martes, 3 de mayo de 2016

CULTURA DEMOCRÁTICA

40 años de democracia en España y no podemos decir que lo tengamos asumido. Después de mas de 4 meses desde las elecciones del 20 de diciembre, muchos encuentros y desencuentros, amagos de pactos, renuncia de candidato más votado, aritmética, tweets, debates agrios en una legislatura ridícula, etc., pues no ha podido ser y no hay gobierno. Las Cortes se disuelven y habrá nuevas elecciones el 26 de junio.

Nadie sabe si cambiarán las cosas ni ninguna empresa de estudios de mercado es capaz de dar un pronóstico del número de escaños que obtendrán las hasta hoy 4 fuerzas más votadas: PP, PSOE, Podemos + Compromís, Marea Atlántica y En Comú Podem, y Ciudadanos. A mí me gustaría ser un poco imparcial y ver las cosas con objetividad, pero la ideología me puede. Veo personas válidas en los 4 partidos y también veo personas muy poco negociadoras y tolerantes, especialmente en las filas del PP y de Podemos (los analistas dicen que al final los extremos se atraen). También una corrupción sistémica en el PP que necesita un buen "lavado de fondo" así como una agresividad poco constructiva en Podemos y sus confluencias, a pesar de coincidir en argumentos algunas veces con ellos, creo que les pierden las formas.

Sin embargo, la calle es la que manda. Aquí lo que encuentro en general es el desánimo y la crítica voraz hacia los políticos, sean del color que sean. Y esto me parece lo más frustrante. En los últimos días he topado con gente que, cuando murió Franco, estaban en torno a los 20 - 25 - 30 años, es decir, ahora están recién jubilados o a punto de jubilarse. Y si en 2016 una persona de 60 años piensa de una manera tan simplista, me da la impresión que los 40 años de democracia han servido de poco.

Si hoy en día no cuestionamos determinadas conquistas que hace pocos años eran impensables, todavía sigue existiendo gente que con sus comentarios te dan un mazazo de realidad. Y da igual que se vaya a votar cada 4 años (o 4 meses, como ahora). Te encuentras con las posturas radicales de ciudadanos que defienden sin cuestionamiento ideologías populistas, en cierta parte originadas por los desmanes del bipartidismo imperante hasta ahora; y te encuentras también con aquellas personas que actúan con "alergia" a los cambios llegando incluso a expresar libremente que hay cosas que "con Franco no pasaban y que no son necesarias cambiar". Perplejo me quedo ante esto, más peligroso si cabe.

No quiero dar aquí el mítin porque no procede (además Paquito me reñirá ;), pero aún siendo militante de un partido político, siempre me caractericé por ver lo bueno "en el enemigo". En los últimos meses hay, por ejemplo, un sector crítico del PP que claramente denuncia la corrupción en su partido; políticos dispuestos a la cesión y al diálogo en otras formaciones frente a posturas intransigentes. Lo que está claro es que el sistema ha cambiado, que ya no habrá mayorías absolutas y que el panorama político que tengamos después del 26 de junio puede cambiar algo, que habrá que dialogar porque la gente lo pide a gritos y que habrá que dejar los "egos" personales para facilitar el gobierno de España.

Y yo siempre optimista, aunque a veces estos "baños de realidad" haciendo alusiones a hace más de 40 años, creo que toda esta dinámica de los últimos meses ha servido para que la gente conozca más los mecanismos de nuestro sistema parlamentario. Nunca hemos vivido el hecho de no poder formar gobierno, que un candidato a presidente no pueda ser investido, que repitamos una elecciones, que  vivamos la política día a día. Veremos si eso caló en la gente y en las nuevas elecciones las urnas se vuelven a llenar de votos, aunque ya hay algunos que auguran que, si hace buen tiempo, los españoles pasarán  de ir a votar y o llevas las urnas a las playas o no hay votos. Y eso también es falta de cultura democrática, algo tan importante como el derecho de votar se ignora y no se propicia el cambio que se desea a las políticas neoliberales. Por lo pronto, las consecuencias más nefastas del gobierno del PP las vivo en estos días en mi trabajo: en menos de una semana mis alumnos de 6º se tienen que someter a la tan cuestionada "reválida" que implantó la LOMCE de manos del peor ministro de los 40 años de democracia, Wert, que ha conseguido su "retiro dorado" en París.

Así que de lo que de nuevo decidamos el 26-J dependerán muchas leyes y decretos futuros que marcarán nuestras rutinas diarias, nos gusten o no. Volvemos a estar de campaña, que se presume austera, y ya se verá si tendremos gobierno allá para septiembre. Mientras, a encarar las últimas semanas de curso con mucho trabajo, cada vez más administrativo y menos pedagógico. ¡Ah! Y en 7 días tenemos ahí Eurovisión, así que prometo el post de rigor sobre favoritos y le edición de este año, con novedades.




PD. ESTE POST HACE EL NÚMERO 400 DE ESTE BLOG. GRACIAS A TODOS LOS QUE SEGUÍS LEYENDO. ESPERO SEGUIR ANALIZANDO LA REALIDAD Y MI REALIDAD Y QUE OS GUSTE. ¡¡A POR LOS 500!!

2 comentarios:

  1. Me parece muy triste que nuestros políticos sean incapaces de darse la mano y gobernar juntos. Todos quieren el pastel para ellos solitos, sin compartir...

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    1. El problema es multidimensional (empiezo a sonar como un profesor de universidad: ¿Qué me ha pasado? ¡Yo antes molaba! :-)).

      Tienes, por una parte, a la famosa casta / costra: gente que lleva 40 años en el poder, echando la culpa de todos los males del mundo al de enfrente, aunque al final respondan a los mismos intereses.

      Por otra parte, tienes a los nuevos: ahora que algunos de estos nuevos "han tocado pelo" (han conseguido el poder en diferentes instituciones, sean ayuntamientos, sean comunidades autónomas) el personal está viendo que, efectivamente, gruñir ante lo que otros hacen es un deporte cojonudo (sobre todo si tienes razón), pero que, cuando te dicen "fantástico: pues hágalo vd. mejor" la realidad te pone en tu sitio.

      El show de estos últimos meses ha sido lamentable: sólo ha habido un partido que ha intentado jugar (obviamente, un partido que no tenía aspiraciones ni posibilidades de gobernar): todos los demás no han cedido (el PP se dio mus, el del PSOE lo intentó con Podemos y estos últimos dijeron que vale, siempre y cuando cedieran no sé cuantas parcelas de poder y se excluyera del pacto a todo aquello que contradijera a sus intereses).

      Lo bueno es que, ahora en Junio, el personal ya no podrá decir que "no sabían lo que votaban": todo el mundo se ha puesto de perfil.

      Lo que sí asusta es que cerca de dos millones de españoles que estamos fuera no tengamos posibilidad real de votar (lo de rogar el voto es parecido a lo de algunos estados sureños en USA con la población negra).

      Hay días que me dan ganas de pedir la nacionalidad holandesa, pero entonces veo el Karnemelk en el súper y vuelvo a la realidad...

      Pero durante esos cinco minutos... Durante esos cinco minutos antes de ver el Karnemelk, soy ciudadano / súbdito (esto es una monarquía) de un país democrático serio...

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