martes, 21 de abril de 2015

¿HACEMOS CASO A LAS ENCUESTAS?

¡Qué chasco! Pensé que con esta frase mucha gente nos tenía en cuenta desde hace años, pero no. No ha podido ser. El que quería poner a España en la élite de la economía mundial se ha convertido en un nuevo corrupto más. Rodrigo Rato, Ministro de Economía y Vicepresidente del Gobierno en el gobierno popular de José María Aznar, fue detenido el pasado jueves por fraude fiscal. Las imágenes del registro en su domicilio y su detención han causado caras de incredulidad en muchos socios europeos, a los que me imagino comentando que, una vez más, España sigue siendo de "charanga y pandereta" y que de esta manera es imposible llegar a lo más alto en la política económica europea y mundial.

La sensación general del ciudadano es de hartazgo pero también poco sorpresiva. Ya a muchos no les espanta ver imágenes de altos cargos públicos siendo detenidos, declarando en juzgados o entrando en prisión; a otros, sin embargo, la idea de que el Partido Popular está completamente podrido por dentro es la que impera. Nombres como Bárcenas, Granados, Camps, Fabra, Baltar, Matas, algunos con cargos relevantes en el partido y otros siendo importantes apoyos de políticos como Esperanza Aguirre o el mismo Mariano Rajoy, son los que han manejado los hilos de la corrupción, malversando dinero público y evadiendo capitales a cuentas en paraísos fiscales o creando sociedades pantalla para camuflarlo. En fin, todo un entramado que al ciudadano de a pie le cuesta entender. Lo único que se ve es que el dinero se va y que en el país la gente no tiene empleo, hay recortes sanitarios, educativos, sociales, los impuestos suben para que se enriquezcan unos pocos. Es como un nuevo vasallaje esclavista al estilo de la Edad Media.

Estamos en año de elecciones, poco más de un mes quedan para las municipales y autonómicas. La irrupción de los partidos del descontento (Podemos y Ciudadanos) hace que muchas personas busquen una alternativa de cambio. Pero, paradójicamente, acabo de ver una encuesta en la que el Partido Popular sigue siendo la fuerza más votada, con mucha pérdida de votos pero ganadora, Podemos en 2º lugar, el PSOE 3º y Ciudadanos 4º. ¿Tiene alguna lógica?

Siendo un ciudadano con una elección política clara y definida y, al margen de esto, con una capacidad de reflexión que no está influenciada por nada ni nadie, no puedo entender que un partido como el PP siga siendo la fuerza más votada. Me resisto a aceptar que sus votantes no ven más allá de  la ideología que los lleva a votar, pero en determinadas comunidades autónomas (Galicia incluída) se asume que esos personajes deben actuar así, especialmente en el medio rural. La política de la red clientelar sigue estando muy viva y si algún político ha hecho algo importante por ti o un miembro de tu familia alguna vez a lo largo de la vida, le debes para siempre el voto. Es el vasallaje del que hablaba antes. Sólo así se puede entender esa sumisión y esos resultados.

Sin embargo, también hay quién opina que cualquier encuesta que salga estos días es completamente banal, muy alejada de lo que pasará en las urnas. Plantearse prácticamente un cuádruple empate en unas elecciones generales es algo completamente inédito en la política española. A nivel municipal, la influencia del candidato o la candidata a alcalde o alcaldesa es más influyente que sus siglas políticas y las nuevas fuerzas en muchos sitios no se presentan o se coalicionan con agrupaciones locales bajo nombres también nuevos. Aquí, en A Coruña, ha surgido la "Marea Atlántica" que integra una izquierda desencantada del nacionalismo, el círculo local de Podemos, Izquierda Unida y otras formaciones; Ciudadanos parece ser que ahora se presenta con una lista confeccionada a retales con ex miembros del PP, trasvasados de UPyD, gente de ideología conservadora que no les gusta la derecha clásica; un partido local que se llama Unión Coruñesa y que nunca sacó un escaño en el Ayuntamiento pero al que siempre le dan posibilidades; y una "franquicia" (por llamarlo de alguna manera) de un partido del municipio vecino de Oleiros que se llama "Alternativa dos Veciños" y que en ese ayuntamiento lidera un político que lleva varias legislaturas como alcalde y ahora quiere exportar su proyecto a los ayuntamientos limítrofes.

