sábado, 19 de marzo de 2016

EDUCACIÓN VS. HUMILLACIÓN

Hace pocos días unas imágenes dieron la vuelta al mundo por algo que consideramos denigrante. Y no deja de ser habitual ver situaciones como la ocurrida en las distintas redes sociales o informativos de televisión cuando el fútbol está por medio. Me refiero a la actitud de unos hinchas del equipo holandés del PSV Eindhoven que en pleno centro de Madrid y en las horas previas al partido, tuvieron la brillante idea de, tomando unas cervezas en una terraza, lanzar unas monedas a unas mendigas que andaban pidiendo limosna, aparte de humillarlas haciéndoles realizar una serie de ejercicios para obtener más dinero como flexiones o quemando billetes delante de sus ojos mientras ellas se desesperaban por cogerlos.



Los comentarios en todos los medios fueron de censura ante semejantes hechos y de perplejidad ante una actitud de prepotencia por parte de los hinchas holandeses. Y yo, como habitante durante tres años del país de las bicis y pudiendo opinar un poco sobre el carácter de sus habitantes, el hecho me sorprendió por denigrante, vergonzoso y hasta diría obsceno, pero no por quién lo realiza. Intentaré explicarme, aunque mi amiga Pelocha luego me dé brasa, pero es mi visión de lo que vi allí y de este hecho en particular.

Cuando yo me fui a Holanda fui con una imagen del país creada por esa visión que nos dan los medios y la información que obtienes de leer, reportajes, etc. Holanda, país con un estado de bienestar elevado, con un desarrollo de los derechos y libertades individuales muy elevado, tolerante, pionero en legislar temas polémicos como la eutanasia, la venta de marihuana en los "coffee shops", el matrimonio homosexual, etc. Y con un sistema educativo que supones mejor que el nuestro. Pues bien, en poco más de un año esos mitos se vinieron abajo porque los motivos que llevan a legislar esos temas no son ni altruistas ni mucho menos por una causa social. Porque, si así fuera, no veríamos estos hechos en su población.

Desde que empecé a escribir este blog siempre he dicho que Holanda tiene muchas cosas buenas... pero también tengo cierto empeño en desmitificar todo aquéllo que nos transmiten sobre el país como que es "más de lo más". Y vista la actitud de los hinchas de Eindhoven cada vez se me confirman más mis teorías y el resultado de mi observación durante los tres años de residencia en los Países Bajos.

No voy a decir que un hecho como este no pueda estar protagonizado por gente española aquí o en otro país porque gente gilipollas (y no me corto en calificarlos así) la hay en todos los países y culturas. Pero creo que esto va más allá. Resulta si cabe más grave cuando Holanda "vende" al exterior el grado de educación alta que tienen sus habitantes, su estado de bienestar, etc. Es esa soberbia que emanan por todos los poros de su piel y que en el día a día también manifiestan en pequeños detalles, no solo con el extranjero o el considerado por ellos "inferior", sino también con aquellos de su país a los que consideran de menor cultura, clase social o nivel económico. Holanda es una sociedad muy clasista, individualista y segregadora, y estos "valores" se van inculcando desde la más pequeña infancia a través del sistema educativo que efectivamente es clasista, individualizada y segregadora, obsesionada por el resultado final y por la competitividad, la rentabilidad y el mercantilismo, como buenos comerciantes que fueron siempre.

Y los que no estén dentro de ese sistema o no lo acepten, son simplemente diferentes y no merecen ni atención ni respeto, porque es ir contra el ADN común holandés desde tiempos inmemoriales. Por supuesto, cuando ese sistema además se va limitando por factores externos, tales como una crisis económica que les ha recortado calidad de vida y sobre todo, potencial económico, van a por ellos "a saco". Yo recuerdo que una persona llegó a decirme estando allí que los culpables de que ellos estén mal eran los miles de funcionarios de los países "del Sur", como yo, razonamiento que no dejaba de tener ciertos tintes de xenofobia al asociar su descenso en bienestar con españoles, portugueses, griegos, rumanos, etc.

¿Qué es exactamente lo que me indigna de esas imágenes? Que se sienten invencibles y con poder para humillar a quién sea, sin plantearse éticamente lo que están haciendo ni cuestionando  si está bien o mal. En los primeros segundos se ve en una de las mesas de la terraza a un adolescente, casi un niño, que imagino habrá venido con su padre y ni se inmutan y mucho menos el padre saca de allí al hijo ni se cuestiona el ejemplo que está viendo. Y repito, no digo que algo así no pueda ocurrir aquí, también se ven situaciones en estadios de fútbol que son prácticamente un delito, como agresiones a árbitros en partidos de niños, insultos, etc. ¿Realmente es el fútbol el que genera esto o es la educación de cada uno? Me resisto a creer que un deporte genere esto, aunque si detesto el fútbol es precisamente por esa hipocresía en la que también se sustenta, gracias a patrocinadores, presidentes instigadores de la violencia o, simplemente, el dinero, que al final es el que manda en estas cosas. Ese endiosamiento de los jugadores estrella por parte de toda la sociedad, a los que los niños ven como verdaderos ídolos, contribuye después a que pasen estas cosas.

