lunes, 26 de mayo de 2014

UNOS PUEDEN Y OTROS LO INTENTAMOS

Acabamos de vivir una jornada electoral a nivel europeo. En España, los resultados han tenido alguna sorpresa y los primeros comentarios en las tertulias televisivas destacan dos titulares: el fin del bipartidismo y la irrupción de partidos que han atraído votantes desencantados de la situación de crisis actual. Cuando hablo de crisis no hablo de crisis económica, sino de crisis moral, de valores, del hartazgo de los políticos de toda la vida. 

Durante el día de hoy he estado de interventor del partido político en el que milito en una mesa electoral en mi barrio. No me da miedo decirlo ni agachar la cabeza por ello, soy militante del PSOE desde hace unos años por muchas razones, incluso de historia familiar. Tampoco voy a empezar este "post" como si aquí no hubiese pasado nada, está claro que mi partido no ha obtenido buenos resultados a nivel global, pero sí empezamos a ver la luz a nivel local. En mi mesa electoral había 1004 electores. Se llegó a la cifra de 458 votantes, lo cual no es nada despreciable para unas elecciones europeas. Había otras mesas en el colegio electoral, mucho interventor del PP, alguno del BNG y representantes políticos de dos candidaturas nuevas: VOX y PODEMOS.

La cordialidad, el sacar adelante un trabajo de 13 horas sin que hubiese contratiempos, fue algo a destacar. Buena relación entre todos, miembros de las mesas e interventores. Como el día dio para charlar en momentos de pocos votantes, yo estuve hablando un rato con los de las dos nuevas candidaturas reseñadas. El representante de VOX se mostró distante, un tanto esquivo y sin dar muchas explicaciones; sin embargo, el representante de PODEMOS me explicó quienes eran, que objetivos e ilusiones tenían y tuvimos una relación bastante más fluída que con el primero. Interventores del PP, del BNG, del PSOE, colaborábamos en un trabajo de ayuda a los miembros de las mesas y facilitándonos la tarea entre todos, lo que no deja de demostrar que, en las distancias cortas, la normalidad democrática entre los dos grandes partidos y la ciudadanía de a pie tiene mucho que decir a los cargos de las ejecutivas regionales o nacionales.

Me llamó la atención una cosa a medida que iba avanzando la tarde: el número de electores jóvenes que llegaban a votar era más habitual de lo normal. Pandillas de veinteañeros se acercaban juntos a votar, alguno incluso lesionado y en muletas, lo cual me hizo reafirmarme en el hecho de que la juventud de nuestro país está concienciada y preparada. Lógicamente e históricamente, la afluencia de este sector de la población te da esperanzas, ya que la otra cara de la moneda es cuando ves que llegan ancianos que casi no pueden ni andar, ayudados de sus familiares y con el voto más que condicionado. 

A las 8 comienza el escrutinio. Y ya en las primeras papeletas nos damos cuenta de que algo está surgiendo y que tiene visos de llegar muy alto. En paralelo a las dos candidaturas del bipartidismo aparece una nueva formación que casi les alcanza, una formación de izquierdas y que su programa ha calado en la juventud universitaria de España: PODEMOS llega a ser la tercera fuerza política en mi mesa electoral siendo la gran sorpresa de la jornada y la revolución en todos los informativos. Mi consuelo: el PSOE ganó en mi mesa electoral con 20 votos más que PODEMOS y 9 más que el PP. Salí satisfecho del trabajo hecho y de mis ideas políticas, que seguro coinciden también con muchas de la nueva formación.

A lo largo de la noche vamos viendo los resultados obtenidos en toda España: datos malos para el PSOE y el PP y más que óptimos para las candidaturas que ya tenemos que dejar de llamar "minoritarias" porque se han plantado en Estrasburgo. Lo que sí queda claro es que España lleva a Europa un mensaje de IZQUIERDAS, dejando atrás incluso nacionalismos extremos excepto en Cataluña, donde los partidarios de la independencia son los claros ganadores. 

La conclusión, aún sin analizar los datos a fondo, es que gana la ciudadanía, gana el descontento de la gente de a pie y el bofetón y el tirón de orejas a la "casta" política está claro: hay que buscar otras vías para legislar, para gobernar y para mantener el estado de bienestar. Los ricos tendrán que ser ya menos ricos y los pobres empezar a poder salir adelante, recuperando las libertades y los derechos que nos han quitado los gobiernos de derechas. Me alegro por ese soplo de aire fresco que supone el avance de PODEMOS y porque la voz de España en Europa no será sólo la de la derecha rancia. La contrapartida la vemos en países que consideramos el referente, como Francia, donde la ultraderecha es el partido vencedor. A uno que ha vivido en Holanda y ha reflexionado sobre lo que hay por ahí arriba, no deja de sorprenderme al mismo tiempo que me espanta, lo cual demuestra y certifica que las mentes pensantes están en el Sur de nuestro continente y no en esa utopía que nos quieren hacer creer que son los estados del Norte. Grecia ha dado otro ejemplo de giro a la izquierda con la victoria de SYRIZA, así que espero que Merkel y sus acólitos saquen sus cuadernos de notas y empiecen a escuchar a los ciudadanos. A lo mejor es que resulta que esa solidaridad europea, ese "paneuropeísmo" nos lo han querido vender como si fuera el no va más y en Alemania, Holanda, Austria o Dinamarca lo que quieren es "colonizar" el sur. Pues acaban de toparse con un "NO PASARÁN".

Mientras, en nuestra coqueta agrupación local socialista, nos vamos conformando con ganar en un distrito, en un barrio y en remontar, pasito a pasito de aquí al futuro. Claro que se hará una lectura crítica de los resultados a nivel nacional, pero no se construye una victoria de golpe y porrazo. Hemos tocado fondo ya hace unos años aquí, en A Coruña, pero ya vemos luz al final del túnel y gracias, precisamente, a la labor de los que estamos (yo menos de lo que me gustaría) a pie de calle o a pie de urna.

Enhorabuena a los vencedores, consuelo a los vencidos, pero ilusión, mucha ilusión por seguir adelante y por mejorar nuestra Europa empezando en la mesa electoral de mi barrio. A fin de cuentas, Europa siempre será de sus ciudadanos, que somos los que le damos vida y no de los que ni siquiera saben dónde situar Eslovaquia (por ejemplo) y están ocupando un puesto en el Parlamento Europeo. Mira, al final a algunos de los que ocupan esos puestos no les vendría mal, por ejemplo (lo digo con cierta ironía) disfrutar como yo de mi querida Eurovisión, por algo se empieza a ser europeo.



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