Así las cosas a nuestra candidatura sólo le queda una cosa: TRABAJAR incansablemente por el voto. El PSOE tienen un proyecto renovador para la ciudad y también para España, aunque mucha gente nos siga viendo como herederos de esa "vieja política" que cometió errores. Nuestra candidatura encabezada por Mar Barcón tiene a todos sus miembros nuevos excepto a 5, siendo una de ellas la que cierra simbólicamente la lista por haber sido concejal hace unos años. Tenemos un proyecto hecho para las personas, después de haberlas oído durante 4 años en la calle, en los barrios, en reuniones con colectivos, instituciones, asociaciones, vecinos y vecinas. Y creemos que ese cambio es necesario en la ciudad básicamente por un motivo: porque en 4 años que lleva el PP gobernando en A Coruña su política ha sido un reflejo de la que ha condenado a sus altos cargos, una política clientelar,  también salpicada por la corrupción, que quiere beneficiar sólo a unos pocos y no al conjunto de la ciudadanía de A Coruña. En definitiva, esta ciudad no está mejor que hace 4 años y pensamos que su alcalde no ha estado a la altura que la ciudad merece.

Yo contribuyo a ese proyecto convencido por mis propias ideas y porque creo que nuestra cabeza de lista es la persona más adecuada para liderarlo llegando a ser alcaldesa de A Coruña. En nuestra página web, www.marbarcon.es, están todas nuestras propuestas, nuestros perfiles, lo que nos cuentan los vecinos y nuestro diario de campaña. Ojalá las personas nos den su confianza y crean en nosotros, a fin de cuentas la verdadera encuesta se sabrá el próximo 24 de mayo.





miércoles, 8 de abril de 2015

YO NO SOY TRAPACERO

Hace pocos días mi amiga Pelocha publicaba en su blog un post un tanto estremecedor sobre lo que pasó en una de sus clases de holandés sobre el tema de la ablación en África, contado por una de sus compañeras de clase. En muchas sociedades africanas ese momento es una fiesta mientras que a nosotros nos parece una costumbre arcaica y denigrante para la mujer. Ella titulaba su post "Aberraciones" y yo hice una reflexión, a la par que ella, sobre los distintos valores culturales y morales que tenemos en cada cultura, buscando siempre mirar cada hecho de una sociedad con la perspectiva adecuada.

Todo esto viene a cuento de que hoy es el Día Internacional del Pueblo Gitano y voy a dedicar esta entrada a hablar y reflexionar sobre esta cultura tan presente en nuestro país y que ha sido desde siempre completamente marginada por muchos motivos.

Yo no voy a ir de enterado ni de avanzado, ya que sólo fue ayer cuando me enteré que hoy se celebraba este día. Me enteré gracias a una pequeña reunión que se hizo en la sede del PSOE de Coruña con dos miembros de la Fundación Secretariado Gitano y fueron ellos los que nos trasladaron la información. Y como tengo en clase una niña gitana, digamos que es de ley (y no gitana) recordarlos un día como este.

Para empezar, el pueblo gitano tiene bandera, aquí la tenéis:


Y su significado es: el azul de cielo arriba, representando el techo del hogar del pueblo romaní; el verde del campo abajo, representando el mundo por el que transitan y una rueda de 16 radios roja en el centro, variante de la que hay en la bandera de India, que simboliza el derecho a circular libremente sin tener fronteras.

También tienen himno, llamado "Gelem, gelem" ("Anduve, anduve"), establecido en el Primer Congreso Internacional Gitano de Londres de 1971. Su origen se piensa que es popular, con origen en Bulgaria y Rumanía, y que luego se adaptó.

Y de todos son conocidas sus propias leyes, su carácter nómada y, por desgracia, todo ese halo de exclusión al que siempre han estado sometidos en muchas sociedades, España incluída. Si se habla con muchas personas de la calle estoy seguro que hay aún mucho más rechazo a los gitanos que a inmigrantes de tal o cual país y a mucha gente no les hables de tener como vecinos a una familia de gitanos.

