jueves, 31 de diciembre de 2015

OTRO AÑO MÁS

10, 11, 12, 13, 14... y 15. 5 años y medio escribiendo y esta aventura sigue. Se acaba 2015 y mucha gente hace resumen de cómo le ha ido el año. Los lectores que me siguen ya han ido leyendo que este año ha estado muy marcado por la política en España. Y yo metido en ella. En unos momentos en que la política y sobre todo los políticos están tan cuestionados y desprestigiados, allá voy yo y me enrolo plenamente en las actividades de mi partido. Sinceramente, no me arrepiento. He conocido a gente interesantísima, vinculada a diversos colectivos de la ciudad y con experiencias vitales y laborales fascinantes. Muchos de ellos forman ya parte de mis amigos y también ellos y ellas me han acogido con entusiasmo, cariño, alegría... a pesar de que los resultados obtenidos no fueron los esperados tanto a nivel municipal como nacional, por causas que en el futuro estudiarán los politólogos. No me voy a extender con este tema porque alguno de vosotros me ha dicho que estoy demasiado enfrascado en este tema y que aburre. Pero sí diré que para mí ha sido también una gran terapia para esos momentos de soledad que aún mantengo, a pesar de que mucha gente quiere que encuentre a alguien para "resetearme" y re-comenzar.

Hay momentos de reflexión, mucha. No es que sienta la necesidad de tener pareja, pero sí que no me gustaría vivir siempre solo. Pero también he aprendido a conocerme mejor, a sobrellevarlo y a disfrutarlo y a veces pienso que no es fácil adaptarse ya a estas edades a otra persona que también lleva su bagaje a cuestas en experiencias vitales. Es decir, que cada vez nos hacemos más exigentes con las otras personas que se acercan a tu vida sobre todo porque no quieres más engaños ni desengaños. Eres más cauto y buscas, sobre todo, no sufrir. Así que la rutina de trabajar en el colegio, con mi "tribu" de 24 personajes que dan para una buena película, sumado a los avatares de los estudios y las vidas de mis hijos, llenan muchas horas. 

Económicamente no voy a decir que estoy mejor. Se puede decir que sobrevivo con lo que me queda después de lo cobrado por mi trabajo y desembolsado las obligaciones monetarias de un divorcio, resumidas en parte de la hipoteca de la que fue casa familiar, mi alquiler y la pensión de alimentos. En estos tres conceptos se van prácticamente 2/3 de mi sueldo, así que os podéis imaginar la austeridad que me toca vivir: mi "fin de mes" generalmente está por el día 10, así que no queda más remedio que estirar y estirar y sacar de donde no se puede o de los ahorros, que merman a velocidad de vértigo. Aún así, desde el año pasado y a raíz de una conversación con una amiga, tengo una pequeña fórmula para ir haciendo un "fondo" que me dé para algún capricho: meter cada día 2 euros en una hucha, por lo que al acabar el mes tienes ahí 60 euros que, si se van acumulando, dan por ejemplo para poder salir una semana de vacaciones en verano en compañía de un par de grandes amigos y rebuscando ofertas de vuelos y alojamientos por ahí adelante. Eso sí, si no surge un imprevisto que te trastoque todo, como ahora en Navidades que, a pesar de la paga extra, entre regalos de los niños y demás cosas, gran parte de ella se va. Y es que hoy comprar cualquier cosa con un mínimo de calidad para un crío te dejas 30-40 euros, descartando por supuesto cualquier artilugio tecnológico, y hay sobrinos y ahijado a mayores a los que también hay que corresponder.

Y poco más. Que ha sido un año de asentamiento, esperando que 2016 mejore las cosas. Siento que el tiempo pasa volando, que estoy ya más cerca de los 50 que de los 40 y que mis mayores cumplirán en pocos días 80 años. ¡¡80!! Yo firmo llegar a ellos porque aunque la esperanza de vida lo hace fácil, lo importante es llegar en forma y con pocos achaques, pero esta vida estresada que llevamos nos lo pondrá difícil. Siempre fui un poco hipocondríaco, pero es que pensar que te puedes ir de esta vida en unos segundos por un infarto o un accidente, te deja un poco temeroso, porque hay dos niños que te necesitan y que, a pesar de alguna riña que otra, hay que enseñarles a escoger su camino y solo le pido a la vida que me los deje ver encarrilados y felices, o al menos, intentando serlo. Se quiere tanto a los hijos que, aunque parezca melodramático, mi vida son ellos, mi mente está en ellos y es complicado explicar ese vínculo paterno-filial que es, básicamente, una de las cosas por las que merece la pena existir.

