miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL TREN DE BREDA

El nombre de una ciudad puede estar metido en tu vida inconscientemente desde que empiezas a estudiar. Breda es una de ellas. Todos conocemos el cuadro "La rendición de Breda" de Velázquez; pero también hay un libro de Pérez-Reverte, de la saga del capitán Alatriste, "El sol de Breda". Y ahora yo dependo mucho del tren de Breda.

Todavía no he visitado esta ciudad histórica de los Países Bajos, de casi 170.000 habitantes. Su famosa "rendición" fue en beneficio de España, después de una defensa heroica de los holandeses. Poco duró la alegría porque 12 años después la ciudad volvió a manos holandesas.

Hoy en día hay muchos enlaces de tren desde Amsterdam a esta ciudad. Mi lucha contra el reloj para llegar a casa depende de que pueda coger "El tren de Breda" a las 20:16 en la estación de Sloterdijk. Si cojo ese tren llego seguro 20 minutos antes a mi casa y en estos días de frío se agradece.

Hace pocos días me emocionó ver a una pareja ir juntos en ese tren de regreso a casa después de su trabajo. Ella ya venía en el tren y él se subía en la misma estación que yo. Casi le robo el sitio, pero al ver que se sentaba al lado de su esposa, yo me senté en el asiento de enfrente que estaba libre. No sé que hablaban, pero ella le enseñaba un libro de arquitectura precioso sobre un proyecto medioambiental en unas viviendas de Zaandam. La dulzura con que se hablaban y las miradas que se enviaban, atentos cada cual a los comentarios del otro, eran la viva imagen de la felicidad. Ella con su sonrisa siempre en la boca, él con un pelo de melena corta y con una mirada de enamorado que me encantaría poder retratar en aquel momento. Y los dos viajando en un tren de cercanías de vuelta a su hogar. Y seguro que pensáis en la edad de ambos: pasaban de los 50, incluso podrían ser ya abuelos, pero para mi representaban muy bien el estilo de vida holandés: la paz, la tranquilidad, el DISFRUTAR EL MOMENTO (¿Recordáis el famoso "Carpe Diem" de "El club de los poetas muertos"?). Yo estoy aprovechando mi momento, pero me encantaría compartirlo con todos; ya lo hago en este blog, pero no podéis imaginaros lo que deseo ejercer de guía por estas tierras.

Por eso, cada miércoles, cuando salgo de trabajar y después de coger el metro, corro para poder coger el tren de Breda. Algún día lo perdí, lo vi salir del andén justo cuando bajaba yo las escaleras para el mismo. En 17 minutos pasa otro, pero parece como si la oportunidad de vivir algo bello se marchase en ese tren.

Prometo ir a Breda. Véis que hoy me ha salido un "post" bastante literario, pero es que me acuerdo mucho de aquella pareja, especialmente los miércoles. ¡Qué fácil es ser feliz y no crear conflictos!

Pues nada más por hoy. De regalo, "La rendición de Breda" que, por cierto, está en el Prado.

2 comentarios:

  1. Gracias polos ánimos.As nenas tamen che mandan saudos.Estes días tócame escribir a min porque Alba está con exames, e como non me podo mover moito debido a unha lumbalgia,teño mais tempo libre.A verdade é que si che saiu un "post" literario,parecía que estábamos lendo unha novela romántica.Xa que nos recomendaches ler
    "Voces Robadas" eu recoméndoche que cando vaias
    a Breda vaias ver o"GROTE KERK",polas fotos é
    unha igrexa preciosa,se vas xa nos comentarás que tal é.Un saudo

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  2. Ai, Alfonso! Aguantarás os tres anos en Holanda!?...
    Bicos

    Mercedes

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