domingo, 13 de marzo de 2011

VUGHT: PARA NO OLVIDAR LA HISTORIA

El tiempo mejora día a día, de hecho amanece muy pronto y muchas veces me despierta la luz. Así que, siendo sábado y los días largos, había que aprovechar apra ir un poquito más lejos. Llevaba tiempo esperando para visitar un lugar un poco escondido y no muy promocionado en las guías. Yo me enteré por una alumna que fue de visita extraescolar: el campo de concentración de Vught, en 'S-Hertogenbosch.

Entre transbordos de tren y un minibús que te deja en la puerta, casi dos horas. El lugar está en un entorno un tanto curioso: por un lado, un bosque con senderos para recorrer; por otro un centro penitenciario psiquiátrico y en medio lo que queda rehabilitado del campo de concentración. Los que me véis en facebook allí tenéis las fotos, ahora os voya contar lo que se te pasa por la cabeza.

Al entrar (la entrada es gratuita, por cierto) hay un pequeño museo sobre lo que fue la ocupación nazi: objetos, sonidos, videos... Está sólo en holandés, pero el idioma del horror, por desgracia, es universal. A los pocos minutos sales al exterior en lo que es el recinto del campo. Han conservado uno de los barracones y el crematorio, las alambradas y las torres de vigilancia. El campo era enorme y allí fueron a parar miles de holandeses, judíos o no, pero también vi que en uno de los barracones había "Spanjards Comunists". Gitanos, homosexuales, no arios... todos eran objetivo de las SS.

Enseguida entras en uno de los barracones. Te imaginas el frío en invierno, sólo había una pequeña estufa de leña. Paredes blancas, cristales pintados, todo demasiado igual. La sala de trabajo en la que entendí hacían zuecos y ropa de prisioneros, el dormitorio en el que dormían 254 personas en camastros con un saco relleno de hojas, todos apiñados en literas de tres... lavaderos y letrinas, nada más.

Vuelves a salir y te diriges al crematorio. Como decimos en Galicia, te da una sensación de "arrepío" cuando vas a entrar porque sabes lo que vas a ver, pero HAY QUE VERLO. De entrada parece una especie de consultorio, unos locales más pequeñitos, pero al poco rato aparece ante ti lo que semeja una mesa de autopsias, toda de piedra, en el centro de una sala. Es la antesala del horror, del horno. Allí no hay cámaras de gas, pero ver el horno con las camillas de hierro y los artilugios para la ceniza, así como el carro de los cadáveres, es tétrico y menos mal que hacía sol porque ver eso un día de lluvia o al oscurecer tiene que ser algo terrorífico.

Pero lo más emocionante es un pequeño monumento a los niños judíos del campo, que os pongo en la foto, Hubo 1800 niños judíos en el campo, de los cuales 1269 fueron conducidos a los campos de exterminio entre los días 6 y 7 de junio de 1943 en el llamado "transporte de niños". Otros murieron allí. En el monumento están inscritos los nombres y la edad de esos niños y lees 1, 3, 5, 6, 9, 12, 13 años... Ahí me derrumbé y me puse a llorar. Tiene además ramos de flores, algún objeto infantil de ofrenda, en fin, muy simple pero suficiente para no olvidar.

Las alambradas, que eran dobles y con un foso en medio, las torres, toda la estructura urbanística no te dejan escapar de la reflexión y del terror. Los que visitaron Auswchitz, Dachau y otros campos dicen que no lo puedes olvidar nunca. Ya os digo que este es muy pequeño, pero si algún día visito alguno de más renombre (por desgracia), no sé cómo reaccionaré.

Luego vuelves al edificio del museo y están las lápidas que recuerdan a los fusilados en el bosque cercano, así como el "muro de la reflexión" donde dejas escritos tus sentimientos. Una pequeña tienda con libros en holandés y algún pequeño objeto de recuerdo, una simple cafetería y ya está.

Luego hay un camino indicado por el bosque hasta el lugar de los fusilamientos. El monumento erigido para el recuerdo también impresiona un poco a lo lejos, además era el único que estaba en ese momento viéndolo y quieras o no, sales de allí lo más pronto que puedes.

Os dejo el enlace de Internet y la forto del monumento a los niños judíos. Si alguno de los que vengáis tenéis interés por verlo, volveremos, aunque queda lejos, pero en otro post os pondré el resto de la visita de hoy a la capital de Brabante del Norte: 'S-Hertogenbosch




1 comentario:

  1. Ver ese sitio ten que ser escalofriante.Se choro solo lendo o post,non sei que sentiría se o vira.
    A verdade é só de imaxinar a masacre que cometeron
    con esas persoas,e sobre todo cos nenos,un sinte unha grande impotencia e unha profunda rabia.Como
    poderían ter esa sangre fría para matar tan só por non ser igual que eles.Bueno que sepas que non
    nos olvidamos de ti,que seguimos o teu blog ainda que non escribamos a miudo.Un saudo de parte das nenas.Hasta pronto.

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