domingo, 6 de abril de 2014

LA SOLEDAD

Está a punto de hacer un año desde mi giro obligado de 180º. Algunos os preguntaréis si he cambiado o si la situación me ha cambiado. Supongo que sí porque pasar por una situación tan traumática como la que he vivido no puede dejar a una persona igual que antes. Pero durante este año he comprobado quién está ahí y quién no y desde luego los del "no" excusan de acercarse a mi vida porque los echaré a patadas.

Sin embargo hay días aún de "montaña rusa". No voy a decir que estoy como en abril de 2013, por suerte y por tenacidad estoy mejor, aunque de vez en cuando aparece el "bajón" y vuelves a retroceder un poquito en este camino de la vida que desde luego no está surcado de rosas.

A nivel laboral no me pueden ir mejor las cosas. Ya he obtenido de nuevo destino definitivo como maestro y de nuevo al lado de casa, en otro colegio del barrio, como muchos habéis visto en Facebook, esa nueva ventana en la que hay muchas cosas que sobran y en la que mucha gente expone su vida sin el más mínimo reparo. Yo cuelgo muchas cosas en mi "muro" pero nada que tenga que ocultarse o no saberse, de hecho aunque muchos no lo crean, yo cuento muchas cosas pero lo más íntimo siempre me lo guardo para mí y los míos, al igual que aquí en el blog.

Pero siempre hay una cosa que me preocupa y sobre todo a medida que vamos creciendo y llegamos a la mitad de la vida: la soledad. Yo nunca me consideré una persona solitaria, es más, me gusta mucho compartir y tener a alguien cerca a quien contarle con plena confianza mis dudas, mis temores, mis éxitos y compartir, en definitiva, todo lo que me pasa. Sin embargo también me doy cuenta que durante varias etapas de mi vida, estando soltero o casado, viví muchas veces solo. Cuando estaba en Holanda tenía siempre en mi cartera un papel en inglés para que avisasen a alguien en caso de una emergencia en la calle, que perdiese el conocimiento o algo así. En ese papel los datos de mis dos "ángeles de la guarda" holandeses, Manolo y Marisol, eran para informar a los que me atendieran en un momento grave. El temor a veces surgía cuando me acostaba en mis casas de Beverwijk o Amsterdam y pensaba "¿y si me pasa algo de noche?". Lógicamente, tarde o temprano se darían cuenta de mi ausencia, pero es esa sensación de soledad que sentía la que me generaba en ciertos momentos ansiedad o stress, acentuado por el hecho de vivir en un país que no era el mío, con otros códigos de comportamiento o hábitos de conducta.

Viví solo también 5 años desde que aprobé las oposiciones hasta que me casé. Y estando casado hubo tres momentos, además de la estancia en Holanda, en los que estuve separado de mi familia por motivos laborables de mi ex-mujer u otras circunstancias. Aunque tenía mucha gente pendiente de mí, igual que de mi familia, la soledad la lleva uno por dentro y los sentimientos que genera provocan muchas veces angustia. 

Ahora vuelvo a estar solo, rodeado de amigos y familia, eso sí, pero duermo solo y paso muchas horas en el salón de mi casa sin poder compartir con nadie lo que siento o lo que vivo. Hay momentos  en que me encuentro bien, que es necesario por pura higiene mental, pero curiosamente y a pesar de la imagen que doy, odio vivir solo. Es posible que no sea fácil convivir conmigo porque tantos momentos de soledad hacen que crees tus hábitos vitales, tus manías y, en fin, tu estilo de vida. pero yo sinceramente creo que no, que me amoldo sin problemas a la gente, en viajes, en salidas, en la convivencia diaria... Eso sí,  mientras respeten mis tareas, mis hobbies, mis hábitos. Sé que convivir no es fácil, pero creo que somos las propias personas las que lo hacemos difícil. Se trata de respetar y ser respetado y yo en muchos casos no me he sentido respetado por gente con la que conviví en determinados momentos de mi vida. Recuerdo, por ejemplo, un curso de música que hice en Hungría en 1999. Éramos un grupo de españoles y de estudiantes de once países que compartíamos muchos momentos juntos, pero lógicamente los españoles estábamos más unidos. Había dos personas en ese grupo que no congeniaba con ellas. Es normal que en un grupo grande no todo el mundo se lleve bien y se viva en un mundo "happy flower", pero analicé muchas veces aquellas vivencias y sinceramente creo que esas dos personas no enganchaban bien con el grupo. Recuerdo que un día discrepé un poco con una de ellas y le pareció fatal, me lo echó en cara, pero realmente fue porque no respetaba mi punto de vista sobre una situación que vivimos allí.

Hace pocas semanas conocí a una persona especial con la que también tuve esa sensación. Yo le exponía mi opinión o punto de vista sobre algo que esa persona comentaba y muchas veces le parecía mal si no coincidía con el suyo. Y saqué conclusiones: mucha gente dice que prefieren que les digan las opiniones a la cara, que no se digan cosas por detrás, pero yo creo que precisamente es esa gente la que no está preparada para oír algo que va en contra de lo que realmente han pensado. Y ojo, a mí eso también me pasa, no voy a decir que me guste, pero a veces es mejor quedarse callado antes que provocar un cataclismo en la otra persona por ser "demasiado" sincero.

Diréis que tiene que ver todo esto con el título del post. Pues básicamente pienso que la gente que acaba viviendo sola mucho tiempo, acaban por no tolerar al otro, por ser muy exigente con los que llegan a su vida y por no acceder a la tolerancia, al entender la postura del otro. Yo espero que este momento de soledad que vivo acabe pronto, porque sé que puedo vivir perfectamente con alguien compartiéndolo todo, lo mío y lo de ella. No sé cuándo surgirá el amor de nuevo (si surge algún día), pero sí sé que no tendré problema en adaptarme como lo he hecho siempre y esperando de la otra persona la misma empatía (otra vez la palabra mágica) hacia mí. No es fácil, pero tampoco es imposible. El tiempo lo dirá. Os dejo con una imagen que lleva una frase muy bonita y que, en fin, ahí queda para reflexionar un poco.


2 comentarios:

  1. Todo el mundo, tenga la edad que tenga, tiene sus manías y momentos que se choca incluso con el mejor amigo del alma..Sobre ser "demasiado" sincero, pues quizás te falte algo de tacto al decir las cosas, pero si la gente no quiere saber tu verdad, que no te pregunte al respecto no?
    Enhorabuena por tu "destino" definitivo!!
    Silvia

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  2. Ik volg je nog steeds.
    Groetjes,
    Greta

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