¡¡¡BUFFF, qué filosófico!!! ¡¡Pero si se acaba el año, no se acaba el mundo!! Aunque a veces parezca que sí viendo determinadas noticias en la prensa o la televisión. Normalmente pienso que los años que existen acontecimientos deportivos internacionales (Mundial de fútbol o Juegos Olímpicos)  la gente focaliza su existencia en ellos y elude las realidades que viven muchas personas. 2015 no ha sido el caso y nos hemos conmocionado con varias noticias atroces: los atentados yihadistas, la travesía de los refugiados y en España la lacra de la violencia de género, que sigue provocando muertes de mujeres en cifras intolerables. De todo ello ya fui hablando en el blog y para mí la imagen del año es la de Aylan ahogado en las costas de Turquía. A mí se me encoge el estómago viendo sufrir a la gente de esa manera y trato de ayudar desde aquí como puedo. No me importaría acoger a gente en mi casa, pero desde que saltó a los medios el drama desde Grecia a Alemania, atravesando Hungría, los Balcanes, Austria y viendo las imágenes que vimos, los gobiernos no mueven ficha. Todo parece que ha quedado en acciones simbólicas acogiendo a una familia en concreto que fue noticia pero no en medidas realistas de acogimiento e integración para toda esta gente. Y claro, con estas situaciones también surgen comentarios xenófobos que me enervan al máximo. Es difícil aguantar la racionalidad cuando alguien a quien consideras formado cuestiona que no se deba ayudar a esta gente y te habla con desprecio de seres humanos que están viviendo un drama. Yo siento que no aguanto en casa, que me cogería hoy mismo un avión y me iría a donde pudiese ayudar, pero claro, tampoco puedo dejarlo todo de repente y marcharme a Serbia, por ejemplo, para hacerlo. Ver a los niños sufrir, pasar frío, hambre, llorar, dormir en un colchón en un bosque... son imágenes que nos tienen que hacer pensar un poquito qué somos y sobre todo cómo somos. Confío que en 2016 este tema mejore y podamos llegar a tener a toda esta gente asentada y comenzando una vida nueva, lejos de bombas y fanatismos medievales. Sin embargo, en 2016 hay Juegos Olímpicos y seguro que en esas fechas todos estaremos mirando a Río de Janeiro mientras en el Mediterráneo se siguen ahogando personas que aunque para nosotros son anónimas, tienen nombre y apellidos.

Por eso cuando algo bueno pasa, aunque sea por azar, me emociono y me saltan las lágrimas. La última vez el día 22, cuando tenemos a los agraciados de la lotería de Navidad en la tele mientras para el común de los mortales españoles es el "Día de la Salud". Este año, en Roquetas de Mar, la vida ha cambiado para un inmigrante senegalés que lleva 8 años en España y que ese día le tocaron 400.000 euros. Cuando los reporteros lo entrevistaron y dijo que él había llegado en patera y que ese día solo tenía en el bolsillo menos de 5 euros para comer, piensas que, al menos para unos pocos, se hace justicia. Me alegro por Nguema y por todos los que la fortuna les sonríe, de una forma u otra, alguna vez en la vida, yo me emocioné como lo hizo él al contar su historia y empezar a llorar. Mi hija cuando me pongo así me mira y se calla, pero lo comprende porque me acaricia. Eso también es una buena lotería. Y aunque el dinero no da la felicidad, desde luego ayuda, y en este caso, mucho; si aún por encima te acarician, eso ya es lo más.

Bueno, resumiendo, que no le pido nada especial a 2016. Bueno, sí, le pido VIVIR, con mayúsculas y con todo lo que eso implica. Ahora me fijo más en las pequeñas cosas y cualquier detallito me hace ver que la vida es eso, vivir el momento, disfrutar de las pequeñas cosas. No hay recetas mágicas para la felicidad. Me conformo con mi coche pequeño de dos puertas (¡¡aunque no niego que lo cambiaría por uno de cuatro!!), con que no llueva, (o sí), con que pueda comprar los regalos de Reyes o esa cartulinas de colores que me pide mi hija, por cuidar de una planta de casa y conseguir que no se seque, con las ocurrencias de mis alumnos en el día a día y ¡¡poder ver Eurovisión!! Y si llegan los ahorros, poder disfrutar de esa semana de vacaciones con un par de amigos compartiendo experiencias por el mundo porque es lo que nos llevaremos y lo que recordaremos siempre con una gran carcajada. En fin...

