viernes, 22 de junio de 2012

Veenendaal

Veenendaal es una ciudad del interior de los Países Bajos, en la provincia de Utrecht, que cuenta con algo más de 60000 habitantes. A esta ciudad llegaron muchos emigrantes españoles en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX para trabajar. Por eso aquí tenemos un aula de español en la cual yo he dado clase este año.

Los martes, a pesar de que era el lugar más lejano al que acudía desde Amsterdam, me subía a dos trenes y marchaba para allí con mi mochila a cuestas con ganas de hacer muchas cosas. Al principio  algunos chavales tuvieron el choque habitual ante un nuevo profesor, pero poco a poco fuimos congeniando e hicimos muchas cosas. Sus familias son un grupo humano de españoles muy unido y con mucho cariño hacia España y con un trato hacia mí de mucho respeto al mismo tiempo que cordialidad.

El pasado martes fue el último día que fui allí ya que el año que viene no daré clase en esta localidad. Las familias tienen por costumbre celebrar una pequeña merienda con platos preparados por ellas en el que cada cual aporta algo y lo comparte con los demás. La sorpresa me la llevé yo cuando empezaron a llover regalos y felicitaciones de agradecimiento por el trabajo realizado. La verdad es que uno nunca se acostumbra a estas cosas, pero os garantizo que me hicieron sentir muy valorado y querido por todos. Los padres y madres siempre fueron muy cercanos a mí y los niños también notaba que tenían mucha curiosidad por aprender y con alguno de los mayores había mucha empatía y complicidad, al mismo tiempo que lo que solemos llamar "buen rollo".

Un cuadro, un dossier con escritos, dibujos y postales de los niños, bombones, objetos de porcelana de Delft... y me confesaron que estuvieron investigando para regalarme un viaje en globo ya que una vez al salir de la escuela vimos sobrevolando varios globos y comenté que sería algo que alguna vez me gustaría hacer. Pero sobre todo, muchos abrazos, besos, felicitaciones y desde luego cariño, mucho cariño. No puedo nombrar aquí a todos porque seguro que me olvido de gente, pero os aseguro que recuerdo los nombres de todos los niños y tampoco se trata de hacer una lista. A todos de corazón MUCHAS GRACIAS por los buenos momentos vividos en Veenendaal, por vuestra ayuda con las gestiones en el colegio, por las buenas charlas que hemos tenido, por preocuparos por el progreso de vuestros hijos en el estudio del español, por vuestra comprensión... POR TODO!!! Es que podría seguir y seguir porque con gente como ellos merece la pena vivir esta experiencia en el exterior.

Y por supuesto, a mis alumnos, tanto los pequeños como los mayores, por los debates en clase, por vuestro trabajo y esfuerzo, por soportarme hablándoos de Historia de España, por mis correcciones, por mi insistencia para que trabajaséis. Son unos chicos fabulosos y tengo muy claro que tendrán un futuro prometedor. Los echaré de menos, no creáis, y esto lo saben muy bien los que me conocen en mi profesión, no tenéis más que mirar las primeras entradas de este blog hace ya dos años cuando me despedía de mis alumnos de 6º en Ordes. ¡Qué recuerdos! Desde luego que no los olvido, como tampoco a muchos que pasaron por mis aulas, en estos días especialmente a los que están sufriendo los recortes en la minería leonesa, allá en mi primer destino en Ciñera de Gordón, ya son hombres (¡y mujeres!) mineros de más de 30 años que están luchando por el futuro de sus familias y de su comarca y que merecen, cuando menos, un respeto y admiración por parte de todos.

Desde este humilde blog, suerte en la vida a todos, bien en Veenendaal, Ciñera, Ponferrada u Ordes, el mundo cada vez se está poniendo más difícil pero con EDUCACIÓN y respeto se sale adelante, que nunca se olvide, y GRACIAS a todos por haber formado (o algunos seguís formando) parte de mi vida.




1 comentario:

  1. ¿Y no será que te ofrecieron lo que te mereces?

    Es lo que tiene ser un buen profe: que al final compensa :-))

    Un abrazo y enhorabuena :-))

    Paquito.

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