Precisamente esa exclusión, como cualquier otra discriminación a un colectivo, se ha intentado reducir y luchar contra ella desde que hay democracia en España. Desde la educación también, por supuesto. Cuando yo era pequeño había un pequeño poblado gitano enfrente de la casa de mis padres, en unas condiciones deplorables: chabolas en un campo con un camino por delante que se convertía en un barrizal muchas veces y por el que evitábamos pasar por miedo, porque había la idea general de que los gitanos eran gente "mala, peligrosa, diferentes". En A Coruña se fueron erradicando los asentamientos chabolistas y realojando a las familias en diferentes edificios, no sin polémicas o manifestaciones en contra en los barrios que los acogían. Pero siempre hubo políticas sociales de integración, de hecho una compañera de candidatura, Silvia Longueira, puso mucho empeño en ello cuando era concejala y es muy querida por el colectivo gitano de la ciudad.

Mi experiencia desde el ámbito educativo es diversa. No tuve mucho alumnado gitano en los colegios en los que estuve, pero a los que di clase eran muy diversos. Recuerdo en Ponferrada que una vez al año venía el Patriarca de allí a preguntar si asistían a clase. Lo hacían, pero las condiciones de estudio y escolarización eran otras, veías mucho rechazo a ellos porque si había un problema siempre implicaban al "gitano" que estuviese en la clase en cuestión. Hoy yo tengo una alumna gitana en mi clase. Sinceramente, está integrada, sus compañeros la tratan como una más y la quieren. Sin embargo, sí que tiene un déficit curricular, a pesar de que su familia se preocupa por su educación y está bien atendida. 

Hoy el suplemento escolar de "La Voz de la Escuela" conmemoró esta fecha en sus páginas y yo aproveché la ocasión para hablar en clase. Dejé libertad a mi alumna, para que nos contara costumbres, anécdotas, palabras del idioma romaní y vi que sabía cosas. Curiosamente lo primero que dijo fue la costumbre de que las niñas se casen jóvenes y de la costumbre de "pedirlas" a su familia por parte del novio y su familia. La verdad es que sus aportaciones fueron muy bien recibidas y escuchadas con interés por el resto de la clase, pero al mismo tiempo todavía hubo comentarios negativos hacia ellos: el tema de implicarlos siempre en actividades delictivas (robos, drogas, trampas...) que evidentemente atajé comentando que también hay payos que roban, venden droga o delinquen.

Luego vimos un par de vídeos en los que se mostraba a gente famosa de todos los ámbitos que fueron (o son) gitanos y he de decir que fui el primer asombrado al ver que Charlot, Michael Caine, Elvis Presley, mi admirada eurovisiva Edyta Gorniak o Ibrahimovic (futbolista) eran de origen gitano, a mayores de los grandes artistas que conocemos en España gracias al flamenco, por ejemplo.

Y por último, como eje de las conmemoraciones del día de hoy, se ha difundido un vídeo pidiendo a la Real Academia Española que suprima del diccionario de la Lengua una acepción de la palabra "gitana/o" que lo define como "trapacera/o". El vídeo también lo difundo porque creo que conseguirlo será un paso más para la igualdad y para la inclusión. Hay todavía mucho camino que recorrer y muchas acciones por hacer para conseguir que nuestra sociedad sea modelo de integración con este colectivo al que, si nos fijamos bien, le debemos tanto.

#YoNoSoyTrapacero


sábado, 4 de abril de 2015

PROCESIONES

Debemos ser uno de los pocos países del mundo con la costumbre de sacar por las calles en esta época del año a todo el repertorio de cristos, vírgenes y santos que tenemos en nuestras iglesias. A mí personalmente es una tradición que me gusta, al margen de todo el significado religioso que lleva implícito. Supongo que tendrá que ver mis vivencias de la infancia, ya que en estas fechas de Semana Santa solía irme a Lugo y allí iba con mi abuela a cuanta procesión había, desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, y las recuerdo todas. Tampoco voy a negar que con 9 ó 10 años ver la imagen de Cristo muerto metido en una urna de cristal en la procesión del "Santo Entierro" me producía cierto temor y con el tiempo reconozco que es una imagen bastante macabra para cualquier chaval. La capacidad de razonar y de asimilar que la tortura que supuso lo que llamamos "Pasión" de Jesucristo con la posterior crucifixión era un castigo atroz, por lo que ver esa imagen continuamente en cientos de pasos que procesionan por toda España no deja de ser algo que puede traumatizar a un niño si no se le explica realmente lo que es.

