sábado, 14 de abril de 2012

VIAJE A LUXEMBURGO (II)

Amaneció el domingo con algo de sol, aunque aún se notaba frío. El destino para ese día era una pequeña localidad en las Ardenas, a escasos 3 km de Alemania, llamada Vianden. Se llega allí primero cogiendo el tren a Ettelbruck, la principal ciudad de la región, y luego un autobús que iba plagado de orientales. Vianden es el típico pueblo de montaña al que se acude de veraneo para respirar un aire muy puro y disfrutar de la tranquilidad. Pero allí se encuentra uno de los castillos más espectaculares de la región, que perteneció a varias familias nobles y reales, entre ellas la familia real holandesa.

Para acceder al castillo hay que subir por una calle bastante empinada o bien ir en un telesilla hasta un poco más arriba en la montaña y luego bajar andando. La calle en cuestión estaba jalonada por viviendas sólidas de piedra, restaurantes, alguna tienda de souvenirs, una impresionante iglesia y todo en un entorno natural muy bien conservado y privilegiado. Una vez a las puertas del castillo la típica foto que me pudo hacer un chico oriental que también me lo pidió a mi.


El castillo tiene organizadas sus salas muy bien, con exposición sobre su historia y se puede acceder incluso a la cripta con restos arqueológicos. Sufrió un proceso de restauración importante desde los años 70 y hoy lo utiliza la familia de los Duques de Luxemburgo para recepciones oficiales y también se alquila a nivel privado para diferentes eventos. Hay una sala en la que se ve una exposición con fotos de personas famosas que lo han visitado, entre ellas encontré a la Reina Sofía. Ves también las dependencias antiguas, la bodega, las defensas... En fin, mereció la pena. 

Después tocó paseo por el pueblo, curiosamente cuando llegué vi caer aguanieve pero en torno a las 12 y media lucía un sol radiante. Como el bus pasaba cada hora, comí en un restaurante un exquisito plato de carne de cerdo. Por la tarde, paré en Ettelbruck y me sorprendía no ver a NADIE por la calle a pesar de ser las 4 y lucir el sol. Ettelbruck fue centro de operaciones durante la Batalla de las Ardenas y es una ciudad muy vinculada al general americano Patton, en donde hay un museo a su nombre y un memorial, ya que murió en Alemania en un accidente de tráfico una vez terminada la II Guerra Mundial, pero está enterrado en el cementerio de Hamm en Luxemburgo, uno más de esos cementerios de lápidas blancas todas iguales que vemos tanto en las películas. En Ettelbruck se celebra cada cierto tiempo un desfile de recuerdo por la liberación del país y vi fotos con militares estadounidenses en paradas por las calles del pueblo, de hecho la avenida que conduce al memorial de Patton se llama John Fitzgerlad Kennedy.

Así que, de nuevo, a las 5 de la tarde todo estaba concluido y de nuevo para Luxemburgo. Para no meterme en el hotel decidí dar un último paseo por el centro y buscar algún encuerdo que llevar. Difícil cuando no ves a nadie por las calles y las tiendas cerradas, sólo podías tomar un café o disponerte a cenar, con lo cual me cansé de pasear y hacer tiempo, pero después de cenar también me acosté pronto para poder salir el lunes relajado y volver a Amsterdam parando en Maastricht. La famosa ciudad del tratado sí merece la pena y prometí una visita más pausada. 

Conclusión: con dos días suficiente para visitar Luxemburgo y algún pueblecito más. Ahora bien, si quieres disfrutar de la naturaleza los paisajes de Las Ardenas son espectaculares, me fijé que existían muchos "campings" y que ya tenían bastantes autocaravanas. Todo muy señalizado para el senderismo (encontré conchas de nuestro Camino de Santiago) e ideal para el relax. Desde luego, una cura de stress.

Y nada más. El martes de nuevo al "curro", mi vida en Holanda desde luego está más que ligada a los trenes y la rutina diaria esta semana no me produjo contratiempos inesperados. Quedan dos semanas para unas nuevas vacaciones y después habrá dos pequeños "puentes" en los que intentaré escapar otra vez, ya estoy indagando precios y destinos... 

Y hoy, 14 de abril, hace 100 años del "Titanic" y 81 de la II República; y resulta que nuestro rey se lesiona en Bostwana... ni que escogiera la fecha. ¡Vaya semanita para la monarquía! Como he leído en algún comentario, acabarán ellos mismos con sus privilegios. ¿Llegaremos a ver a un Felipe VI?


1 comentario:

  1. Pues muchas gracias por el viaje virtual: ha sido un placer descubrir uno de esos rincones "insulsos" de Europa (tienen el mayor índice de suicidios de Europa Occidental, que se dice pronto, cuidado).

    Un abrazo,

    Paquito.

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