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!


martes, 22 de diciembre de 2015

MIS SUEÑOS NO CABEN EN TU URNA

Ojalá esta entrada la lea la persona que creó la frase con la que la titulo. Es una frase preciosa, pero más aún si la ponemos en contexto. Ayer se vivió una jornada electoral histórica en España porque se produjo un cambio importante en la composición del Parlamento al irrumpir las dos fuerzas políticas basadas en formaciones ciudadanas, Podemos y Ciudadanos, dando fin al clásico bipartidismo que teníamos desde 1982.

Como es habitual en mí y al ser militante del PSOE, pues me fui de apoderado al colegio electoral de mi barrio, donde el resto de los apoderados de otros partidos políticos también son habituales, ya nos conocemos y vivimos unas horas en un ambiente agradable, sin grandes disputas a pesar de las diferencias ideológicas. Nervios y un poco de desinformación en los y las integrantes de las mesas pero que siempre intentamos suplir con ayuda y colaboración y es bien recibida, sin ocurrir demasiados problemas. 

Mucha participación vivimos ayer, llegando a producirse alguna cola en las 6 mesas que tenemos siempre en el colegio. Pasa gente conocida que te saluda, que les ayudas (por cierto, por allí pasó nuestro querido Arturo, el conductor de autobús, con su mujer a votar, tan agradable como siempre), alumnos de los colegios que te conocen y que tienen curiosidad por votar, en definitiva, vecinos, la democracia en estado puro. A pesar de las encuestas, siempre queda el momento crucial del escrutinio y ayer se presentaba intenso, no sólo por el cambio sino también porque hay que contar papeletas del Congreso y del Senado y éstas son nominales, puedes votar a candidatos de diferentes partidos, por lo que el recuento es más lento.

Y como siempre, anécdotas. Desde el que se cambió de domicilio y no está en el censo hasta la joven que viene por primera vez a votar y te pregunta cómo hay que hacerlo (algo que me asombra, pero bueno, allí estoy yo en plan didáctico, va con la profesión); ancianos en pareja votantes de unos y de otros, preguntas con "sorna" como el "¿qué? ¿como quedará a cousa?" en clara sintonía con las siglas que llevas en el colgante que te identifica con el partido político al que representas; cafés, aguas, chistes, tertulias, periódicos, whats app... Y llega el recuento.

Al poco de empezar con la urna del Congreso sacamos uno de los votos más bonitos que he visto en mi vida. Un voto pensado a conciencia, elaborado, bien doblado y metido en el sobre, que traía una pequeña etiqueta cerrándolo con el nombre de la persona votante. Sorpresa y admiración sentimos todos los miembros de la mesa y los apoderados, solicitando permiso a la presidenta para sacarle una foto que al instante compartimos por las redes sociales y podría convertirse en la imagen de la jornada. Posteriormente los periódicos publicaron otros votos similares, pero yo me quedo con el mío, con el de mi urna, porque no sirve, es nulo, pero dice mucho. Seguramente una gran poeta o artista se esconde tras esa frase y esa elaboración, a la que desde aquí le felicito. Si llega a leer esto, me encantaría recibir su comentario, de forma anónima como recibimos su voto y ojalá que, llegue a donde llegue, sirva al final para algo, para un cambio aunque sea pequeño. Ahí os lo dejo.



sábado, 5 de diciembre de 2015

¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Hoy ha sido un día extraño. Es viernes, inicio de puente festivo y mola. Los niños están conmigo y han tenido una tarde un poco especial, G. ha ido a un cumple de una amiga y M. primero a pasantía y después a casa de un amigo. Estamos a punto de evaluar a los alumnos este primer trimestre y hay trabajo de fin de semana. Una escapadita el domingo a Padrón, algún acto de campaña electoral (que ya estamos en pleno ajetreo de cara a ese 20-D que parece como un antes y un después, una segunda transición), algún adelanto de compras navideñas y descanso activo.

