lunes, 1 de julio de 2013

POR FIN, CORUÑA

Ya estoy aquí, definitivamente. Los últimos días en Amsterdam fueron muy emotivos con la gente que me quiere y allí están. También mucho trabajo, nervios, pero por fin el día 29 llegó. Dejar el piso que alquilé hace sólo 3 meses fue una sensación amarga. Era un piso precioso, pensado para una familia de 4, acogedor y en una zona privilegiada. Tampoco olvidaré nunca a Paul, el propietario, que se portó conmigo con una humanidad ante mi situación digna de una persona con una gran personalidad, en otras circunstancias hubises tenido que pagar todo el alquiler de un año aunque no viviese allí, así es Holanda.

Cuando mi "ángel de la guarda" en Holanda vino a buscarme para llevarme a Schiphol y salimos de allí, yo estaba ya muy nervioso, deseando facturar (2 maletas más el equipaje de mano), pasar el control, tomarme un café y esperar. La cola en facturación era extensa y aún tardé un poco, pero la despedida con M. fue muy emotiva, foto incluida, aunque sé que lo veré en verano porque viajará a Galicia. Al despegar el avión las lágrimas inundaron mis ojos, queda mucho mío en los Países Bajos y algo de ellos en mí. El vuelo, por cierto, perfecto, una vez más Vueling se ha portado correctamente y llegó con antelación a Alvedro.

Y evidentemente al llegar y ver nuestra costa, nuestro mar, nuestras "ondas atlánticas" otra vez la emoción. La Torre estaba espectacular, como siempre, vigilando nuestra ciudad. Sabía quién me estaba esperando y al verlo no pude más. Más lágrimas, besos y abrazos porque ya no es la misma situación que siempre y no puedo más que sentir tristeza por cómo han ocurrido las cosas, aún sigo mal y con un futuro muy, muy gris. Mi hijo me traía un mensaje: "Papá, no llores y no te preocupes por nada". Me dio esperanza y ánimo y espero que algún día todo, o por lo menos la mayor parte, vuelva a ser como antes. Se cumple el dicho de que nunca valoras lo que tienes hasta que lo pierdes y en mi caso se cumple al 100 %. 

Todo el mundo me dice que todo se solucionará, que las cosas y el tiempo irá colocando las cosas en su sitio y que todo cambio, por traumático que sea, será para bien. Yo llevo dos meses y medio así, desde que recibí la noticia, y hay momentos en que estoy peor que al principio. No sé cuánto durará el proceso, pero lo que tengo claro es que nunca volveré a ser el mismo que era: optimista, social, confiado, generoso... Me estoy volviendo muy huraño, sin ganas de nada y temo que esto irá a peor porque no avanzo. Me dicen también que piense en mí y en mis hijos, en la gente que me quiere, pero hay momentos en que siento que yo no puedo atenderlos correctamente en mi estado, ya veremos si tampoco puedo dar clase y tengo que coger una baja de larga duración porque no es justo que los niños sufran viendo a su profesor sufrir.

Y lo más triste de todo es estar convencido de que el problema, cualquier problema, tiene solución, pero no se quiere solucionar. Cuando los problemas son entre las personas, hay que sentarse, dialogar y adoptar medidas para solucionarlos, apartarlos de nuestra vida sin solucionarlos lo único que hace es adormecerlos y siempre saldrán de nuevo en el futuro. ¿Por qué los seres humanos podemos ponernos de acuerdo para fomentar la paz y buscar soluciones a los problemas del planeta, po ejemplo, y al mismo tiempo podemos destruirlo todo? Eso también pasa en nuestro microcosmos, en cada grupo humano del cual somos miembros: familia, vecinos, trabajo. Nos podemos amar con locura y nos podemos odiar hasta aniquilarnos. ¿Es tan complicado intentar, al menos, arreglar los problemas y buscar soluciones? Creo sinceramente que no, y ese es el reto, es lo que nos tiene que enorgullecer, no es la meta, es el camino, aunque esté lleno de obstáculos, saber que lo has intentado y que has hecho todo lo posible por salvarlos, tengas o no tengas éxito, llegues o no a la meta.

En fin, que todavía queda mucho proceso, y será eso lo que me tiene que enriquecer, no la meta que alcance porque, para mí, en estos momentos, no existe meta. Espero que todos tengáis también esa luz para verlo claro, si os sobra, pasadme una poca que me ilumine el camino, por favor. Besos a todos

Por cierto, esta es la entrada 300 del blog, no está nada mal, ¿verdad? Y continuará... espero


4 comentarios:

  1. Bienvenido a casa: ahora, poco a poco (déjate de "procesos" ni gaitas) empieza a marcar objetivos de re-entrada (has estado dos años fuera y hay que volver a empezar).

    1er Objetivo: búscate un hobby que te permita conocer gente nueva (así matas varios pájaros de una vez).

    ResponderEliminar
  2. No sabes como de identificada me siento. Digamos que yo recibí las mismas noticias hace poco y estoy que no veo la luz a final del tunel. Estas cosas son como un huracán, se llevan toda tu vida por delante.

    ResponderEliminar
  3. Benvido amigo. Agardo darche esa aperta desexada por min moi pronto. Como sabes eu tamén estou pechando portas na miña Nada particular, non me emociono porque é un desexo ansiado pero sí son capaz de empatizar contigo no comezo dunha nova etapa. Vivirémola e compartirémola en moitas ocasións.
    Bicos grandes e ata moi, moi pronto.
    Ah! e sí espero que sigas co teu blogue, gústame como escribes e penso que para ti é unha pequena terapia que fai que expreses o que che acontece.

    ResponderEliminar
  4. Benvido á terriña Primo!!!! xa sabes.....aquí estamos para o que sexa e tes todo o noso apoio incondicional vamos, esperamos verte pronto, apertas e bicos de todo-los da aldea de Cándida e Francisca. E dende logo que tes que seguir co blogue, que ía ser de nós sin tí?????.....

    ResponderEliminar