viernes, 25 de noviembre de 2016

LECCIÓN DE ÉTICA

Se ha muerto Rita Barberá. Así, de repente. Ha sido la muerte más mediática del año en España. Y se ha desatado de nuevo la crispación política. La noticia llegaba ayer a primera hora de la mañana. Un infarto fulminante. Además, el hecho de haber ocurrido en un hotel justo enfrente del Congreso de los Diputados le da más "miga" al asunto. Se muere como haciendo el macabro juego de hacerlo delante de su lugar de trabajo (bueno, más bien cerca porque el Senado no está pegado al Congreso), pero sí donde las cámaras de televisión la habían grabado hacía pocos días completamente abandonada por sus antiguos compañeros de partido. Las últimas 48 horas en España han sido un monográfico sobre este suceso y todo lo que le rodeaba referido a la corrupción y al juicio al que estaba sometida la difunta ex-alcaldesa de Valencia.

Todos, absolutamente todos los españoles juzgamos a Rita Barberá por todo lo que fuimos sabiendo de la trama de corrupción en el Ayuntamiento de Valencia durante sus años de alcaldesa y que os conté aquí hace un par de meses. La cuestión es que ahora el argumento que más parece avalar la causa del infarto es la presión mediática en los últimos años sobre su figura y sus acciones como alcaldesa y por la que esta misma semana la vimos ir a declarar a los juzgados entrando entre una nube de periodistas y gritos de "corruuuuuptaaaa".

Yo no voy a extenderme mucho porque ya conté en el enlace que os puse antes lo que opinaba de su acción política. Para mí, tener un colegio en barracones prefabricados y entrándoles el agua aún esta misma semana a pocos metros de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, ya me hacen tener clara mi opinión sobre lo que debe ser prioritario y lo que no. Eso, sumado al famoso tema del blanqueo de dinero (los famosos 1000 euros del "pitufeo") que muchos ciudadanos hicieron ingresándolo en las cuentas del Partido Popular valenciano y recibiendo luego dos billetes de 500 euros, me parece más que suficiente para sonrojarse y no alardear de buena gestión.

Pero ayer todo explotó. A los pocos minutos de morir, los grupos políticos del Congreso de los Diputados acuerdan guardar un minuto de silencio en su memoria. Podemos se va del Congreso en lo que ha sido una muestra más de chabacanería y mal gusto, buscando justificaciones sin sentido a esa acción, criticada por todos, incluído los periodistas. El señor Pablo Iglesias trata de justificar lo injustificable alegando que no se puede hacer un homenaje político al símbolo de la corrupción en la sede del Parlamento cuando simplemente se trataba de un recuerdo a una persona que, nos gustase o no, era senadora, es decir, trabajaba allí. Paradójicamente, el grupo de Podemos en el Senado SÍ guarda el minuto de silencio, igual que representantes políticos de partidos tan radicales como Esquerra Republicana de Catalunya. Evidentemente, creo que ante la muerte de un ser humano hay que dejar de lado las rivalidades, políticas o personales, y mostrar un mínimo de respeto al dolor de sus familiares y amigos, algunos de los cuales estaban, por supuesto, entre los parlamentarios del Partido Popular allí presentes, entre ellos el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy.

Durante las 4 horas de los programas de tertulia de la mañana de ayer y en las redes sociales, la acción de Podemos fue la más comentada, llegando a la conclusión de que se volvió a hablar de ellos por el circo que montan y que probablemente les causara un penalización electoral. El caso es que sus seguidores llegaron a postear comentarios que rayaban con el delito respecto a la muerte de Barberá, cosas tales como "que la quemen para que caliente a familias que sufren la pobreza energética". En fin, sin comentarios.

A continuación, las manifestaciones de pesar delante de su casa en Valencia, en el Ayuntamiento de la ciudad y en las Cortes valencianas. Como instituciones veo lógicas esas acciones, lo que ya no comprendo tanto es la reacción de la gente por una persona que, efectivamente, no se puede decir que haya sido transparente en su acción política. Nunca sabremos qué habría sentenciado el juez ante las acusaciones a las que se enfrentaba, pero desde luego todo hacía presagiar algo bastante oscuro referente al dinero público. Y ahí es donde de nuevo corroboro mi pensamiento de que en España gobiernan los políticos que son como la inmensa mayoría de nosotros: gente que no se plantea éticamente que lo que hacen no se debe hacer. Y por más que se les demuestra, lo siguen negando.