Sin embargo, en pleno 2015 el fervor religioso de estos días se va perdiendo. Incluso en los lugares de España donde más se viven las procesiones, como pueden ser Andalucía o Castilla y León, pienso que gran parte de todo este ceremonial es una atractivo turístico que aporta beneficios a ciudades como Sevilla o Valladolid y que para los autóctonos no deja de ser un mero acto social que va dejando de lado el tema de la fé. Yo estos días fui por primera vez a las procesiones en A Coruña, con todo el despliegue de Policía Local, Protección Civil y demás. Son unos actos pequeños, lejos de la magnitud de las procesiones del sur de España, incluso de las de Ferrol o Viveiro que son las más renombradas de Galicia. Y al margen de cuestionar los motivos por los que cada uno decide ser porteador, llevar capirote o ir de mantilla, hay cosas que no tienen una conexión lógica.

La mezcla entre lo religioso y lo militar está presente en muchos de estos desfiles. Aquí, por ejemplo, al salir una de las imágenes de la iglesia que la alberga, una banda tocó el himno de España. Sinceramente, no encuentro ni la más mínima relación. Y a continuación la misma banda toca la melodía de la "Sinfonía del Nuevo Mundo" de Dvorak para a continuación la "Marcha del Antiguo Reino de Galicia" con sus gaitas correspondientes. Desde luego la música de religiosa, nada.

Luego, a pesar de que la gente mantiene un silencio educado y respetuoso cuando pasan las imágenes delante de ellos, ves que algunos y algunas de los y las cofrades están allí por una obligación impuesta y con cara de "maldita la gracia tener que estar aquí". Y con la suerte que hemos tenido de una Semana Santa de sol, porque si está frío o amenaza lluvia, la procesión sí que se convierte en un verdadero suplicio.

Hace años asistí a una de esas procesiones míticas en Málaga, la del Cristo de Juan de Mena que portan los legionarios que vienen ex profeso desde Melilla para hacerlo. La expectación desde horas antes de la salida del paso delante de las puertas de la iglesia es espectacular, pero también sientes que toda esa puesta en escena forma parte de un ritual al que muchos asisten no por fé, sino porque hay que estar allí. Realmente, esa vinculación de los diferentes cuerpos de seguridad o batallones militares con tal o cual imagen religiosa me resulta a estas alturas de la vida un tanto artificial. Pero claro, todo tiene su lógica cuando te das cuenta de que los dos grandes estamentos que siempre hubo en España, la Iglesia y el Ejército (amplíese a todas las fuerzas de seguridad), siguen siendo jerárquicos y de ahí ese "matrimonio" de conveniencia que siempre han tenido. Guardia Civil, Policía Nacional, la Armada, la Legión... aparecen en muchas de las procesiones de estos días acompañando a las más diversas advocaciones de vírgenes o a cristos penitentes, crucificados o sepultados.

Sin embargo, yo estoy orgulloso de esta manifestación cultural española. Me imagino que los turistas extranjeros que visitan España estos días tienen que alucinar con todos estos actos y más aún si se adentran en el rural y se encuentran con manifestaciones más arcaicas y, esas sí, de verdadero fervor y penitencia personal. Ejemplos como los "empalaos" de la Vera en Cáceres o los "picaos" de San Vicente de la Sonsierra en La Rioja son realmente estremecedores y no aptos para mentes sensibles o incluso para los niños. Siempre y cuando todas estas decisiones las adopte uno libremente, pues adelante. En cualquier caso, la religión tiene que formar parte de la vida privada de las personas. El hecho de que culturalmente se le dé un carácter público con las procesiones no significa que haya que institucionalizarlas. Supongo que con el paso de los años en muchos lugares se irá perdiendo esta tradición porque muchos jóvenes ya pasan de cualquier tema religioso, pero en otros perdurará. Para ello es vital el empeño y trabajo de las cofradías y sus integrantes a los que hay que agradecer que esta costumbre no se pierda. Mi respeto hacia todos ellos y que su labor sirva para que se valoren más desde el punto de vista cultural y artístico las procesiones de Semana Santa.