martes, 20 de junio de 2017

DE NUEVO, PORTUGAL, CON TRISTEZA

En un mes se pasó de la euforia a la tristeza mas infinita. Portugal de nuevo es portada pero esta vez por algo trágico. El pasado sábado un incendio con las características de "explosión ígnea" provoca la muerte de 64 personas, la mayor parte de ellas en una carretera por la que pretendían huir y se convirtió en una trampa mortal. Y el fuego, tres días después, sigue y puede seguir dando disgustos. Esta vez no ha sido un atentado, no ha sido algo provocado, sino de nuevo la naturaleza que no deja de tener su lado más aterrador provocando tanta muerte y destrucción.

Las imágenes que hemos visto estos días utilizando incluso nuevas tecnologías como una cámara en un dron son espeluznantes. Los coches calcinados, con las ruedas enterradas en ceniza en la carretera mortal, encogen el alma. Familias enteras murieron en sus coches y nuestros vecinos están viviendo aún esa pesadilla con una resignación admirable. Una de las características del pueblo portugués es su humildad y su vivir en un estado de cautela y "saudade" permanente ante lo que les da la vida, ese sentir que tan bien recoge la música de los fados, ese hado desgarrador que siempre está en sus vidas. Y siendo gallego su dolor es también el nuestro. Porque España nunca fue justa ni generosa con Portugal, pero Galicia sí. Siempre hubo mucho desprecio a "los portugueses" pero para un gallego es un pueblo hermano, con el que nos sentimos más identificados que con un andaluz, sinceramente. El otro día comentaba a un compañero de partido que yo me siento más unido a Portugal no por ser español, sino por ser gallego y esa unión es más fuerte que la que podamos tener con un habitante de cualquier otra región española, un valenciano o un extremeño, por ejemplo.

No hay respuestas ante algo que es natural pero claro, los supervivientes buscan ahora responsables de lo sucedido. Salen a la luz comentarios de que los bomberos no llegaron a tiempo, que no había agua suficiente, que los tuvieron aislados... ¿y qué se puede hacer? Tal y como han contado los hechos el fuego fue provocado por un rayo que prendió en un árbol seco. Debido a las altas temperaturas de los últimos días la propagación fue como una bomba y unos vientos que cambiaron de dirección de la forma más inesperada produjeron el cóctel mortal. Y desconsuela ver a mujeres supervivientes, de zonas rurales, decir en voz alta ante las cámaras "isto foi coisa de Deus" con una letanía propia de cualquier sentimiento religioso. 

Galicia está ayudando a Portugal en esta nueva desgracia; España también. Pero el dolor tardará en mitigarse. Mientras, surgen héroes y heroínas, como la chica que salvó a su familia metiéndolos en un tanque de agua sumergidos hasta que pasaron las llamas por encima de ellos; y los bomberos portugueses, que tienen una característica peculiar, son voluntarios que participan en la extinción de incendios y por lo que me han dicho su formación es muy básica y ante un fuego de estas dimensiones sus recursos para atacarlo son limitados. La imagen viral que da la vuelta al mundo es la de su descanso en cualquier sitio tumbados y durmiendo extenuados.


Así que alerta también por aquí. Estamos viviendo estos días previos al verano con un calor inusual para estas fechas. Pasar de 30º en Coruña es algo extraordinario, con un calor pegajoso y extenuante. En los colegios los niños no aguantan estas temperaturas para trabajar y no quiero ni imaginarme como será en lugares como Badajoz o Córdoba. Y dicen que continuará y que el verano será de nuevo asfixiante. Y como somos en cierta manera muy poco cuidadosos con nuestros montes, pues esperemos que tengamos una estación con pocos incendios, aunque todos sabemos que aquí la mayoría son provocados por intereses oscuros y para beneficio de unos pocos.

Solo deseo que Portugal vuelva al camino de la alegría y del éxito, están demostrando mejor que otros países cómo salir de una crisis que los hundió dentro de la UE, con una alianza de izquierdas, combatiendo la corrupción y avanzando desde este extremo de Europa. Y en 2018 tiene una cita importante celebrando Eurovisión que colocará al país en el punto de mira de todos, un examen no oficial de su capacidad de gestión y organización. Desde Galicia estamos siempre con Portugal muy presente y deseando ese progreso porque siempre mejorará nuestra relación económica, social, cultural y afectiva. 


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