En definitiva, más xenofobia que sigue invadiendo Europa a pasos agigantados. En Holanda, el partido de extrema derecha de Wilders lidera las encuestas de intención de voto; en Francia ya vemos el avance de Marine Le Pen; en Alemania también ha crecido abrumadoramente la extrema derecha; tenemos a Amanecer Dorado en Grecia, a Orban en Hungría... Y vemos cómo a los que huyen de las guerras en Oriente Medio les cerramos las puertas en Grecia y Macedonia, dejándolos a su suerte entre el barro y el frío, en campos de refugiados sin lo más elemental para una vida digna. Siguen ahogándose en el Mediterráneo, siguen recibiendo palizas en las fronteras, clavándose los alambres de espino, pariendo las mujeres en tiendas de campaña de veraneo y en condiciones insalubres, muriendo de hambre y frío... A mí me sigue hirviendo la sangre porque EUROPA NO HACE NADA, solo empeora la situación.

Yo no quiero esta Europa. Ni la que vi en Holanda ni la que veo en los caminos de Centroeuropa en busca de un futuro mejor. Sé que la educación es lo único que puede hacer que las generaciones futuras sean aún más solidarias que nosotros (los que lo somos). Y también sé que nuestro sistema educativo está por encima de otros en esto, en la educación en valores, en la solidaridad, en la integración, en la aceptación de las diferencias. Y yo lo que veo es que en Lesbos quién está ayudando a rescatar de las aguas a los refugiados son españoles y ciudadanos de la isla, no veo precisamente a muchos holandeses que estarán más preocupados de sus próximas vacaciones en Grecia, para mas inri, o de alcanzar la excelencia académica de sus vástagos. 

En fin, que hay que criticar, y mucho, estas actitudes, incansablemente, ocurran en la Plaza Mayor de Madrid o en el más pequeño de los pueblos de cualquier país europeo. ¿Quemaríamos adrede en España un refugio de personas inmigrantes? ¿Marcaríamos sus puertas de rojo? ¿Lanzaríamos monedas a unas mendigas burlándonos de ellas? Sinceramente no lo creo, como tampoco dejaríamos sin atender a aquel que lo necesite por urgencia vital o que llegue a nuestras costas en una patera. Esa solidaridad sí va en nuestros genes, y muchos hechos así lo demuestran, por algo somos de los primeros países en voluntariado o, por ejemplo, el líder en transplantes a nivel mundial.

Y para terminar, entre 1943 y 2016 han pasado muchas cosas para aprender que la exclusión y el desprecio no tienen lugar en nuestra sociedad, pero hay colectivos o países que parece lo han olvidado. Fijaos en la imagen y reflexionad un poco, arriba 1943 con los nazis deteniendo a los judíos y exterminándolos en los campos de concentración; a bajo 2016, en cualquier campo de refugiados en Grecia o los Balcanes. Aquí lo dejo.






7 comentarios:

  1. A mi que alguien me esplique esto

    http://www.periodistadigital.com/inmigrantes/legislacion-y-documentos/2014/01/01/la-union-europea-suprime-las-restricciones-a-la-entrada-en-espana-de-trabajadores-rumanos.shtml

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    1. Yo te lo explico. Si esos rumanos se van a Alemania u holanda a vivr de las ayudas, les largan rapido, y ahi no Habra ONG's clamando al cielo. Tambien es cierto que las ayudas sociales en España a inmigrantes ilegales son muuucho mas amplias que en los paises ricos de la Europa del norte o del centro.

      Volviendo al caso de los hooligans, estoy seguro de que esos garrulos no sabian que eran mendigas rumanas, para ellos eran españolas o ni se lo plantearon, en cualquier caso, la ofensa la hicieron en España, que sean rumanas o refugiados aqui es irrelevante.

      Saludos

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  2. La información hay que contrastarla. Si Rumanía y Bulgaria son miembros de pleno derecho de la UE desde 2007 y por lo que sé tienen que pasar 7 años para tener la libre circulación (con España también pasó), entonces pueden acceder al mercado laboral de cualquier país de la Unión sin restricciones, igualmente que un sueco se viene a España a montar o dirigir una planta de Ikea o un español va a Holanda a trabajar como enfermero.

