lunes, 9 de mayo de 2011

DÜSSELDORF: 5 DÍAS

No puedo evitar hablar de la inminencia de la participación de Lucía en el Festival de Eurovisión (para los seguidores, ESC = Eurovision Song Contest). Estoy siguiendo sus ensayos en Düsseldorf, así como los de otros participantes. La verdad es que este espectáculo es todo un mundo y una experiencia. Ya no es aquel programa rancio que veíamos en los 70 y los 80 y que siempre ganaban los mismos. Desde la caída del Muro de Berlín (¡¡qué cíclica es la vida!!) el ESC ha sufrido todo un revulsivo y por determinadas circunstancias en años posteriores fue aumentando su audiencia, su prestigio y su impacto a nivel televisivo. Hoy se ve hasta en Australia y Corea del Sur y es necesario hacer dos semifinales previas debido al alto número de países que quieren participar (43 en esta edición).


Cada año tiene una novedad, una buena noticia y las glorias y los batacazos para los participantes. En definitiva, una auténtica caja de sorpresas que a lo largo de esta semana ocupa portadas, páginas web, ondas radiofónicas, etc. Porque el ESC en España todavía sigue siendo ese concurso a veces "frikie", a veces mediocre, pero que todo el mundo dice que no ve pero luego juzga y es uno de los programas más vistos del año; pero en Europa su impacto es mayor y no necesariamente en los llamados (a veces con desprecio) "países del Este", que ponen empeño y calidad en sus representaciones. El caso es que desde 1996 ningún país ha repetido triunfo, por lo que llevamos el período de tiempo más largo sin que recaiga por dos veces la organización en uno de los 43. Para los amigos de las estadísticas estos países han sido Irlanda, Reino Unido, Israel, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Ucrania, Turquía, Grecia, Finlandia, Serbia, Rusia, Noruega y Alemania. ¿Cuántos son "del Este"? Pues yo cuento sólo 5, ya que el resto son países con una larga tradición en el ESC y que en algún caso tuvieron que esperar 45 años para ganar por primera vez (Finlandia).


Este año la competencia de Lucía es feroz. Y aunque hay favoritos desde el mes de marzo, cuando se supieron todas las canciones, los ensayos en Düsseldorf nos auguran que probablemente haya sorpresas. Yo aposté desde un primer momento por el Reino Unido representado por el grupo Blue y la canción "I can"; pero esa sorpresa puede que llegue de otra isla, IRLANDA, el país que más veces ha ganado Eurovisión y que ha impresionado en los ensayos por la canción, la coreografía y la puesta en escena. Se podría decir que los hermanos Jedward tienen todas las papeletas para ganar con su "Lipstick", una canción que es muy moderna, actual y que atrae mucho a los jóvenes por la estética de sus intérpretes, su ritmo y en general, por todo. Así que atentos que Irlanda podría despegarse del palmarés de Eurovisión y en 2012 irnos de nuevo a Dublín (sería la 7ª vez que se celebrase en esa ciudad, sólo una vez se celebró en un pequeño pueblecito del condado de Cork, Millstreet, gracias a la iniciativa de un millonario local).


Hace poco una televisión creo que australiana produjo un documental titulado "The secret history of Eurovision". No he podido ver el documental íntegro, pero recoge importantes informaciones de cómo el ESC fue determinante para la historia de Europa en el s. XX. Los avatares históricos de nuestro continente han tenido reflejo en el certamen, en los títulos de las canciones y en muchas anécdotas que dan para libros, tesis e incluso intrigas políticas. Lo que empezó siendo un pequeño concurso entre 7 países en 1956 llega hoy a medio mundo todos los años a mediados de mayo.


Mi apoyo, por supuesto, es incondicional a Lucía Pérez, pero desde aquí también decirle a TVE que todavía hay mucho que avanzar para llevar realmente una apuesta ganadora, empezando por el proceso de selección de la canción. Se ha mejorado mucho en los últimos años, pero es que ya no se compite con 18 o 19 países, sino con 43, en algunos casos como Suecia con artistas consagrados en su país y en otros con grandes potencias musicales de otras realidades culturales (Rusia, Turquía).


Así que, si no hay nada que se tuerza, el próximo sábado estaré en el Düsseldorf Arena viendo uno de los grandes espectáculos musicales anuales, con nuestras banderas (gallega y española) y disfrutando, sobre todo, de la MÚSICA. Os iré contando novedades estos días si surgen. Por lo de pronto, mañana es la primera semifinal y 10 de los 19 países pasarán a la final del sábado. Como os decía, Rusia y Turquía estarán seguramente entre esos 10, del resto de países podemos esperarlo todo, la emoción está servida.







PD.: Si leen esto algunos de mis alumnos de Ordes se acordarán lo bien que lo pasamos el curso pasado estudiando Europa con la música y los idiomas de Eurovisión. No hay mejor manera para que aprendan los países y sus capitales, así como otros aspectos culturales, geográficos e históricos de nuestro continente. ¿A que sí?

1 comentario:

  1. Vasme perdoar Alfonso pero NON PODO CON ESTE POST!!!!! só o puiden ler por riba e ben, ou estou moi cansa, que sí, ou...neno non che podo contestar a todo isto,a miña admiración persoal por ser quen de redactar isto con tanta precisión, no PAZ (sen desvelar segredos) voute nomear portavoz, eso sí como collas estes temas pobres xornalistas.
    Bicos e a seguir.

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