También asistimos a la visceralidad latina de muchos diputados y diputadas populares. A los pocos minutos de conocerse la noticia, muchas figuras importantes del Partido Popular empezaron a culpar a la prensa y a los canales de televisión del linchamiento al que había sido sometida la ex-alcaldesa en los últimos años y que lo ponían como origen del infarto que le causó el fallecimiento. Y aquí es donde uno no puede callarse porque es evidente que siguen sin ver la realidad del país en el que vivimos y que su mensaje cala en mucha gente. Desde el indignante comentario en directo de Celia Villalobos diciendo que "entre todos vosotros la habéis matado" hasta declaraciones de que fue "tirada a las hienas" hechas por el portavoz popular Miguel Hernando, se puede uno hacer un mapa de lo que ha significado todo este proceso. El problema es que esta gente realmente piensa así, que los medios sólo tienen que informar de lo positivo, lo bonito y lo bien que lo hacen los suyos, pero cuando hacen lo contrario son malos y buscan hacer daño. Lógicamente, si los medios descubren ilegalidades en otros partidos, como ocurrió en el PSOE de Andalucía con sus ex-presidentes o el caso reciente (que no por ser legal podemos decir que sea ético), de la venta del piso de protección oficial del senador de Podemos Ramón Espinar obteniendo un beneficio de 30000 euros cuando ni siquiera vivió en él y o obtuvo de manera poco transparente, los partidos contrarios se suman al carro del escarnio público de los afectados.

En el Partido Popular, ante la gravedad de lo que empezaba a descubrirse en Valencia, apartaron a Rita Barberá del mismo, dándole de lado muchos de sus compañeros, como bien se apreció en la apertura de la Legislatura por los Reyes el sábado pasado. Era un mujer que estuvo en lo más alto de la popularidad y se le puso el sobrenombre de "la alcaldesa de España". Y murió ignorada por sus compañeros políticos en la habitación de un hotel de Madrid, acompañada de su hermana y sobrino a los que había llamado el día anterior porque no se encontraba bien anímicamente (al parecer estaba sometida a una medicación fuertísima ante el grado de depresión que tenía por todo lo que estaba padeciendo). Las declaraciones públicas de muchos de ellos en los meses previos no dejan lugar a dudas: Rita Barberá era un problema serio para la credibilidad de los argumentos del Partido Popular y convenía desmarcarse de ella.

Y en estas horas se le ha recordado todo. Hoy la han despedido en Valencia sus compañeros más íntimos acompañando a sus familiares. Y la crispación política ha hecho que ya se empiece a plantear qué hacer con aquéllos dirigentes que estén bajo actuaciones judiciales para que no tengan que soportar toda esa presión mediática y pública. Desde luego, no tiene que ser agradable oir que te llamen "ladrón, corrupto" a grito pelado cuando entras a un juzgado a declarar o que en la pared del portal de tu vivienda escriban "Rita corrupta" como se vio ayer en los informativos. Pero he aquí la cuestión de fondo: ¿qué valores éticos tienen los que ocupan un cargo público y que actuaciones ejecutan para que el pueblo les juzgue? Sinceramente, estoy convencido que en España hay miles de "Ritas" o de "Bárcenas" que no se plantean que lo que estaban haciendo estaba MAL, sino todo lo contrario, que es lo correcto, porque además se lo avalan en las urnas cada cuatro años. Rita Barberá fue alcaldesa de Valencia con mayorías absolutas durante 24 años, de 1991 a 2015 y los argumentos que hoy oías a sus habitantes eran "puso a Valencia en el mapa del mundo", aun a costa de que los alumnos del Colegio 103 no tuviesen un lugar digno para recibir sus clases. Pero eso sí, podían ir a la Fórmula 1, visitar la Ciudad de las Artes, recibir al Papa Benedicto XVI o ver salir la Copa América. ¿Cuáles son las prioridades?

