaba en las fiestas de A Pobra divirtiéndose con sus amigos y a las 2 de la madrugada decidió volver sola andando hasta su casa en Cabío, cuando es asaltada por este personaje, forcejea, logra meterla en el maletero de un coche, tira su móvil a la ría, la lleva a Asados y como se resiste, la estrangula. En esa misma noche acabó con su vida y han pasado 500 días hasta que se ha podido encontrarla. Y el caso es que su propia mujer lo encubría con una coartada diciendo que la noche del rapto estuvo con ella. La justicia determinará también qué responsabilidad tuvo en todo el proceso, aunque su declaración estos días hizo que "El Chicle" confesara.

En las localidades implicadas en esta tragedia, especialmente A Pobra y Rianxo los vecinos están totalmente conmocionados. Ha habido concentraciones y luto oficial en los ayuntamientos y en las imágenes de televisión se ha visto a la gente llorar por Diana y por todo el desarrollo trágico de los hechos. Esto me emocionaba a mí también sentado en el sofá de casa y ayer también acudí a una concentración de repulsa por el hecho y en recuerdo de las víctimas de violencia machista que se celebró en A Coruña. Pero ayer, 3 de enero, los medios de comunicación empezaron a conseguir testimonios de la familia del asesino. Evidentemente ellos también son víctimas marcadas en vida, y en un entorno rural y con las características de Galicia, esta circunstancia acaba siendo una condena en vida para ellos. El padre defiende la inocencia de su hijo diciendo que "é incapaz de matar unha galiña ou un rato" mientras que su madre rotundamente dice "que se pudra en la cárcel, parí un hijo pero es un monstruo". Oirles decir a ella y a su hermana que su hijo y sobrino ya no existe en la familia y que "cambiarían a súa vida pola de Diana ou que o maten xa mañana mismo" sin lugar a dudas es también muy desgarrador.


Esa aceptación sumisa de la condena, de la desgracia que cayó sobre esta familia al estar conviviendo con un asesino, es comprensible para quien entiende la idiosincracia del sentir gallego. Supongo que incluso los antropólogos verán aquí materia de estudio porque recuerdan a esas costumbres tribales de humillación y condena por generaciones: "temos que baixar a orella porque non podemos dicir nada". No sé qué ocurrirá en los próximos años con esta familia, pero por culpa de este asesino van a verse marcados y rechazados por todo un entorno que los mirarán recelosos, que les retirarán la palabra y que les generará muchos inconvenientes en su parroquia y en su concello. Y yo me he acordado mucho de su hija, que el día 8 volverá al colegio sabiendo no solo que su padre es un asesino sino que también lo sabrán sus compañeros de clase y sus familias, por lo que imagino que el centro escolar tendrá que abordar algún tipo de actuación psicológica con ella, con el grupo y con las familias, no sé cómo se actúa en estos casos porque son tan excepcionales que ni estarán recogidos en ninguna orden o legislación. Imagino que o bien cambia de colegio o no irá hasta que la situación se tranquilice un poco, pero será muy difícil luchar contra el estigma.

Pero hay otra consecuencia a nivel social de mayor envergadura. Ya hay voces que se alzan en las redes sociales y medios de comunicación en referencia a otros casos de desaparecidas que hayan podido pasar por una situación similar de rapto, asesinato y ocultación del cadáver y a día de hoy nada se sabe de ellas. El caso más conocido es el de Marta del Castillo, que lleva 9 años sin aparecer su cadáver y con los culpables de su muerte juzgados y condenados: Pero hay más, incluso uno de una mujer mayor en la misma zona de O Barbanza que algunos medios quieren establecer similitudes con el de Diana Quer y empiezan a sospechar de "El Chicle". Y es que la cifra oficial de desaparecidos en España alcanza las 5000 personas, con casos muy mediáticos como el de Yéremi Vargas en Canarias, Malén Ortiz en Mallorca, Manuela Chavero en Badajoz...

Y además tenemos activado con este caso el miedo y la sospecha de que cualquier persona, cualquiera que esté viviendo a tu lado puede ser un psicópata que rapte a alguien, generalmente mujeres o niños, abuse sexualmente de ellos, mate y haga desaparecer el cadáver. Porque como me decía una buena amiga, el psicópata convive contigo y no tiene ni empatía ni moral, no es un enfermo, sabe que lo que hace está mal pero su personalidad le incita a hacer un acto de este tipo. Por desgracia este tipo de crímenes suele tener una connotación sexual, una connotación de dominio y sumisión del sexo femenino frente al poder del sexo masculino. Y con niños... prefiero no pensar en el horror y degeneración que supone, pero ahí están los números de niños desaparecidos.

Por último, dentro de toda este atracón de noticias sobre este caso quisiera destacar a una persona: al padre de Diana, a Juan Carlos Quer, que en sus comparecencias y comunicados públicos ha demostrado, con el dolor que tiene que estar pasando, una resignación y un agradecimiento a los agentes de la Guardia Civil dignos de admirar. Personalmente me emocionó cuando agradeció ante las cámaras "AL PUEBLO GALLEGO" por las muestras de apoyo y de condolencias que recibió, solicitando además respeto a la familia en estos días tan duros que se avecinan y que les dejen gestionar su dolor. Los que tenemos una hija, al menos yo, me sentía muy identificado con él y con sus palabras cuando manifestó "nos pudo pasar a cualquiera pero nos pasó a nosotros". Si leyese esto desde mi humilde voz también quisiera manifestarle mi pésame y mi dolor porque ha sido un poco el dolor de todos, el mismo dolor de la gente de Taragoña, de Rianxo o de A Pobra do Caramiñal y, en fin, de toda España. Por supuesto también a la madre y hermana de Diana, sobre todo a Valeria que con sus mensajes en las redes sociales expresa su amor tan profundo a su referente que ya se ha ido. Les queda un duelo difícil y aprender a gestionar esa ausencia, intentando además no ser destrozadas por la carroña mediática que en muchos de estos 500 días de suplicio han tenido que oir y padecer.

Y a ti, Diana, si es que hay algún lugar desde el que puedas percibir lo que aquí ocurre, decirte que defendiste tu integridad hasta el último instante en que un malnacido te quitó la vida y que siempre serás recordada, a pesar de la situación trágica en la que te has ido. Ojalá seas la última y que todos aprendamos algo con tu marcha de este mundo en el que no te dejaron vivir como tú querías. DEP





2 comentarios:

  1. Aterrador: no hay mucho más que decir...

    ResponderEliminar
  2. Estos días en España he estado siguiendo el caso, y me acordé de tí precisamente por ser de la zona. Es terrible, como leí x ahí, a la niña de sanfermines la llaman puta por no resistirse a una violación en grupo y a Diana la matan precisamente por resistirse...

    En cuanto a la familia de él, los van a matar en vida. A ellos y a unas cuantas generaciones...en los pueblos esas cosas no se olvidan y los tataranietos siguen marcados por los actos de los tatarabuelos. O se mudan a una gran ciudad, o se van a otra parte de España...

    Lo que a mí no me cabe en la cabeza, pero no soy psicópata (o no lo voy a confesar aquí) es que el asesino escogiese como escondite un lugar a escasos metros de la vivienda de sus padres! Cómo puede pasar por delante del sitio habitualmente y no inmutarse! No le daban taquicardias cada vez que alguien se acercaba a la nave?

    En fin, como dice Paquito...aterrador

    ResponderEliminar