viernes, 18 de abril de 2014

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

Hace pocos días se publicó en el diario de cabecera líder en Galicia, La Voz de Galicia, un titular para reflexionar. Cada español gana 1900 euros menos por la crisis mientras cada alemán gana 3600 euros más. Esto nos da la idea de cómo fue esto de la crisis de la que no salimos ni a tiros aunque nos hagan creer que sí. Alemania sigue siendo el referente económico europeo, mientras los países "periféricos2 de Europa seguimos en el grupo de los "PIGS = Portugal, Ireland, Greece, Spain" (qué acrónimo tan poco acertado).

En el día a día en España eso se nota. Sin embargo, sigue fluyendo la corrupción, el dinero negro, los desfalcos y demás correrías públicas y privadas, especialmente en la banca. El ciudadano de a pie tiene menos dinero, menos ingresos y con las manos libres los empresarios para hacer de la clase trabajadora una nueva clase social llena de obreros viviendo en circunstancias parecidas a las de la esclavitud. Cuando yo vivía en Holanda comprobaba cómo, pagándome mi sueldo el Estado Español, vivía cómodamente, sin apuros económicos y permitiéndome ciertos caprichos como alguna compra extraordinaria o algún pequeño viaje que fui relatando en este blog. Ahora no es así, y menos desde mi nueva situación de divorciado.

Estamos en el inicio de la campaña de la declaración de la renta en España. Nuestra observadora Agencia Tributaria nos tiene controlados como si viviésemos en un "reality" al estilo de "Gran Hermano" o "El show de Truman". En mi caso, a pesar de ser funcionario, los datos que tienen de nosotros sirven para poco a la hora de declarar. Y si aún por encima cambias tu estado civil, parece como si automáticamente empezases a ser un paria tributario y te vuelvas mico a la hora de hacer la maldita declaración. 

Los datos que he solicitado a Hacienda dicen lo que he ganado en 2013, lo que he aportado de mi hipoteca, las aportaciones en forma de donaciones a ONG's o similares, los intereses bancarios, etc. pero curiosamente desaparecen mis hijos, nada pone del alquiler de mi vivienda de padre divorciado, los pagos al sindicato o partido político, la pensión de alimentos que le paso a mis hijos, etc. En visita a la Delegación de Hacienda poco más que recibes la contestación de "búscate la vida" para tributar. Eso sí, ay de ti como lo hagas mal porque te expones a ser visitado por un inspector y la correspondiente multa. Y mi sentimiento dice: yo siempre he tributado a Hacienda sin margen de maniobra, básicamente por mi condición de funcionario, pero para este ejercicio fiscal hubo un momento en que me entraron ganas de no hacer la declaración y que me visite el temido inspector y decirle "mire, Sr. X, aquí tiene todo lo que ingresé y mi nueva situación personal es esta. Haga usted la declaración, dígame lo que tendré que pagar o lo que me tienen que devolver y tan amigos". Pues no. Si se me ocurre hacer esto, estoy comprando boletos para ser un defraudador fiscal y tener colgado el sambenito de mal ciudadano. Ahí queda eso. Eso sí, mientras, los "blesas, bárcenas" y otros personajes de igual calaña riéndose de todos nosotros y haciendo que este país tenga más ciudadanos por metro cuadrado de toda Europa buscando comida en los contenedores o la segunda tasa más alta de niños en situación de pobreza detrás de Rumanía.

En contrapartida, el rubicundo alemán puede coger un vuelo de Air Berlin por poco menos de 100 euros y posarse al sol de Mallorca en dos horitas desde Düsseldorf, Hamburgo, Munich o Frankfurt, aprovechando además para invertir en una casita, ahora que los precios han bajado, de cara a vivir medio año en nuestro país pero tributando en Alemania porque le sale más rentable y censado aquí para poder acceder a nuestro sistema sanitario y operarse sin coste alguno. Vamos, un chollo. Eso sí, nada de sanidad al inmigrante que queda clavado en las vallas de Ceuta o Melilla, no vaya a ser que nos invadan y perdamos nuestra "identidad" cultural, al margen de prevenirnos de infinidad de virus que puedan traer desde lo más profundo de África y nos alteren nuestra salud y modo de vida. 

Eso sí, Alemania dice que "por favor, no más españoles a trabajar aquí, y si vienen en seis meses curando, si no, de vuelta a casita" ¿Es eso el "espacio común" e-u-r-o-p-e-o de trabajo, la libre circulación de trabajadores dentro de las fronteras europeas? No sé, o yo no entiendo o algo falla. recuerdo hace unos cuatro años, antes de irme yo a Holanda, un comerciante del barrio donde vivo  me dijo hablando de la crisis la siguiente sentencia: "Alemania perdió una guerra y ahora quiere ganarla con otros métodos". Pues me da que se está cumpliendo su contundente afirmación. Y que conste, no tengo nada en contra de los alemanes ni mucho menos, pero si hay más poder adquisitivo en cualquier alemán de clase media, ¿a costa de quién es? Creo que la respuesta os la tenéis que dar vosotros mismos.

En cuanto a mí, haré todo lo posible para que Hacienda me devuelva como todos los años o, en el peor de los casos, que tenga que pagar lo menos posible. Haciendo cálculos en el programa informático que te descargas a tu ordenador pero que falla a cada momento (claro, los buenos informáticos se han tenido que ir del país y trabajan en Alemania, Holanda, Suecia o Australia y aquí están los parientes más cercanos de los jefecillos de turno) me sale a pagar casi 1100 euros, nada para una economía de un divorciado que según ellos no tiene hijos, no pasa pensión de alimentos y vive en casa de alguien porque no paga alquiler, al margen de los gastos que tenga para comer, vestirse, echar gasolina al coche o pagar otros impuestos municipales. Un auténtico sinvivir.

¿Cómo no vamos a crear la cultura del fraude, de la picaresca, del todo para mí y nada para el Estado? He escuchado que gente que ganaba 900 euros al mes con dos pagadores, han tenido que pagar más de 1000 euros anuales a Hacienda y sin margen de degradación. También me han contado de nóminas falsas, con una cantidad neta a cobrar pero que el empresario le descuenta 25 ó 50 euros porque "todos tenemos que hacer esfuerzos con la crisis". ¿Se puede llegar a ser tan miserable?

Y el 25 de mayo, elecciones europeas. La verdad, tal y como están las cosas y lo tontos que somos en este país, somos capaces de refrendar estas políticas económicas. Yo espero que aparezca un político que nos garantice una buena gestión, respete los derechos ciudadanos y nos vuelva a poner en el tren de los ganadores porque así vamos de mal en peor, pero visto lo visto, espero cualquier cosa. ¡¡Espabilemos, que nos comen!! Ojalá haya alguien que movilice a la ciudadanía, llegásemos a paralizar el país y echásemos a toda esta calaña de delincuentes de corbata, al estilo Islandia. En el fondo, tenemos lo que nos merecemos, pero no podemos perder la esperanza de que llegue algún día un cambio que nos haga decir definitivamente que como en España en ningún sitio.




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