Pero volviendo a lo del día "extraño" siento a veces que ocurren cosas que me hacen reflexionar y no siempre de una manera que muchos llaman "políticamente correcta". Y no me refiero a nada que tenga que ver con elecciones ni partido ni nada, sino a la vida misma. El hecho que originó esta reflexión hoy fue trágico, pero ocurrió aquí al lado de casa. Volví tarde del inicio de la campaña electoral, me conecté a internet y entre las últimas noticias aparecía un suicidio de un maltratador que a punto estuvo de llevarse por delante la vida de su ex pareja pero que gracias a la intervención de los vecinos ella y el anciano al que cuidaba se salvaron, ya que el maltratador se tiró por la ventana de un cuarto piso al verse acorralado por la policía. Aquí os dejo el enlace a la noticia

En un país que mata cada año a cerca de 50 mujeres y que tiene una Ley Integral contra la Violencia de Género, y me expreso así porque aunque los ejecutores son hombres, una situación que se lleva repitiendo en los últimos años sin parecer que decrezca tiene que inducir a pensar que algo está mal en esa ley o que no se está aplicando como se debería. En el caso de ayer todos los protocolos actuaron correctamente porque el hombre tenía una orden de alejamiento de la mujer y al acercarse a ella, se activaron los avisos a las Fuerzas de Seguridad que enseguida se personaron en el domicilio donde ocurrieron los hechos y también por la ayuda de los vecinos, la mujer logró salvarse porque además él tuvo el arrebato de tirarse por la ventana. Hoy en el barrio no se hablaba de otra cosa, primero con el cotilleo de saber si era algún vecino y las circunstancias que propiciaron ese desenlace. Parece ser que ninguno de los dos eran vecinos, sino que ella trabajaba aquí cuidando de noche al señor mayor y el potencial asesino la esperó en el entorno de ese domicilio. A continuación la gente pasó a comentar el alivio que supuso saber que ella se salvó, lógicamente (y yo también); sin embargo, en un momento en que iba en el coche y comentaban la noticia por la radio yo pensé en él, en el maltratador suicida. 

Sé que a lo mejor lo que expreso no gusta, pero yo reflexioné sobre ello y sentí cierta inquietud y hasta pena por determinados comentarios de desprecio hacia él. Sentí que nadie se acordó de él. Entiendo que nos congratulemos de haber salvado a una persona, pero si ante eso guardamos rencor y odio hacia el maltratador, sin tratar de entender por qué llega a esa situación, creo que no es ético. Un maltratador lo es porque ha tenido una vida dura y difícil en su entorno, tal vez también una infancia como maltratado y una gestión emocional errónea, ninguna capacidad de empatía y, en definitiva, un fracaso en su desarrollo como persona. Con esto no los justifico, que nadie me entienda mal, pero es la misma sensación que se puede tener ante alguien que comete un hecho delictivo grave y que sin embargo, tiene gente que entiende que lo haya podido ejecutar. Nada justifica que una persona mate a otra, repito, NADA; sin embargo en determinados crímenes ha habido opiniones para todos los gustos, incluso justificando la acción por parte del asesino o asesina en determinados sectores. Y sin llegar a crímenes pero sí a delitos, es como por ejemplo cuando alguien expresa en alto ante una violación la asquerosa frase de "bueno, es que ella también vestía muy provocativa" y se consiente ese comentario por parte de amplios sectores de la sociedad, lo cual, insisto, me parece repugnante.

Yo no he leído la Ley Integral contra la Violencia de Género, pero en los últimos meses y ante la periodicidad de los crímenes contra las mujeres, me he enterado de dos cosas que también son para reflexionar. La primera es que parece ser que existe un estudio de un sindicato muy conocido en España que demuestra que, ante manifestaciones de recuerdo de las víctimas (como la ocurrida el 7 de noviembre a nivel nacional en Madrid) o campañas de sensibilización en los medios, aumenta el número de casos de violencia de género contra la mujer. Este año también ocurrió y posteriormente a esa fecha hubo varias muertes de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. Y la segunda cosa es que existen también casos de violencia de mujeres contra hombres, no tanto con resultado de muerte (alguno sí lo ha habido), pero resulta que no se incluyen como delitos dentro de esa ley, sino que se sigue llamando "violencia doméstica" y no se aplican los protocolos de protección especificados en esa Ley Integral. Hace pocos días me comentaba un conocido que, ante un caso de separación o divorcio, por ejemplo, en el que es la mujer la que toma la decisión de hacerlo, en muchos casos el hombre está completamente desamparado por ley y su vida posterior es un auténtico infierno en lo que respecta a su situación económica por la cantidad de gastos a los que tiene que hacer frente mientras su ex pareja queda en una situación más que acomodada. Esa sensación de estar completamente anulado en temas referidos a sus hijos, a su independencia económica, llegando a producirse una grave alteración de su personalidad, sería fácilmente desencadenante de episodios de violencia de género. Hace pocos días se publicaron dos casos en la prensa regional en el que efectivamente dos hombres quedaron prácticamente en la calle, uno por una denuncia falsa de su hija y otro porque su mujer, ante un accidente grave de él, logró usurparle todos sus bienes y vivía básicamente de la caridad. Yo no puedo entender cómo la Justicia puede permitir situaciones como estas en España, pero hablando con amigos y amigas expertos me han confirmado que, por desgracia, así es.

