miércoles, 27 de noviembre de 2013

RECUERDOS DE HOLANDA

A pesar de estar instalado en Coruña, con el trabajo al lado de casa e iniciando esta impuesta nueva vida, hay momentos en que Holanda se presenta en mis conversaciones o en mi rutina diaria. Con los niños, dando clase, utilizo mucho el recurso de mis andanzas por aquellas tierras bajas y que fueron el origen de este blog. Estas semanas eran de mucho entusiasmo en el país debido a la inminencia de la festividad de Sinterklaas. Y, ¡cómo no!, les hablé a mis alumnos de tan peculiar personaje de la cultura holandesa.

Los chavales se muestran entusiasmados cada vez que nos vamos "de viaje" por Europa de manera un tanto virtual. La semana pasada hicimos una actividad relacionada con Hans Christian Andersen y los cuentos populares, así que Copenhague y su "Sirenita" por allí aparecieron… y el "profe" también. Con Sinterklaas, más de lo mismo. Las imágenes de la cabalgata de hace pocos días por el centro de Amsterdam les dejaron con la boca abierta, polémicas aparte por las acusaciones de xenofobia debido a los "Zwarte Pieten". Estamos pensando en mandar a alguna compañera mía de las que todavía están por allí bregando las redacciones que hicimos sobre el señor obispo de marras.

Con todo esto lo que quiero expresar es que, a pesar de que para mí la experiencia holandesa tuvo sus más y sus menos, es necesario reconocer que mi vida estará vinculada siempre en cierta manera a ese país. Cada poco aparecen noticias sobre el mismo que suelo colgar en facebook y que no dejan de ser desconcertantes: una mujer muerta hace 10 años es descubierta en su casa de Rotterdam, sin que nadie se enterase; un concejal holandés de origen gallego desaparece y se suicida en Galicia dejando una nota a su familia y a "La Voz de Galicia"; el ayuntamiento de Amsterdam paga con cervezas a unos alcohólicos para que limpien el parque donde se reúnen (por cierto, muy cerca de donde vivía yo y con los que me crucé varias veces en ese parque), noticias desesperanzadoras sobre el sistema sanitario holandés, con experiencias nefastas de ciudadanos españoles viviendo allí… Y no todo desgracias, aunque lo más llamativo es lo que más se lee y lo que "vende". Mientras, Sinterklaas sigue su recorrido por el país apuntando en su libro qué niños se portan bien o mal para luego "tomar medidas".

A mí no me dejará nunca de sorprender ese grado tan extremo de pragmatismo que tenían los ciudadanos y los políticos holandeses. El pragmatismo que ya comenté aquí en anteriores entradas referidas a temas que causan debate (la eutanasia, los coffee-shops, los impuestos, la vivienda, la sanidad, la educación, los servicios sociales, la inmigración), pero que al mismo tiempo nos causan en determinados aspectos mucho estupor y no te dejan indiferente. Y, evidentemente, comparas con lo nuestro y sacas la conclusión que no es ni mejor ni peor, aunque hay detalles que no podré compartir nunca al mismo tiempo que habrá una imagen de España en Holanda y en otros países europeos que causan urticaria, especialmente la corrupción. 

Y sí, claro está, los ojos se levantan del libro que estás leyendo o dejas de hacer lo que tienes entre manos cuando oyes en televisión alguna noticia sobre el país o en alguna web que visito aparecen palabras que tengan que ver con Holanda. Ayer, por ejemplo, el Barça perdió en Amsterdam contra el Ajax y no pude evitar recordarme del Amsterdam Arena, por donde pasaba en el tren habitualmente en dirección a Utrecht. 

Holanda ya forma parte de mi vida, ahora más de mis recuerdos, y ahí estará presente hasta que abandone este mundo. En el colegio a veces comento muchas cosas del país con mis compañeros y me da la sensación de que puede llegar a cansar, pero bueno, si con ello contribuyo a dar una imagen más real del país y de Europa en general que los medios nos tienen muy distorsionada, pues mejor. Como ya podéis intuir si me habéis leído desde hace tiempo es que "no es oro todo lo que reluce" allende los Pirineos.




3 comentarios:

  1. Con el tiempo irás olvidando las cosas malas y quedándote sólo con las buenas, como me ha pasado a mí con Glasgow :)

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