    Yo creo que permitir la libre circulación es beneficioso, aunque como en todo siempre llegará gente menos deseable, pero de ahí a generalizar por todo un pueblo ("los rumanos, los búlgaros...") me parece xenofobia. Yo conozco gente rumana trabajando en Galicia legalmente (en el sector textil, por ejemplo), que hablan español, que están integrados y sin ningún problema

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  3. Hmmmmmmm...

    Te digo lo mismo que a Pelocha: hay que tener cuidado con según qué afirmaciones.

    Creo que la indignación del hecho os ha sacado algunas cosas que lleváis dentro, en especial cuando ambos, desde frentes diferentes, escucháis prejuicios (positivos o negativos) sobre los holandeses.

    Como con ella, coincido en muchas cosas, pero no quizás en los argumentos: la cultura centro-europea es muy diferente a la cultura latina en términos sociales, en especial con lo que se refiere a la gestión de la expresión externa de nuestras acciones.

    Nosotros venimos en un país gobernado por la envidia, donde como te vaya bien, más te vale que te lo metas por donde te quepa y que no se entere nadie...

    Por aquí arriba, en cambio, el prosperar es parte de la vida, como lo es la legítima ambición de las personas por conseguir cosas: de ahí a la soberbia, obviamente, hay dos pasos, pero como el recelo de según qué cosas en nuestro país está a dos pasos de la envidia y la inquina (deporte nacional donde tenemos la medalla de Oro).

    Lo que ha pasado es lamentable, pero no representa nada de un país: hay otras muchas cosas que yo podría utilizar para hablar de "aquí mis amigos", pero no a los borregos estos de la Plaza Mayor de Madrid (la escoria nunca representa nada, sólo a sí misma).

    Yo creo que, finalmente, el tema nos toca a mucho fibras sensibles por nuestras experiencias personales: como en cualquier lugar al que vayas, la exposición directa a una sociedad te romperá mitos (pregunta a los españoles que viven en Japón: verás qué divertido), pero uno tiene que ganar perspectiva intentando mantenerse al margen de los hechos, lo cual no quiere decir que no tenga que renunciar a su opinión, ojo, pero sí intentar mantener las mismas fuera de un discurso crítico adecuado.

    Quizás, al final, todos tenemos cosas sin resolver dentro de nosotros mismos: yo creo que es el complejo de inferioridad, "Marca España 100%", de ahí el alivio que muchos españoles sienten cuando descubren que en Centro-Europa no atan a los perros con longaniza y que, como cualquier sociedad, también tienen sus miserias y sus problemas.

    Eso es quizás lo más triste: nos alegramos de las miserias de los demás.

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    1. Es cierto lo que dices, somos un poco como somos y al final ver que los holandeses también son garrulos "mola". Y también es cierto que hablamos según nuestra experiencia. Claro que Holanda tiene cosas buenas, pero cuando hacen algo mal intentan como sea esconderlo, eso fue algo que vi mucho cuando estuve ahí y que reflejé muy bien en diferentes entradas de este blog.

      Y sí, sin dudarlo, la envidia nacional española es la que nos hunde, la que nos trae si cabe más incultura. Yo no puedo disfrutar haciendo daño al otro, criticándole, poniéndole la zancadilla cuando le va bien... Y sin embargo también he sentido esa envidia hacia mí cuando vivía ahí por parte de conocidos y amigos españoles. Por algo "Gran Hermano" lleva 16 ediciones en España y sumando. ¡¡Y todavía no tenemos gobierno!!

      Así que si nos pusieran a Pelocha, a Roland, a ti y a mí a negociar seguro que montábamos la legislatura en poco menos de una hora, lo cual dice mucho de nosotros. Lo bueno de leer es contrastar y respetar opiniones y en tu caso, es un auténtico pozo de sabiduría.

      Un abrazo desde una primaveral Galicia con sol ;)

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    2. "Cabronazo" (con perdón):

      Lo del "una primaveral Galicia con sol" ha sido un golpe bajo :-)).

      Abrazotes desde el gris plomizo :)

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  4. Alfonso, no se si sabes que el gran hermano es un invento holandes...

    Yo tambien he vivido (o vivo pero me voy pronto) en Holanda, al lao del PSV para ser exactos y, como le dije a PAquito en su blog, si hinchas del atletico hubieran hecho lo mismo en Eindhoven (que no hicieron), mas aun, si hubieran quemado dinero delante de mendigos o lo que sea, habrian salido mil voces diciendo que si marca españa, que si verguenza de ser español, etc, y nadie hubiera dicho aquello de que escorias las hay en todos lados, ese es nuestro instinto de autoflagelo que nos machaca a los españoles. Y te recuerdo que aun esta por ver si hinchas españoles se dedican a destrozar una fuente historica como hicieron los holandeses en Italia hace no mucho.

    Saludos

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