En mi caso tengo que decir que tengo vivencias y situaciones en las que siento claramente esa desigualdad e injusticia en mis carnes, aunque en otros aspectos no, porque también conozco casos de personas cercanas que han sido (y en algunos casos siguen siendo) auténticos calvarios de juzgados, sentencias, gastos y demás, con las consecuencias que se derivan sobre todo para los hijos e hijas. Y ojo, no digo que también existan casos en la que la situación sea al revés, que sea el hombre quien deja en la calle a la mujer (alguno personal también conozco), pero el sentimiento general que percibo en muchas conversaciones en las que además me implico también por mi situación de divorciado "express", es que actualmente la sociedad no comprende una situación de privilegio de la mujer en este tipo de situaciones, sino de igualdad.

Titulé el post con una pregunta porque expresar esto me hacía medir mucho lo que digo y sobre todo cómo lo digo. Pero sí, hay determinados momentos desde que estoy divorciado en los que siento que no puedo expresarme libremente en este tema, que cualquier cosa que diga podría ser utilizada en mi contra. Ayer, un compañero se acercó a mí y me lo comentó muy en voz baja con la misma sensación "no poder decir lo que siente porque se pueden herir ciertas sensibilidades". Por eso digo que hoy ha sido un día extraño. Porque me he planteado cosas que cuestionan determinadas políticas y acciones sociales que están asentadas y que pueden crear malos entendidos, enemistades o incluso reproches cargados de rabia. Creo en la IGUALDAD, en todos los aspectos de la vida, pero recalco, en TODOS (...) Y este paréntesis es porque tenía algo escrito y lo borré porque sé que no se va a entender lo que quiero expresar.

Algunas personas pensarán que lo que he relatado aquí es machista. Yo no me siento así nunca. Bueno, siempre he sido una persona que he atendido a razones, que me pliego a una explicación coherente y razonada sobre cualquier tema y cambio de parecer sin rencor ni obcecación con mis ideas. Alguna vez he vivido situaciones con alguna mujer que enarbola la bandera del feminismo y me ha echado en cara, por ejemplo, que no le dejé pasar primera al abrir una puerta o que no la ayudé con unas bolsas o en una tarea. Hace poco tiempo me acusaron de entrar yo primero en un restaurante en el que previamente había hecho una reserva para avisar que habíamos llegado y la mujer que entró detrás de mí me lo echó en cara, siendo una feminista de pro. ¿En qué quedamos? Si no lo hago y le cedo el paso a lo mejor también me lo echaba en cara... O regalar un ramo de flores y espetarme un "¡qué regalo tan machista!" Yo a una contestación así le llamo mala educación y creo que la mujer que contesta así ante un regalo hecho con cariño por parte de un hombre, no merece de éste la más mínima atención, por el desprecio que demuestra hacia él.

En conclusión, que hay mucho camino que recorrer, pero desde la perspectiva de la IGUALDAD. Leo en facebook cada día muchos comentarios machistas, incluso escritos por mujeres; tampoco me gustan. Pero desde abajo, desde la infancia, el camino a recorrer es duro y a veces difícil porque desterrar hábitos y actitudes muchas veces adquiridos de manera inconsciente cuesta, y a veces las leyes quieren ir tanto por delante que se pasan y no ayudan, o incluso llegan a producir el efecto contrario, un retroceso. Pensemos, reflexionemos y busquemos soluciones prácticas que frenen las muertes y lleguemos a esa sociedad igualitaria de género.