En fin, este país no cambiará por mucho que haya un cambio de partido de gobierno, los cambios son más profundos, son más de interior de cada uno. En un día que recordamos, además, a las víctimas de la violencia de género, asistimos estupefactos a ver morir niños, hombres y mujeres en el ámbito familiar víctimas de maltrato con unas cifras escalofriantes año tras año; como también los adolescentes se convierten en férreos guardianes de sus chicas, controlándolas en redes sociales, vestimenta, salidas... Asistimos como si de una macabra obra de teatro se tratase a ver vivir en bajos y soportales a ancianos que no tienen un hogar o a suicidios por desahucios. Y si en 40 años de democracia no hemos sido capaces de crear un mínimo de conciencia ciudadana, entonces no nos alarmemos de que gane Trump, de que haya Brexit, de que suba la extrema derecha en Europa. Ojalá la muerte de Rita Barberá no haya sido en vano y sea un revulsivo para cambiar determinadas cosas, pero me da que no, que hemos retrocedido de nuevo y que yo no llegaré a verlo, se necesitarán otros 40 o 50 años más para que las nuevas generaciones reaccionen. Y no, sinceramente lo creo, no es Podemos la solución, por mucho que sus proclamas y su circo gusten a muchos y estemos de acuerdo en gran parte de su diagnóstico, las soluciones las tendremos que buscar de otro modo, si no, mala herencia le dejamos a nuestros hijos y nietos. 

En fin, DEP Rita Barberá y empecemos a buscar el remedio a esta sociedad insolidaria, individualista, ciega y coja de muchos valores éticos. Más nos vale.



martes, 22 de noviembre de 2016

BAJA

Pues sí, creo que en muchos años no cogí una baja. Más bien, me la dio la doctora porque yo no la quería. El caso es que me resulta una situación extraña. Si no recuerdo mal cogí dos bajas en mi vida y en una me reincorporé antes y por procesos gripales: una en Ponferrada, 5 días y otra en Catoira, que me dieron 10 días y al sexto me reincorporé. Pero esta tenía que ser sí o sí, muy a mi pesar.

Cualquiera que lea estas líneas dirá, "bueno, no os quejéis que los funcionarios no os jugáis el puesto". Sin embargo para mí es frustrante no poder ir a trabajar porque es más que patente que disfruto con lo que hago. El caso es que la situación es la siguiente.

Hace unos 12 días notaba una sobrecarga en la pierna derecha a la altura del gemelo. Si apretaba el músculo me dolí un poco, pero lo achacaba al ejercicio en la piscina, ya que procuro ir a nadar dos o tres veces por semana, precisamente por recomendación del traumatólogo para esa pierna y en particular la rodilla. El jueves día 10 se lo comenté a mi padre y me echó un poco del archiconocido Trombocid. Ya el masaje que me iba dando con la pomada me dolía más, pero bueno, dejé actuar. A lo largo de la tarde el dolor fue "in crescendo" pero era soportable. El viernes 11 fui a trabajar y a lo largo de la mañana notaba que me costaba mantenerme en pie y que cuando me sentaba, al levantarme el dolor era muy agudo. Además, veía que la pierna se iba hinchando por horas. Esa tarde tenía guardia, pero no pude ir y me largué a Urgencias.

El médico cuando vio mi pierna se asustó un poco, me dijo que tenía que hacerme un análisis para descartar trombos y otras patologías, dejándome una vía puesta por si tenían que darme medicación intravenosa. Ahí empecé un poco a preocuparme. El caso es que después de tres horas me comunican que no hay trombo, que puedo ir para casa pero de trabajar nada en 7 días, ya que me diagnostican celulitis infecciosa. Antibiótico, antiinflamatorio y pierna en alto en reposo. Llegar a casa ya me costó y bueno, pues a relajarse. El sábado y el domingo estuve prácticamente inmóvil porque el dolor al ponerme de pie era insoportable, como si me clavaran cuchillos en la parte baja de la pierna. 

El lunes tenía seguimiento en mi médico de cabecera. Allá me voy y me confirma el diagnóstico. Esa semana estuvieron mis hijos conmigo y el reposo fue menor, ya que había que atenderlos. Seguía con la medicación, menos dolor pero la inflamación no bajaba mucho. De lunes a jueves estuve sin ir a trabajar, pero el viernes fui porque no podía estar más días de permiso. Aguanté más o menos bien y por la tarde volvía al médico para seguimiento. Según me vio la pierna simplemente dijo "te voy a dar la baja porque así no puedes trabajar". Todavía estaba muy hinchada y vio conveniente cambiar el antibiótico. Y en esas estamos, aburrido en casa, sin hacer grandes esfuerzos ni estar de pie, con los trabajos caseros a medio hacer. Todavía hay una zona de la pierna hinchada y dolorida, el caso es que no saben decirme el origen de esta dolencia: una picadura, un virus, cualquier cosa que entró en la epidermis y creo esa inflamación, que hay que vigilar porque es latosa y hay que curarla bien.

