sábado, 28 de febrero de 2015

MARKETING PARA EL CONSUMO

Es interesante analizar cómo las grandes empresas organizan sus campañas de marketing para captar clientes y atraer a los consumidores. Y nosotros, los consumidores, acabamos cayendo en sus garras, sin contemplaciones. En mi caso, y debido al control estricto de gastos que debo hacer para poder subsistir, he vuelto a mirar ofertas de alimentación de los más variados supermercados e hipermercados.

De todos es conocido al red que tenemos en A Coruña de estos establecimientos: unos cuantos hipermercados con una publicidad muy agresiva sobre todo en los buzones (3 x 2, -70% en la 2ª unidad, precios sin IVA...), una densa red de supermercados de la cadena gallega por excelencia y algunos más de otras cadenas que gen eran una buena competencia. Mi rutina de compras se centran en ir una vez al mes o cada dos meses a uno de esos grandes hipermercados de los cuales tengo una tarjeta de fidelización y de pago. Como cobré ayer mismo, pues ayer mismo por la tarde allá me voy, después de mirar un folleto que ¡oh, casualidad! cayó en el buzón esa misma mañana, en el que el gran reclamo era el 3 x 2.

Marco los productos en el folleto para no pasarme ni un pelo (cosa que ellos ya se encargan de que NUNCA consigas) y empiezo la ruta con el carro y con mi hija de acompañante. Realmente voy cogiendo lo que preciso y creo que a mayores sólo cogí una tarrina de queso para untar sin lactosa porque me pareció un producto novedoso y que me apetecía probar y el precio no se disparaba con el mismo producto clásico. En esa oferta se incluían croquetas congeladas y yogur tipo "griego". Después de la compra, llego a caja y siempre, SIEMPRE, reviso el ticket. Al instante compruebo que dos de esas ofertas de 3 x 2 no me las hacen, precisamente los productos que os reseñé.

Voy a caja central y me dicen que las croquetas hay dos de 2'60 y 1 de 2,70 que NO entra en la promoción, que es mejor que las devuelva y las vuelva a comprar. El envase es exactamente igual, la misma marca, pero una era de un sabor y otra era de otro y ese no entraba. ¡¡Mecachis, que mala vista tengo!! ¿O será que las ponen juntas en la parte más baja de la nevera congeladora para que las cojas aposta?

Lo mismo pasa con los yogures. Resulta que entraban en la oferta los de una marca concreta (la digo porque me da la gana, Nestlé), pero no los de la otra (evidentemente, Danone). Y yo le digo a la dependienta, "pues yo he cogido los tres de la misma marca". ¡Oh, craso error! Resulta que no, que cogí uno de Nestlé y dos de Danone, pero por fuera hay muy pocas diferencias entre ellos y, por supuesto, están juntos también en la nevera. Jueguen ustedes a "Busque las diferencias":


Aquí Danone


Aquí Nestlé

Total, que me hace la devolución de los 6 artículos y el importe eran más de 11 euros. De haber entrado en la oferta, hubiese pagado exactamente 7,42 euros, lo que implica un ahorro de unos 4 euros. Al mismo tiempo me informa que, a continuación, puedo volver a entrar y coger los artículos correctos y volver a pasar por caja.

Pero ahí fui yo un poco más listo. Al pagar, y por tener la tarjeta de fidelización, con el ticket te salen una serie de descuentos que son aplicables a partir de una fecha. En concreto, me dieron un ticket de descuento de 5 euros (al gastar más de 40) y otros dos con descuentos del 25% en un par de productos. Entonces pensé: "bueno, como tendré que volver al hipermercado a coger otras cosas, cuando vuelva compro los yogures y las croquetas y me aprovecho del descuento del 3 x 2 más los 5 de descuento adicionales". Y creo que tomé una decisión importante. Algunos dirán: "hombre, con lo que gastas en la gasolina del coche, ya no te compensa". Bueno, de mi casa al hipermercado hay poca distancia, no para ir andando y volver cargado con bolsas, pero teniendo en cuenta que si, además, echo gasolina al coche puedo ahorrarme hasta un 8 %, pues el tema compensa.

El caso es que aún así volví a revisar el ticket en casa y por una promoción que me ofertaron dentro del supermercado también de 3 x 2, no me hicieron el descuento al pasar por caja. En ese caso no era plan de volver con los productos al hiper, ya que la diferencia era mínima (poco más de un euro), pero adonde quiero llegar es a ser consumidores responsables. Se puede ahorrar, y mucho, comprando en un hiper/super u otro. De hecho, últimamente llegan a casa descuentos en cupones, ofertas por usar la tarjeta de tal banco y otras cosas más. Está claro que muchas veces es para fomentar el consumo y para que "piques", es decir, para incitarte a comprar algo que en realidad no necesitas, pero en otras ocasiones la oferta o el descuento en cuestión compensa. En una ocasión, hace pocas semanas, en una compra que hice en unos grandes almacenes por todos conocidos, logré rebajar el precio de dos prendas de ropa que costaban 99,90 euros a menos de 46, entre ofertas, usos de tarjetas y una tarjeta descuento que poseía de 20 euros. Ya sé que, a pesar de todo, el comercio gana (y así tiene que ser), pero es responsabilidad nuestra saber consumir. Recuerdo hace unos años, en una de mis vacaciones estando en Holanda cuando volvía a casa, una conversación que tuve con el director de mi sucursal bancaria, de la entidad financiera más solvente del país. Como allí tengo mi hipoteca, en unas condiciones bastante buenas (a día de hoy está a menos del 1%) y por aquel entonces la cuenta era sólo para eso, ya que el dinero que ingresaba por el trabajo en el exterior lo derivábamos a una cuenta de ahorro con un tipo de interés más alto, el director llegó a decirme que "es que contigo el banco está perdiendo dinero" por hacer esa derivación. No le contesté con un "pues te j****" porque me considero bastante educado, pero en los tiempos que corren mi dinero (o la parte que pueda, al menos) lo manejo yo.

Así que ya sabéis, a buscar ofertas, promociones, "outlets" y demás gangas, que no está el bolsillo para dispendios, a pesar de que, por lo que me cuentan, hay cosas que siguen sorprendiendo. Me han contado que para celebrar una Primera Comunión en julio había que pedir sitio en un restaurante... ¡¡en noviembre del año pasado!! Y que a estas alturas ya está difícil la cosa. En fin, será que los billetes de 500 siguen circulando sin control.



1 comentario:

  1. Pues sí, y lo que no sabes (el comportamiento del consumidor es una ciencia, sobre todo en supermercados... Somos como ratitas en laberintos, casi de forma literal).

    Sobre lo del banco que perdía dinero contigo: siempre le podías responder que si no quiere tu dinero, que tranquilo, que ya habrá alguien que lo quiera.

    Un saludo :-))

    Paquito.

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