El caso es que yo achaco esto a algo que tiene que ver con la piscina porque hace unos 22 años, cuando estaba en Tapia, a raíz de ir a nadar me diagnosticaron un herpes interno en el hombro y el dolor era similar, de hecho tuve que medicarme también.

Pero volvamos al tema administrativo. Resulta que como consecuencia de la crisis, cuando un funcionario coge una baja sufre un recorte en su salario. Yo no tenía ni idea de la cuantía del descuento y me informé. Parece ser que los tres primeros días el descuento es de un 50 % y de ahí a la finalización de la baja un 25 %. Si hubiese un ingreso o una operación, no habría descuento. Así que allá para diciembre, con la extra, el sueldo caerá según me han dicho unos 300 euros, algo que será preocupantemente asumible. Y siguiendo con la situación administrativa resulta que la Consellería de Educación solo cubre una baja de profesorado si es de al menos 15 días, por lo que mis alumnos no tendrían un profesor fijo en ese período si la baja es menor. Así que somos nosotros los que les decimos a los médicos que nos den una baja mínima de 15 días para que cubran el puesto de trabajo y, al menos, alguien pueda ganar un dinero. Realmente me parece surrealista. Y si yo estuviese recuperado antes de los 15 días podría pedir el alta voluntaria, pero claro, eso implica que la persona que me sustituye no cobraría los días restantes. Vamos, todo muy bien organizado.

Y todo eso con el tinglado que supone dejar de ver a 24 chavales y chavalas, no dar continuidad a una programación hecha regularmente a medida que avanza el curso y con el fin del primer trimestre a las puertas, aparte de no poder llevar a cabo determinadas actividades o proyectos que están de mi mano. En fin, transtorno para todos.

Me dicen que lo vea desde un punto de vista positivo. Pues sí. Documentales de animalitos, viajes, concursos y series "b" me salen ya por las orejas. Mis padres, pendientes de mí cuando deberían estar más pendientes de ellos mismos y nosotros también de ellos. Y para colmo, hoy mi hermano me comunica que la bicicleta que usaba en Holanda y que "heredó" mi sobrino cuando volví... ¡¡se la han robado del portal!! Ha denunciado el robo ante la Guardia Civil y ojalá aparezca más por el valor sentimental que por el económico, aunque había costado nuevecita más de 400 euros con el seguro y los accesorios... ¡¡¡MI BABIECA!!!

Y el mundo sigue, ha ganado Trump (Paquito explica muy bien por qué), la bolsa en EE. UU. inexplicablemente sube, el mundo está sonrojado por un tipo que dice que tiene libertad para cogerle el c*** a las mujeres, en Europa elementos como Wilders o Le Pen se están frotando las manos y yo creo que en pocos años al rubiales americano le da por pulsar un botón rojo y sanseacabó. Así que mejor disfrutar de lo que la vida nos va dando, que aparte de hostias (perdónenme ustedes ser tan explícito) algo tendrá de bueno. El tutor de mi hijo, por ejemplo, me ha dicho hoy que parece que está espabilando y mejorando en los estudios, así que habrá que quedarse con eso. Y mi hija mañana va a hablar en el Concello de A Coruña delante del alcalde y otros miembros de la corporación sobre los derechos de la infancia. Al final es lo que nos llevamos en el bolsillo. Y esperemos que de aquí a final de mes no tengamos otras novedades, que dentro de lo que cabe siga habiendo una rutina que nos haga creer que somos felices, si no ya se encargará El Corte Inglés de recordarnos que estamos a las puertas de la Navidad donde todos somos felices, hay paz y amor, etcétera, etcétera. En fin, no comment. Sigan bien.


martes, 1 de noviembre de 2016

HILLARY CLINTON VS. DONALD TRUMP

Queda una semana. Y en estos días arderán los sondeos sobre quién ganará las elecciones en Estados Unidos. Me muestro escéptico ante el resultado sobre todo después del "Brexit". Evidentemente por muchas razones es más positivo que gane Hillary, pero viendo que en los países más ¿avanzados? del mundo están ascendiendo políticos tan mediocres como Trump... ¿qué podemos esperar?

Pensamos que de los EE. UU. nos llega lo mejor, que todo lo que suene a América es recomendable para nuestras vidas y positivo para Europa. Y viendo a personajes que representan el sentir de media población de aquel país, pues mejor es construir un búnker con provisiones necesarias ante la posibilidad que gane un degenerado misógino, xenófobo y populista como el Sr. Trump, si es que se le puede calificar de señor.

Y nosotros, los españolitos de andar por la calle, que siempre pensamos que Mr. Marshall es el referente, llegamos a preguntarnos cómo un hombre con esas características puede obtener más de la mitad de los votos en las elecciones de aquel país. Más de 100 millones de personas de la primera potencia mundial son potenciales votantes de un ser que considera a las mujeres inferiores a los hombres, a los latinos una amenaza para su país y que quiere construir un muro en la frontera con México al estilo del Telón de Acero y disparar, sin ningún tipo de cuestionamiento ético ni moral, a todo aquel que se atreva a traspasarlo. ¿De verdad que los electores y las electoras de Estados Unidos prefieren votar a este ser antes que a una MUJER preparada y con mucha experiencia de gobierno en el país, mucho más tolerante y por supuesto, con una perspectiva más conciliadora que este energúmeno?

Cuando miro el listado de visitantes por las banderas de mi blog, veo que Estados Unidos es el segundo o tercer país en visitas. Sé que hay muchos hablantes de español allí y que probablemente alguno lea lo que aquí escribo (y Google me lo controla); pues espero que el próximo 8 de noviembre impere la cordura y los votos vayan para Hillary Clinton. Y no voy a entrar en el tema del simbolismo de que sea por primera vez una mujer la que llegue a la Casa Blanca, igual que en su momento Obama fue el primer hombre negro que llegó a la Presidencia en el país, sino que se trata también de la estabilidad mundial. No me imagino a Trump llegando de visita a España y pidiendo mujeres, toros, sangría, paella y viendo a los gobernantes que tenemos saludándole, no sé qué harían el Rey o Rajoy ante semejante personaje, por protocolo e intereses supongo que "achantar", pero desde luego la papeleta daría más que un quebradero de cabeza a los encargados de la organización de la visita.

La cuestión es que, después de lo visto en el Reino Unido, de lo que vemos con los refugiados en diferentes países de Europa, lo nuestro es una mera anécdota. Y la máxima de que tenemos los políticos que nos merecemos acaba cumpliéndose en la mayoría de países del mundo. Entonces, ¿de verdad que nadie se para a reflexionar un poquito? ¿O es que nos da todo igual y estamos a pocos meses de que el que puede llegar a ser el político más importante del planeta le dé al botón rojo y nos vayamos todos a tomar por saco?

Como yo de la naturaleza humana ya espero cualquier cosa, acabaré poniéndole alguna vela a un santo para que nos libre del demonio de Trump, porque de verdad que estoy intranquilo por la elección. Espero que, como decimos en Galicia, los americanos demuestren un poco de "cabesiña" y el martes que viene no volvamos a llevarnos las manos a la cabeza ante los resultados. Si gana Trump, preparémonos para lo peor a nivel económico y social (sí, más aún); si gana Hillary podremos de momento respirar tranquilos y mantener nuestro "status quo" actual. Así que nada, queda evidente mi elección como imagino de la mayoría de españoles que, por muy recalcitrantes que sean en algunos casos, ven que el histrionismo y el peligro de este señor es más que considerable para la estabilidad mundial. Peeeeeero, mantengámonos alerta, porque algunos aún aquí dirán que una mujer es incapaz de llevar las riendas de un país tan todopoderoso como los EE. UU. Y viendo quién defiende al magnate (Clint Eastwood como representante de la Asociación Nacional del Rifle, por ejemplo) podemos echarnos a temblar. 

Pues nada, crucemos los dedos, cerremos los ojos y tapemos los oídos a todo lo que llegue de América en esta semana y... que gane LA MEJOR, es decir, Hillary Clinton.